Bloomberg — Brasil mantuvo el miércoles su tasa de interés clave sin cambios, en su nivel más alto en casi dos décadas, lo que subraya la determinación del banco central de mantenerse firme ante la persistente inflación.
Los miembros del Consejo de Ministros, liderados por Gabriel Galipolo, mantuvieron la tasa de interés de referencia Selic en el 15% por tercera reunión consecutiva, tal y como preveían todos los economistas consultados por Bloomberg. Anteriormente, los responsables de la política monetaria habían elevado los costos de financiación en 4,5 puntos porcentuales entre septiembre de 2024 y junio del presente año.
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“El comité considera que mantener la tasa de interés en su nivel actual durante un periodo muy prolongado será suficiente para garantizar la convergencia de la inflación hacia el objetivo”, escribieron los responsables de la política monetaria en el comunicado que acompañó su decisión unánime. La inflación general y la subyacente han mostrado cierta mejoría, pero la junta “permanecerá vigilante” y “no dudará en reanudar el ciclo de subida de tasas si fuera necesario”, añadieron.
El banco central está logrando avances graduales en el control de los precios en la mayor economía de América Latina, pero se espera que la inflación se mantenga por encima del objetivo del 3% hasta 2028. Los niveles históricamente bajos de desempleo y la creciente preocupación por la frágil situación de las finanzas públicas de Brasil ensombrecen las perspectivas, obligando a los responsables políticos a mantenerse vigilantes.

La decisión refleja “la combinación de una postura cautelosa ante un entorno externo aún incierto y la evaluación de que los efectos retardados de la política monetaria aún se están desarrollando”, escribió Mario Mesquita, economista jefe de Itaú Unibanco Holding SA, en una nota de investigación previa a la reunión.
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Las elevadas tasas de interés están lastrando la actividad económica y fortaleciendo el real brasileño. Los precios al consumidor también se han moderado en las últimas semanas, con una disminución en los costos de los alimentos para los brasileños.
Sin embargo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está incrementando el gasto social de cara a las elecciones generales del próximo año. A pesar de las promesas del gobierno de lograr un superávit fiscal primario —que excluye el pago de intereses—, estos desembolsos preocupan a los inversores respecto a la trayectoria y la sostenibilidad de la deuda pública.
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