Buenos Aires — Los datos preliminares de inflación para mayo en el sector privado indican que continuará el sendero de desaceleración en los próximos meses. Pero hay analistas que aseguran que la dinámica cambiaria y eventuales presiones en esa materia tras la cosecha gruesa serán puntos clave a seguir para evaluar qué sendero podrían exhibir tanto el dólar como la inflación en el segundo semestre del año.
Esta semana el Indec informó que el indicador se desaceleró durante abril, al registrar un avance de 2,8%, con lo que marcó una variación acumulada de 11,6% y una interanual de 47,3%.
La cifra estuvo por debajo de lo proyectado por la mayoría de las estimaciones del sector privado. Por su parte, las consultoras argentinas habían calculado un indicador de hasta 3,4%, mientras que, según lo informado por Bloomberg News, los bancos internacionales esperaban un piso de 3%.
Los factores clave que mira el mercado para la inflación
Un reporte de Grupo SBS manifestó que los datos de alta frecuencia apuntan a que, al menos en la primera semana del mes, “el ritmo de la inflación general habría continuado cediendo, con la núcleo estable”.
“Salvo una situación de marcado deterioro de expectativas cambiarias y/o una fuerte suba en las cotizaciones de los diversos FX (ambas cuestiones que a hoy parecieran lejanas), la inflación de mayo debería volver a anotar una desaceleración en la marcha mensual”, señalaron los analistas en el informe.
De esa manera, expresaron: “Mantenemos por el momento nuestra estimación de inflación para el 2025 en la zona de 33%”. “Destacamos que podría ser mayor de darse eventos de volatilidad cambiaria significativa tanto producto los factores domésticos (desanclaje en expectativas de devaluación y presión cambiaria) como exógenos (aumento en la volatilidad internacional, caída mayor en precios de commodities que presione sobre cuentas externas y FX, entre otros)”.
Sin embargo, estimaron que “podría ser menor, si se lleva el FX al piso de la banda y efectivamente se compran dólares en el MULC (sea esto producto de flujos y/o movimientos orientados a subir tasas reales)” y “si las condiciones de liquidez presentan sesgo contractivo, ralentizando la actividad y el crédito”.
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“Pensando en la dinámica del resto del año, mantenemos el view de que el plano cambiario seguirá jugando un rol preponderante en cuanto a qué tan factible es retomar una tendencia sostenida a la desinflación recordando, una vez más, que el sendero hacia menores niveles podría ser zig-zagueante", sostuvieron los analistas de SBS.
Si bien el estudio aclaró que “las expectativas de devaluación y de inflación cayeron tras el acuerdo” con el Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtieron que “el proceso de ´Price Discovery´ en el FX aún no ha terminado", lo que evidencia “una volatilidad anualizada” que, pese a haber bajado desde los máximos post acuerdo, “debería caer aún más para poder pensar en un FX ´estable´”.
“Una vez alcanzado ese nivel, el desafío será el de reforzar el anclaje de expectativas, que ya mejoró desde la entrada en vigencia del nuevo régimen”, apuntó.
A su vez, el informe de SBS insistió en las cuentas externas: “Si bien estamos en meses de cosecha gruesa, siendo mayo además el mes en que estacionalmente tienen lugar las liquidaciones más altas del año, no es menos cierto que los flujos de salida van en aumento, expresado esto en importaciones devengadas y consumos con tarjetas en dólares que vienen aumentando hace meses, con la apreciación del TCR como factor principal (además juega el rebote en la economía)”.
“La incógnita será qué suceda una vez terminada la cosecha gruesa. Si bien ayudan otros flujos, por ejemplo, la balanza energética superavitaria, los vaivenes del precio del petróleo deberán monitorearse para evaluar qué tanto podrán ayudar esos inflows. Por ello, la dinámica cambiaria y cómo podrían contenerse eventuales presiones cambiarias tras la cosecha gruesa serán puntos clave a seguir para poder pensar en qué sendero podrían exhibir tanto el FX como la inflación en el segundo semestre del año“, resaltó.
Desde Portfolio Personal Inversiones coincidieron en la importancia del rol del tipo de cambio: “De cara a mayo y junio, si el tipo de cambio oficial continúa manteniéndose entre el piso y el centro de la banda, la desinflación debería extenderse”. “
Las medidas recientemente anunciadas, como la baja de la nafta, la postergación del aumento del impuesto a los combustibles y la eliminación de impuestos y aranceles de importación a los electrónicos, colaboraría en este sentido”, puntualizó PPI en un informe.
“Hacia adelante, consideramos que la clave será estar atentos a la evolución de la inflación núcleo, ya que es una medida tendencial al excluir precios regulados y estacionales. Dado que mostró signos de que habría habido un passthrough acotado (se mantuvo estable en vez de desacelerarse), es importante que retome su tendencia a la baja en los próximos meses para descartar que haya cierta inercia inflacionaria", añadió.
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Dólar en la mitad inferior de la banda
Mientras tanto, el dólar se mantiene más cerca del piso que del techo de la banda, en un clima de tranquilidad cambiaria.
De acuerdo con el economista Gustavo Ber, el tipo de cambio “viene encontrando una mayor lateralización cerca de los ARS$1.100, a modo de descanso, más allá de que se continúa vislumbrando que el estacional exceso de divisas y el sostenido apetito por ´carry´ podría continuar empujándolo gradualmente hacia la banda inferior".
“A ello se suman no sólo las positivas señales de desinflación que continúan llegando, sino también un eventual mayor apetito de inversores extranjeros, en especial fondos y ´hedge funds´, que podría llegar a activar a futuro una emisión ´peso linked´ para dicho segmento“, subrayó.
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