Bloomberg — La popularidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva aumentó justo antes de que Donald Trump iniciara una guerra comercial con Brasil, en represalia por el trato que recibió su aliado de derecha, Jair Bolsonaro.
Poco más del 50% de los brasileños aprobaban a Lula a finales de julio, frente al 49,7 de dos semanas antes, según LatAm Pulse, una encuesta mensual realizada por AtlasIntel para Bloomberg News. Su índice de desaprobación cayó al 49,7% desde el 50,3% en el mismo periodo de tiempo. AtlasIntel encuestó a 7.334 personas en Brasil del 25 al 28 de julio, con un margen de error de más o menos 1 punto porcentual.
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El enfrentamiento de los países más grandes del hemisferio occidental está elevando la posición del presidente brasileño entre sus ciudadanos. El líder de izquierda rechazó las exigencias de Trump de poner fin a una “caza de brujas” contra Bolsonaro, que pronto se enfrentará a un juicio acusado de intentar aferrarse al poder tras perder las elecciones de 2022. En su lugar, Lula ha tratado de presentarse como un estadista con la cabeza fría y reunir tanto a aliados como a críticos bajo la bandera del respeto a la soberanía nacional.
“Espero que el presidente de Estados Unidos reflexione sobre la importancia de Brasil y decida hacer lo que hacemos en un mundo civilizado: si hay un desacuerdo, sentarse a la mesa, dejarlo a un lado y resolverlo”, dijo Lula el lunes.
Hasta ahora, sus llamamientos al diálogo han sido en gran medida ignorados. Una delegación de senadores brasileños de visita en Washington DC no pudo reunirse con ninguno de los aliados de Trump en el Congreso en su intento por evitar los gravámenes. La administración Trump anunció el miércoles que impondría aranceles del 50% a las importaciones procedentes del país sudamericano a partir de la próxima semana.
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Aunque la orden ejecutiva incluye excepciones para exportaciones brasileñas clave, incluidos el zumo de naranja y los aviones civiles fabricados por el fabricante de aviones Embraer SA (ERJ), EE.UU. impuso simultáneamente sanciones al juez del Tribunal Supremo brasileño Alexandre de Moraes, el magistrado que preside el juicio de Bolsonaro y que ordenó al expresidente llevar un monitor en el tobillo a principios de este mes.
La intervención de Trump en la política brasileña ha puesto en aprietos a los conservadores del país. De cara a las elecciones presidenciales del próximo año, Lula está actualmente en las encuestas por delante de sus principales oponentes, incluido Bolsonaro, que tiene prohibido ocupar cargos públicos.
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