Amarilo prevé recuperación de la vivienda en Colombia con bajas tasas y foco en las regiones

Su presidente, Roberto Moreno, asegura que el ciclo de la construcción tocó fondo y ahora inicia una recuperación apalancada en menores tasas de interés, subsidios regionales y proyectos de gran escala en las grandes ciudades.

El déficit habitacional cuantitativo impacta a más de 23 millones latinoamericanos, mientras que el déficit cualitativo de viviendas afecta a más de 46 millones de personas
01 de septiembre, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — El mercado de la construcción de vivienda en Colombia empieza a dejar atrás la fase más difícil del ciclo. Así lo aseguró Roberto Moreno, presidente de Amarilo, en entrevista con Bloomberg Línea al afirmar que la industria ya tocó fondo y que la recuperación está en marcha, impulsada por la baja en las tasas de interés y por programas locales de vivienda social en ciudades como Bogotá, Barranquilla y Cartagena.

“Estamos en los mejores momentos para comprar vivienda y que se animen muchos a hacerlo ahora. La gasolina del sector son las bajas tasas de interés, y esa condición ya se está dando en Colombia”, dijo Moreno.

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El papel de los bancos y el acceso al crédito

Moreno destacó que las entidades financieras han empezado a responder al nuevo escenario monetario. Bancolombia, por ejemplo, fue el primero en reducir las tasas de crédito hipotecario en 2024, lo que permitió que miles de familias accedieran al cierre financiero del crédito.

El Fondo Nacional del Ahorro también ha jugado un rol clave con esquemas de crédito más flexibles, lo que refuerza la expectativa de que la vivienda se convierta nuevamente en motor de crecimiento.

“Las tasas hipotecarias ya se encuentran en niveles que permiten a las familias cerrar sus compras. Esa es la condición básica para que el mercado retome dinamismo”, apuntó el directivo.

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La fuerza de las regiones

Más allá de Bogotá, Amarilo ha consolidado presencia en 18 ciudades del país, con la vista puesta en nuevas capitales intermedias. En Pereira, por ejemplo, prepara dos proyectos de vivienda social junto al constructor local Sur, que sumarán miles de unidades habitacionales.

En Villavicencio, la compañía lleva más de una década desarrollando iniciativas de gran escala, con cerca de 18.000 viviendas en curso desde 2013.

“El futuro de Colombia está en las regiones. Allí es donde se está generando actividad económica y en donde la articulación entre gobiernos locales y el sector privado ha demostrado resultados concretos”, dijo Moreno.

Proyectos estratégicos en Bogotá

La capital continúa siendo el eje principal de las apuestas de Amarilo. Uno de los proyectos emblemáticos es el desarrollo en la calle 85 con carrera 15, en el noroccidente de la capital, considerado el primer gran decreto de renovación urbana en la ciudad. El plan incluye tres manzanas y más de 50.000 metros cuadrados de terreno, con un teatro, viviendas, oficinas, comercio y un amplio componente de espacio público.

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El proyecto, que ya tiene cierre financiero y más del 90% de las viviendas vendidas, busca articularse con la futura primera línea del metro, cuya operación está prevista para 2028.

Amarilo entregará a la ciudad 18.000 metros cuadrados de espacio público, zonas peatonales, arborización y nuevas conexiones de movilidad.

“Este tipo de desarrollos son prueba de que sí se puede estructurar y ejecutar proyectos de gran escala que transformen sectores enteros de la ciudad y aporten a la calidad de vida urbana”, afirmó Moreno.

Expansión internacional: Panamá como laboratorio

Además de su operación en Colombia, Amarilo avanza en Panamá con un proyecto en el área de La Chorrera y Arraiján, donde se construyen 24.000 viviendas en torno a la tercera línea del metro. El plan replica la lógica de ciudades incluyentes como Lagos de Torca, con mezcla de vivienda social y no social, comercio y equipamientos urbanos.

“En Panamá hemos encontrado un espacio ideal para replicar el modelo de ciudad integral. La llegada del metro es el catalizador que permite planificar a gran escala y atraer inversión”, explicó el presidente de Amarilo.

Reglas de juego claras y visión de largo plazo

Para Moreno, la clave de la sostenibilidad del sector radica en la estabilidad normativa y la coordinación público-privada. A su juicio, los avances logrados en ciudades como Barranquilla, Medellín y Bogotá demuestran que, con reglas claras, es posible atraer capital e impulsar programas de vivienda social exitosos.

“El sector necesita pensar en el largo plazo, con políticas que trasciendan los ciclos políticos. Por eso trabajamos con el BID en un plan sectorial hacia 2026 que articule entidades públicas, privadas y multilaterales bajo una misma hoja de ruta”, comentó.

El valor de la confianza

El directivo resaltó que los inversionistas extranjeros están dispuestos a apostar por proyectos urbanos en Colombia, siempre y cuando encuentren estabilidad y transparencia. Recordó que instituciones como el IFC ya han participado en iniciativas de Amarilo, lo que demuestra que el mercado colombiano mantiene atractivo.

“La inversión llega cuando hay confianza. Si el país ofrece reglas claras y una visión consistente, podemos atraer capital y transformar ciudades al mismo tiempo”, sostuvo Moreno.

Un país de regiones con potencial

Colombia cuenta con 41 ciudades de más de 100.000 habitantes, un escenario que para Amarilo representa oportunidades permanentes de crecimiento. La compañía ha encontrado aliados en las cajas de compensación y en las administraciones locales para articular programas de subsidio y acceso a crédito que han permitido dinamizar la vivienda de interés social.

Casos como los de Barranquilla y Villavicencio muestran cómo proyectos de gran escala, apoyados por políticas locales, pueden transformar territorios completos. “La evidencia está en las regiones: allí se está dando la verdadera reactivación”, recalcó Moreno.

Perspectiva hacia 2026

De cara al futuro inmediato, Amarilo proyecta seguir consolidando operaciones en Medellín, Rionegro, Pereira y Panamá, mientras avanza en los desarrollos estratégicos en Bogotá.

El objetivo es mantener el ritmo de construcción de vivienda social, sin dejar de lado proyectos de renovación urbana de gran escala.

Moreno concluyó con una visión optimista: “Colombia tiene un potencial enorme y es el momento de aprovecharlo. La riqueza está en nuestras regiones, en la capacidad de trabajo de la gente y en la articulación entre sectores. Si logramos mantener reglas de juego claras, el crecimiento del sector vivienda será sostenible y duradero”.

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