La Unidad de Fomento (UF) es una unidad de cuenta reajustable ampliamente usada en Chile para expresar valores que deben mantenerse relativos a la inflación: créditos hipotecarios, contratos de arriendo, precios de viviendas, multas, algunas obligaciones tributarias y montos previsionales. No es moneda de curso legal: los pagos se efectúan en pesos chilenos según el valor diario de la UF.
Ahora bien, ¿qué ocurre en oportunidades en que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se queda en 0%, tal como sucedió en agosto? La UF se mantiene inmóvil.
Es decir, el valor de la UF se ubicaba en $39.485,65 al 9 de septiembre de 2025 y se mantendrá, inalterable, hasta el 9 de octubre de 2025.
La historia del instrumento
La UF fue creada el 20 de enero de 1967 con el objetivo de proteger ahorros y contratos frente a variaciones de precios; con el tiempo, su uso se extendió al sistema financiero y a numerosas normas y contratos privados. Desde 1990 su determinación y metodología están bajo la responsabilidad del Banco Central, que la calcula y autoriza conforme a normas establecidas en su compendio de reglas.
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Su cálculo combina el índice de precios al consumo (IPC) oficial y una regla de interpolación mensual: el valor de la UF se reajusta diariamente desde el día 10 de cada mes hasta el día 9 del mes siguiente, aplicando la variación del IPC del mes calendario anterior (la fórmula utiliza la tasa geométrica correspondiente). Esa relación entre UF e IPC es la que mantiene, en términos relativos, el poder adquisitivo de los montos expresados en UF. Los datos del IPC los publica el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Para fines prácticos, el Servicio de Impuestos Internos (SII) y el propio Banco Central publican los valores diarios de la UF —la cifra en pesos que rige para cada jornada— y muchas instituciones financieras y portales de datos la reproducen para uso público. Es esa cotización diaria la que permite convertir obligaciones expresadas en UF a pesos para su pago efectivo.
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En el plano internacional, la UF figura en listados de unidades contables con el código ISO CLF, lo que facilita su reconocimiento en informes y mercados que manejan múltiples códigos monetarios. En la práctica, la UF funciona como un ancla contractual contra la inflación: da previsibilidad a plazos largos (hipotecas, arriendos, proyectos) pero no sustituye la necesidad de gestionar riesgos monetarios y de mercado por parte de deudores y acreedores.
