Bloomberg — El Banco Central de Brasil subió las tasas de interés en un punto porcentual por tercera vez consecutiva e indicó que en su próxima reunión realizaría otra subida de menor magnitud, en un intento de enfriar la economía y controlar las presiones inflacionistas.
Los responsables de la política monetaria, encabezados por Gabriel Galipolo, elevaron la Selic de referencia al 14,25% a última hora del miércoles, tal y como esperaban todos los economistas encuestados por Bloomberg. Desde septiembre, el banco central ha endurecido su política monetaria en 3,75 puntos porcentuales.
“El escenario actual está marcado por el desanclaje adicional de las expectativas de inflación, las elevadas proyecciones de inflación, la resistencia de la actividad económica y las presiones del mercado laboral, lo que requiere una política monetaria más contractiva", escribieron los banqueros centrales en la declaración que acompañaba a la decisión. Añadieron que la magnitud total del ciclo de endurecimiento más allá de la próxima reunión de mayo dependerá de la inflación y de los datos económicos.
El Banco Central de Brasil siguió adelante con el endurecimiento de la política monetaria días después de que un informe mostrara que los precios al consumo registraron la mayor subida mensual en tres años. A pesar de los indicios de que el crecimiento se está moderando, con motores como la industria y los servicios en retroceso, el fuerte gasto público y la solidez del mercado laboral están estimulando la demanda. En conjunto, los mercados ven la inflación por encima del objetivo del 3% al menos hasta 2028.
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“Las expectativas de inflación siguen sin anclarse”, dijo Leonardo Costa, economista de la gestora de activos ASA, antes de la decisión.
El aumento de los costos de endeudamiento de Brasil se produjo horas después de que los funcionarios de la Reserva Federal mantuvieran estable su tasa de interés de referencia por segunda reunión consecutiva y transmitieran expectativas de menor crecimiento económico y mayor inflación.
El banco central de Brasil ya había anunciado su decisión en diciembre, cuando planificó subidas en enero y este mes. Esa orientación indicaba un enfoque de línea dura para contener la inflación bajo la dirección de Galipolo, elegido por el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva el año pasado para dirigir la institución.
Sin embargo, el endurecimiento de la política monetaria no está aliviando a los compradores afectados por la subida de los precios de los alimentos. Los meses de mal tiempo y las oscilaciones del real brasileño han disparado los precios de muchos alimentos básicos.
Los precios al consumo se dispararon un 1,31% en febrero, debido al aumento de los precios de la vivienda, la educación y los alimentos y bebidas. La inflación anual se aceleró hasta el 5,06%, por encima del límite superior del 4,5% del rango objetivo del banco central.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Lula ha dado a conocer medidas para recuperar apoyos después de que su aprobación alcanzara el nivel más bajo de su mandato. Muchas de esas políticas fomentan el consumo.
El martes, el Gobierno presentó una propuesta largamente esperada para eximir del impuesto sobre la renta a los trabajadores con salarios de hasta 5.000 reales (US$885). También ha ampliado las opciones de préstamo para los empleados del sector privado y flexibilizado las normas para los retiros anticipados del fondo de indemnización de los trabajadores, conocido como FGTS.
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