Brasil todavía tiene razones para seguir subiendo las tasas de interés, dice Goldman Sachs

Alberto Ramos, director de investigación macroeconómica para América Latina de Goldman Sachs, dijo que no está claro que estén dadas las condiciones para interrumpir el ciclo de alzas.

Sede do Banco Central
26 de mayo, 2025 | 06:17 PM

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Bloomberg Línea — El Banco Central de Brasil todavía tiene razones para subir las tasas de interés en la próxima reunión de política monetaria en junio, a pesar de las expectativas de parte del mercado de que el ciclo de ajuste ha terminado con la tasa básica Selic en el nivel actual de 14,75% anual.

Esta es la opinión del economista Alberto Ramos, director de investigación macroeconómica para América Latina de Goldman Sachs, que participó en un panel de discusión con el presidente del Banco Central de Brasil, Gabriel Galípolo, en un evento organizado por el banco de Wall Street en São Paulo el pasado lunes, 19 de mayo.

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Las declaraciones de Galípolo en el evento fueron interpretadas por los operadores como una señal de que el Banco Central dejará de subir la tasa Selic.

El presidente de la autoridad monetaria dijo que es probable que las tasas de interés se mantengan altas durante mucho tiempo y que un posible recorte de la tasa básica aún no forma parte de las discusiones del Copom.

En entrevista con Bloomberg Línea, Ramos dijo que a pesar de las señales de moderación económica destacadas por el Banco Central de Brasil, no está claro que estén dadas las condiciones para interrumpir el ciclo de alzas de la tasa Selic.

“No habrá mucha diferencia si el Banco Central se detiene en el 14,75% o en el 15% desde el punto de vista de la política monetaria. Pero tal vez sea una señal de credibilidad, dado que el panorama de la inflación es muy complicado a corto plazo, y que el modelo del Banco Central sigue proyectando una inflación todavía muy por encima del objetivo”, dijo en una reunión en la oficina de Goldman Sachs en São Paulo.

Para Ramos, la tendencia es que el IPCA (el índice nacional de precios al consumidor, calculado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE)) se mantenga muy por encima del objetivo del 3% al menos hasta 2027 y, por este motivo, estaría justificado subir las tasas de interés otros 0,25 puntos porcentuales en junio, que era la expectativa del mercado a principios de año.

“El Banco Central ha sido muy conservador hasta ahora. ¿Por qué elegiría la opción que es un poco más dovish? Cerraría con un aumento de 25 puntos básicos y mantendría el mensaje de que las tasas de interés seguirían siendo restrictivas por un período prolongado”, dijo.

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Alberto Ramos, do Goldman Sachs

La economía brasileña se ha mostrado más resistente de lo esperado en los últimos meses, y los indicadores de actividad más recientes han mostrado un crecimiento superior a las estimaciones de los economistas.

Además, las recientes medidas de estímulo anunciadas o en estudio por el gobierno tienden a mantener caliente el consumo, lo que dificulta al Banco Central enfriar la economía y reducir el ritmo de crecimiento.

El programa de crédito consignado para los trabajadores del sector privado, el aumento del tramo de renta del programa de vivienda Minha Casa Minha Vida, la propuesta de un programa de crédito para los repartidores de app y la medida provisional para el sector eléctrico, que amplía el descuento en el precio de la energía para las personas de baja renta, son algunas de estas medidas.

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Frente a esta situación, según Ramos, la visión de que la economía brasileña se desaceleraría en el segundo semestre del año ha quedado cada vez más en entredicho.

El riesgo, para el economista, es que el gobierno siga buscando otras formas “creativas” de mantener caliente la demanda a medida que se acercan las elecciones de 2026, lo que provocaría que las previsiones de inflación del Banco Central de Brasil se subestimen.

“El presidente Galípolo dijo que uno no toma antibióticos antes de sentirse enfermo. Eso es perfectamente legítimo. El Banco Central no va a actuar de forma preventiva ante algo que no ha ocurrido. Pero tiene que estar en la balanza de riesgos”, dijo Ramos.

El economista también advirtió que, con el ciclo electoral, el gobierno tiende a concentrar la ejecución presupuestaria en el segundo semestre de 2025 y adelantarla a 2026, lo que intensifica los estímulos a la demanda.

Según Ramos, este impulso adicional a la actividad refuerza los riesgos inflacionarios y limita aún más el espacio para recortes en las tasas de interés. “Hoy, la única ancla macroeconómica creíble en Brasil es la política monetaria”, afirmó.

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Escenario internacional

En cuanto a las perspectivas de la economía brasileña ante el incierto escenario internacional, con los aranceles de Donald Trump, Ramos dijo que el dólar más débil y las tasas de interés estadounidenses menos agresivas han creado condiciones más favorables para los mercados emergentes como Brasil.

“No diría que la historia local se ha convertido en una maravilla. Los problemas fiscales no son mejores que la posición fiscal en diciembre. Pero el contexto ha cambiado algo”, dijo Ramos.

La combinación de activos brasileños depreciados, altas tasas de interés reales y una percepción de que el país estaba relativamente poco afectado por la nueva configuración arancelaria del presidente Donald Trump ayudó a atraer capital extranjero.

La evaluación de los inversores, dice, es pragmática, y Brasil aparece como una alternativa interesante. “Los inversores extranjeros miran la tasa de interés real al 7%. El Ibovespa [el índice de acione sbrasileñas] estaba descontado", dijo.

En cuanto al impacto de una posible recesión en Estados Unidos o una desaceleración mundial, Ramos ve a Brasil relativamente protegido por una característica que, paradójicamente, es negativa: su baja integración en el comercio internacional.

Aun así, advierte de un riesgo más relevante: una aversión global al riesgo, que podría provocar una fuga de capitales. “Me preocupa más un shock global de aversión al riesgo para Brasil que una desaceleración global”.

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