Bloomberg — El Congreso de Brasil votó a favor de bloquear los aumentos de impuestos propuestos por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre algunas transacciones financieras, asestando un duro golpe a los esfuerzos del gobierno por apuntalar su presupuesto.
Los legisladores de la cámara baja votaron el miércoles 383-98 para anular un decreto presidencial que elevaba los llamados impuestos IOF, parte de un paquete fiscal más amplio que busca generar nuevos ingresos para ayudar a alcanzar los objetivos fiscales este año y el próximo.
Los senadores siguieron su ejemplo menos de dos horas después y, en una votación simbólica, confirmaron la decisión de anular el decreto, un paso que el Congreso no había dado en tres décadas.
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El rechazo del decreto supone un importante revés para el gobierno de Lula y, en particular, para los esfuerzos del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, por lograr este año un resultado presupuestario primario equilibrado, excluyendo el pago de intereses.
La administración del líder izquierdista calculaba que los aumentos de impuestos generarían 10.000 millones de reales (US$1.800 millones) como parte de un paquete que se esperaba que aportara más de 30.000 millones de reales a finales de 2026. La derrota le dejó buscando nuevas formas de compensar el déficit en un momento en que se enfrenta a un creciente escepticismo de los inversores sobre las perspectivas presupuestarias de Brasil y a unas relaciones fracturadas con los legisladores a los que necesita para aprobar sus propuestas.
La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, dijo que el gobierno tendrá que congelar otros 10.000 millones de reales del presupuesto, además de los 31.000 millones ya congelados. Los programas sociales estarán en peligro, añadió en un mensaje en las redes sociales antes de las votaciones. Un representante del gobierno en la cámara baja no descartó la posibilidad de recurrir ante el Tribunal Supremo la decisión del congreso.
Aunque los legisladores aprobaron la semana pasada una solicitud para tramitar por la vía rápida una medida para bloquear el decreto, la administración interpretó que el presidente de la Cámara, Hugo Motta, había evitado una votación inmediata en el pleno como una señal de que estaba dispuesto a negociar.
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Sin embargo, el presidente de la Cámara se sintió cada vez más frustrado por la falta de diálogo entre el gobierno y el Congreso a medida que Lula avanzaba con el decreto fiscal.
También discrepó con las críticas de Haddad a las propuestas de gasto del Congreso durante una entrevista el martes por la noche, y se mostró insatisfecho con los esfuerzos del gobierno por culpar a los legisladores del aumento de los costos de la electricidad después de que anularan una serie de vetos de Lula la semana pasada.
El gobierno ha advertido que anular el decreto también puede afectar al pago de las llamadas enmiendas presupuestarias parlamentarias, dinero federal utilizado para financiar proyectos en los estados de origen de los legisladores.
Los legisladores, sin embargo, ya se están quejando del ritmo al que el gobierno está liberando estos fondos.
“Los alcaldes de todo Brasil están desesperados porque no pueden obtener los fondos asignados por los legisladores debido a la inacción del gobierno”, dijo el representante de la cámara baja Sostenes Cavalcante, líder del Partido Liberal del expresidente Jair Bolsonaro.
El jefe del Senado, Davi Alcolumbre, adoptó un tono conciliador tras la votación, diciendo que el Congreso ha estado ayudando al gobierno mucho más que obstaculizándolo.
“Ahora es el momento de que todos hagamos una pausa, hablemos más y construyamos un consenso sobre lo que es necesario para Brasil”, dijo.
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