Buenos Aires — La Argentina habría incumplido la primera meta de acumulación de reservas netas que pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a mediados de abril, por lo que el Gobierno debería solicitar un waiver -una dispensa o exención formal que el organismo otorga a un país cuando no cumple con alguna de las metas de su programa. Sin embargo, analistas consultados por Bloomberg Línea resaltaron que ello no impediría el próximo desembolso del organismo.
“Nuestro equipo sigue trabajando en forma frecuente y constructiva con las autoridades de Argentina. Como parte de la primera revisión del programa puedo agregar que una misión técnica llegará a Buenos Aires a fines de este mes para evaluar el avance en los objetivos, las metas del programa y también para discutir los objetivos de la agenda con cara al futuro”, manifestó el 12 de junio la vocera del Fondo, Julie Kozack en conferencia de prensa en Washington.
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Tras cerrar el último acuerdo con el FMI, el objetivo de acumulación de reservas es especialmente seguido de cerca por el mercado, dado que el Gobierno expresó en reiteradas oportunidades que el Banco Central no comprará divisas hasta que el tipo de cambio no toque el piso inferior de las bandas de intervención.
Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, deslizó la posibilidad de que el Tesoro -y no el BCRA- sea el encargado de adquirir dólares dentro de la banda, sin la necesidad de emitir pesos y a través del superávit fiscal. Mientras tanto, el equipo económico se ha inclinado hacia la emisión de deuda para fortalecer las arcas de la autoridad monetaria.
Bloomberg Línea consultó al Palacio de Hacienda respecto de la cuestión, pero desde la cartera no hicieron comentarios adicionales a lo expresado públicamente por Caputo.
Un incumplimiento “inevitable”
En ese escenario, desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) consideraron que “el waiver por el incumplimiento de la meta de reservas sería inevitable”. En uno de sus últimos reportes, remarcó que “la meta de reservas siempre mantuvo como deadline el pasado viernes 13 de junio".
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“Si bien US$500 millones del REPO contabilizaron para la meta, la nueva colocación del BONTE 2030 por US$500 millones no lo hizo, ya que liquidará el 23 de junio. Dicho esto, sin tener el dato fino de depósitos en dólares del Tesoro en el BCRA al viernes, que nos podría sugerir si entró algún desembolso adicional de organismos internacionales, estimamos a priori que el incumplimiento fue de alrededor de US$4.300 millones“.
Pese a ello, pronosticó: “Consideramos que el waiver no condicionaría el desembolso de alrededor de US$2.000 millones previsto para mediados de este mes".
“El equipo económico habría acordado las metas con el FMI en enero, se envió el proyecto de ley al Congreso para aprobar el programa el 10 de marzo, se aprobó el 19 de marzo y se anunció recién el 11 de abril. Producto de que el mercado se adelantó a la modificación del esquema cambiario, creemos que el Fondo sería contemplativo con que la meta de reservas se volvió muy desafiante tras la racha vendedora del BCRA en el MULC por US$2.487 millones entre el 14 de marzo y el 11 de abril", evaluó PPI.
Por su parte, Alejandro Giacoia, economista de la consultora Econviews, analizó: “Estimo que la primera meta no se llegará a cumplir, aunque sí se puede apuntar a cumplir las siguientes. Sobre todo a partir de las últimas modificaciones en las que se anunciaron que se van a permitir suscripciones por hasta US$1.000 millones por licitación”.
En declaraciones a Bloomberg Línea, resaltó: “Mi cálculo de reservas netas da que subieron US$3.000 millones desde que llegó el primer desembolso del Fondo, aunque no todo esto va a contar para la meta por los ajustadores que tiene el programa”.
En cuanto a la posibilidad de que el Gobierno de Javier Milei pida un waiver, opinó: “Eso lo veo probable. Creo que se lo van a dar y el desembolso se va a hacer”.
En tanto, Pablo Repetto, indicó: “La meta que originalmente debía cumplirse el viernes 13 de junio no fue alcanzada por unos US$4.200 millones a pesar de los ingresos por US$ 2.000 millones del REPO (que tenía un ajustador de US$1.500 millones por lo que sólo influyen positivamente en US$500 millones en forma neta y a pesar de las colocaciones de títulos en pesos suscribibles en dólares)”.
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“Sin compras dentro de la banda, la emisión de deuda para incorporar reservas, por ahora, parece no tener impacto positivo en los inversores de bonos hard dólar (no baja significativamente el riesgo país) probablemente porque al aumentar el endeudamiento, no genera una mejora neta de la deuda estatal“, puntualizó.
La contracara de la desaceleración de la inflación
La consultora LCG consideró que “la contracara” de lograr una desaceleración de la inflación, que derivó en llegar a 1,5% en mayo, el nivel más bajo desde ese mes en 2020, fue “resignar el cumplimiento de la primera meta de acumulación de reservas con el FMI”.
De acuerdo con sus cálculos, “resta sumar un monto de aproximadamente US$4.000 millones, al comprometerse a comprar reservas sólo cuando el tipo de cambio tocara el piso de la banda”.
“Con ello, y con la intervención en el mercado de futuros, el Gobierno intentó evitar que cualquier presión sobre el tipo de cambio termine trasladándose a precios. Hay que decir que, en paralelo, también recurrió a la moderación de aumentos previstos en regulados, a la coordinación con cámaras de ventas para el control de precios puntuales y al manejo de las paritarias, todo en un contexto en el cual la actividad no termina de despegar”, sostuvo.
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