Bloomberg — El Banco Central de Brasil aumentó su tasa de interés clave en un cuarto de punto, diciendo que probablemente pausará su campaña de ajuste monetario para medir su impacto sobre la inflación y la actividad económica.
Los miembros de la junta directiva, encabezados por Gabriel Galipolo, elevaron la tasa de interés de referencia Selic al 15% por decisión unánime el miércoles, tal como esperaban 12 de los 32 economistas encuestados por Bloomberg. Los otros 20 prevén que el costo de los préstamos se mantenga sin cambios en el 14,75%.
“Si el escenario previsto se materializa, el Comité prevé una interrupción del ciclo de subida de tasas para examinar sus impactos acumulativos aún no vistos”, escribieron las autoridades en un comunicado que acompaña a su decisión. Añadieron que evaluarán si el nivel actual de las tasas de interés, suponiendo que se mantenga estable durante un período prolongado, será suficiente para asegurar la convergencia de la inflación hacia la meta.
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Los banqueros centrales brasileños han implementado siete subidas de tasas consecutivas, que totalizan 4,5 puntos porcentuales, desde septiembre pasado. Extendieron su ciclo de ajuste, ya que las previsiones de inflación se sitúan muy por encima del objetivo del 3% hasta 2028. Si bien la incertidumbre sobre el comercio mundial supone un riesgo para el crecimiento, factores como el bajo desempleo y el bajo gasto público están impulsando la actividad interna.
“Una decisión muy reñida”, escribió Alberto Ramos, economista latinoamericano de Goldman Sachs, en un informe de investigación antes del anuncio. Aun así, anticipó un último aumento de un cuarto de punto porcentual en la tasa clave hoy, dada “la continua fortaleza de la economía real y las previsiones de inflación superiores al objetivo en el horizonte relevante para la política monetaria”.
La decisión de Brasil se produjo horas después de que la Reserva Federal dejara sin cambios su tasa de referencia, diciendo que la incertidumbre económica aún era alta pero había disminuido.
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El anuncio también siguió a los comentarios agresivos de Galipolo, quien dijo a principios de este mes que la actividad económica es “sorprendentemente resistente” y que el banco central necesita mantenerse fuerte frente a la presión.
A nivel local, el producto interno bruto (PIB) aumentó un 1,4% en el primer trimestre gracias a las cosechas abundantes y al sólido consumo familiar. Más recientemente, la economía registró un modesto crecimiento del 0,16% en abril, según el principal indicador de actividad del banco central.
Si bien la inflación anual rompió tres meses de ganancias en mayo, desacelerándose más de lo previsto hasta el 5,32%, se mantuvo por encima del límite del 4,5% del rango de tolerancia del banco central. Lo que ha beneficiado al banco central es el real, la moneda brasileña, que se ha apreciado casi un 13% frente al dólar en lo que va de año.
Mientras tanto, el gobierno brasileño intentará persuadir a los legisladores para que no bloqueen su propuesta de aumento del impuesto a las transacciones financieras (IOF). Los analistas afirman que un aumento de los gravámenes sobre los préstamos podría contribuir a que la política monetaria frene la economía.
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