Bloomberg Línea — El lanzamiento de Bre–B, el nuevo Sistema de Pagos Inmediatos (SPI) de Colombia, representa un paso clave hacia la modernización del ecosistema financiero nacional.
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Este sistema, diseñado por el Banco de la República en colaboración con el sector privado, permite realizar transferencias de dinero en tiempo real entre distintas entidades, las 24 horas del día y los siete días de la semana, sin importar el banco del usuario.
“Bre–B permite la realización de pagos y transferencias al instante, los 365 días del año, sin importar la entidad donde tenga su cuenta”, destacó el centro de pensamiento ANIF, en su más reciente comentario económico.
El sistema ya cuenta con 88,3 millones de llaves registradas, correspondientes a 32,8 millones de clientes, una cifra que refleja el interés creciente por esta nueva herramienta.
El proyecto es resultado de un proceso iniciado en 2022, cuando el Banco de la República creó un foro de diálogo con los distintos actores del ecosistema financiero.
De esos encuentros surgió la idea de Bre–B, concebido como un sistema mixto, a medio camino entre el modelo público de PIX en Brasil y el privado de Transfiya en Colombia.
“El Banco de la República trabaja de la mano con el sector privado para operar el sistema”, señaló ANIF, subrayando la naturaleza colaborativa del modelo.
En su primera semana de operación Bre–B procesó 17 millones de transacciones por un valor de COP$2,3 billones, una cifra que refleja tanto el potencial del sistema como el apetito del mercado por soluciones digitales de pago más ágiles y seguras.
Según el análisis de ANIF, el 59,1% de los usuarios ha optado por las llaves alfanuméricas, seguidas por las vinculadas al número de celular (21,3%) y al correo electrónico (11%).
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Los SPI permiten no sólo las transferencias persona a persona (P2P), sino también pagos a comercios (P2B), transferencias entre empresas (B2B) y transacciones con el Gobierno (P2G o G2P). “Entre más casos de uso tenga un SPI, mayor utilidad y adopción alcanzará entre los usuarios”, sostiene el informe.
Esto podría traducirse en una expansión significativa del sistema a medida que los comercios y las entidades públicas integren Bre–B a sus plataformas.
La experiencia internacional muestra el potencial de este tipo de herramientas. En Brasil, por ejemplo, PIX concentra el 89,4% de las transacciones del país, según datos del Banco Central. Para Colombia, el desafío será lograr una adopción similar y fomentar una reducción sostenida del uso del efectivo, que aún predomina en amplios segmentos de la población.
El Banco de la República busca que Bre–B se convierta en un pilar de inclusión financiera, al permitir que más personas y pequeñas empresas accedan a medios de pago digitales sin costos elevados ni fricciones tecnológicas. La utilización de “alias” o llaves digitales, como el correo electrónico, el número de documento o el celular, simplifica el proceso y mejora la seguridad de las operaciones.
A futuro, el éxito del sistema dependerá de su penetración y usabilidad, factores que, según ANIF, serán determinantes para medir su impacto real en la economía. “El éxito de Bre–B se medirá con la usabilidad y penetración que tenga en el ecosistema de pagos, es decir, que las personas reduzcan el uso de efectivo e incrementen el uso del SPI”, enfatizó el informe.
En un contexto de transformación digital acelerada, Bre–B podría convertirse en una de las herramientas más disruptivas del sistema financiero colombiano, impulsando la eficiencia, la transparencia y la formalización económica.
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Su adopción masiva no sólo facilitará la vida cotidiana de millones de colombianos, sino que también consolidará al país en la tendencia global de los pagos instantáneos, un paso firme hacia una economía más moderna e inclusiva.