Bloomberg Línea — El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que Bolivia requiere “medidas urgentes” para corregir la sobrevaloración del tipo de cambio, reforzar las reservas de divisas y aplicar una consolidación fiscal sostenida, aunque el Gobierno de Luis Arce cuestiona los resultados del reporte y defiende la soberanía del modelo económico.
El Informe del Artículo IV de 2025 para Bolivia señala que “la inacción podría dar lugar a un ajuste doloroso y desordenado” para el país, sumido en una crisis por la indisponibilidad de combustibles, la escasez de divisas, el aumento de la inflación y la incertidumbre por las elecciones a la Presidencia.
La Junta Ejecutiva del FMI señala que el país requiere un cambio “decisivo en el marco de la política monetaria” ante la “insostenible paridad con el dólar y el agotamiento de las reservas internacionales”.
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En este marco, sugieren flexibilizar el tipo de cambio, frenar el financiamiento monetario del déficit fiscal y aplicar una consolidación fiscal “creíble” (menos subsidios, mejor gasto, más ingresos).
También sugiere proteger a los más vulnerables, reforzar la supervisión financiera, mejorar la gestión del fondo de pensiones y aplicar reformas estructurales para atraer inversión y aumentar la productividad.
Además, insta a fortalecer la transparencia, la gobernanza y la calidad de los datos.
Entre otros puntos, se considera clave la eliminación gradual de los límites máximos de exportación, los controles de precios y las cuotas de crédito.
Según el FMI, el aumento de la flexibilidad de los tipos de interés facilitará la transmisión eficaz de la política monetaria. “Un marco fiscal coherente puede ayudar a respaldar el plan de consolidación”, dijo el organismo.
Las presiones de la economía boliviana

De acuerdo al organismo, el país se enfrenta a la disminución de la producción de hidrocarburos, la desaceleración de la actividad de los servicios y la caída de las cosechas de soja y de la industria.
Explicó además que la economía se ha visto afectada por los bloqueos de carreteras y la escasez de divisas (ante la grave disminución de las reservas internacionales), combustibles y otros insumos esenciales.
El crecimiento real del PIB de Bolivia se ha moderado hasta el 2,1 % en los tres primeros trimestres de 2024, debido a la disminución de la producción de hidrocarburos, la desaceleración de la actividad de los servicios y la caída de las cosechas de soja y la industria manufacturera relacionada con ella, como consecuencia de los efectos de El Niño.
Informe del Artículo IV de 2025 para Bolivia del FMI.
Además, “la combinación de la escasez de divisas, la desaceleración de la actividad y la depreciación del tipo de cambio paralelo dio lugar a una compresión del déficit por cuenta corriente hasta el 2,7% en 2024″.
El déficit fiscal superó el 10% del PIB en 2023-2024 ante la disminución de los ingresos por hidrocarburos, las exenciones fiscales, el aumento del gasto social y el incremento de los pagos de intereses.
“El déficit se ha financiado en su mayor parte con el banco central, en un contexto de fuertes restricciones de financiación externa”, detalla el documento.
Según el reporte del FMI, sumado a todo lo anterior, la deuda pública ha aumentado hasta el 95 % del PIB.
La respuesta del Gobierno boliviano
En respuesta al informe, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) boliviano defendió que el país “ejerce su derecho soberano a conducir su política económica de acuerdo con su realidad interna, sus prioridades de desarrollo y su compromiso con la estabilidad social”.
A pesar de que señala que las apreciaciones del FMI respecto al crecimiento del PIB supuestamente “subestiman el impacto económico de fenómenos extraordinarios que afectaron el desempeño económico en 2024″, el organismo sí se refiere a su informe a varios de estos, incluyendo los bloqueos de carreteras y El Niño.
“No se trata de debilidades estructurales del modelo económico; la economía ha demostrado resiliencia y se proyecta una recuperación para 2025″, dice el comunicado del MEFP.
Según el Banco Mundial, la economía de Bolivia será una de las de peor desempeño este año y crecería solo un 1,2%, mientras que en 2026 el PIB se expandiría un 1,1%, el peor desempeño junto con México (igual pronóstico para el próximo año).
El Gobierno boliviano cuestiona al FMI, entre otros puntos, sobre las Reservas Internacionales Netas (RIN), que, según dice, se vienen recuperando a partir de septiembre de 2023.
“Bolivia cuenta con espacio para el endeudamiento público externo, reflejado en un comportamiento descendente del saldo de la deuda pública externa que, al mes de abril 2025, alcanzó a 24,8% del PIB”, señaló el Ministerio.
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Además, “el Gobierno Nacional ha dado muestras de responsabilidad al seguir cumpliendo puntualmente con el servicio de la deuda externa, que contrastan con las recurrentes previsiones alarmistas de este y otros organismos que no se han materializado”.
Defiende también que el sistema financiero de Bolivia muestra supuestamente indicadores positivos, con baja mora crediticia y crecimiento en depósitos y cartera bancaria.
Y también destaca la supuesta diversificación de inversiones del sistema de pensiones y una mayor proyección internacional del país.
Bloomberg Línea ha solicitado una entrevista con el ministro de Economía y Finanzas Públicas boliviano, Marcelo Montenegro, pero hasta el momento no ha dado respuesta.
La administración de Luis Arce, uno de los presidentes más impopulares de Sudamérica, se sigue escudando en un “bloqueo legislativo de más de US$1.800 millones en créditos por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo que limitó severamente el acceso de recursos externos y provocó transferencias netas negativas para el país”, según el Ministerio de Economía.