Bloomberg — El mes pasado, los precios al consumo en Brasil tuvieron su mayor aumento en tres años, aumentando la presión sobre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para mitigar el impacto en los consumidores.
Los datos oficiales publicados el miércoles mostraron que los precios se dispararon un 1,31% en febrero, la mayor subida mensual desde marzo de 2022, igualando la estimación media de los economistas encuestados por Bloomberg. La inflación anual se aceleró hasta el 5,06%.

La inflación persistente, impulsada especialmente por el alto costo de los alimentos, está generando malestar entre los consumidores y presionando al gobierno para encontrar soluciones. Para contener los precios, el banco central planea subir las tasas de interés en un punto porcentual por tercera vez consecutiva la próxima semana, una medida que podría desacelerar el crecimiento en un momento de creciente preocupación económica en Brasil.
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Lo que dice Bloomberg Economics
“La inflación brasileña repuntó en febrero debido a presiones temporales y estacionales. Salvo una fuerte apreciación de la moneda o una desaceleración económica mucho más rápida, esperamos que el aumento de los precios se sitúe por encima del objetivo a lo largo de 2025. Y con unas expectativas de inflación resistentes, eso mantendrá ocupado al banco central. Prevemos una subida de las tasas de interés de 100 puntos básicos en la reunión de la próxima semana y un mayor endurecimiento durante el segundo trimestre antes de que los responsables políticos se mantengan a la espera durante el resto del año”.
- Adriana Dupita, economista de Brasil y Argentina
Los costes de la vivienda subieron un 4,44% en el mes, empujados por el aumento de las facturas de los servicios públicos al expirar los subsidios energéticos, que representaron el principal motor de la inflación en febrero. La educación subió un 4,7%, mientras que los costes de alimentación y bebidas aumentaron un 0,7%, según la agencia de estadística.
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Atrapados entre la elevada inflación y las tasas -con la Selic de referencia a punto de alcanzar el 14,25%- los consumidores están descargando su frustración contra el presidente Lula. Una serie de sondeos de opinión recientes muestran que sus índices de aprobación se hunden a sus niveles más bajos de sus tres mandatos.
El gobierno ha respondido con medidas que incluyen el recorte de los aranceles sobre los alimentos importados. Los economistas advierten que es probable que su impacto sea mínimo y que la inflación anual se mantendrá por encima del objetivo del 3% en un futuro previsible.
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