El mensaje para América Latina que deja ‘La pasión de Petro’ y su polémica con Trump

El servicio diplomático colombiano logró congelar las sanciones de Estados Unidos, pero se sentó un precedente de los actos que no serán tolerados por la administración Trump en su regreso a la Casa Blanca

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, y el presidente electo de EE.UU., Donald Trump.
27 de enero, 2025 | 12:56 PM

Bogotá — El Gobierno de Gustavo Petro logró congelar sanciones comerciales de Donald Trump tras 19 horas de crisis diplomática, pero el episodio —que incluyó el rechazo inicial a vuelos de deportación desde Estados Unidos y amenazas que hubieran afectado a US$13.000 millones en exportaciones colombianas— establece un precedente de cómo el republicano planea disciplinar a los gobiernos latinoamericanos que desafíen su política migratoria.

Además, los expertos consultados por Bloomberg Línea advirtieron sobre los riesgos de gobernar a través de las redes sociales.

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Durante 19 horas frenéticas de intensa actividad en redes sociales, Petro libró una disputa con el presidente de Estados Unidos que se zanjó con una aceptación de las condiciones impuestas por el gobierno norteamericano.

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Al igual que en La Pasión de Cristo, la película de Mel Gibson, que recorre las últimas 12 horas de la vida de Jesús de Nazaret, desde su captura en el Jardín de Getsemaní hasta su crucifixión y muerte en el Gólgota, los medios hicieron el recorrido desde las 3:41 a.m., cuando Petro rechazó la entrada de los migrantes procedentes de Estados Unidos, hasta las 10:42 p.m cuando la Cancillería anunció la superación del conflicto diplomático.

El rechazo de dos aeronaves militares de Estados Unidos que eran utilizadas para repatriar colombianos indocumentados fueron el anzuelo que mordió Petro en el interés de Trump por mostrarle al mundo su poderío y determinación.

Negociaciones a contrarreloj

De acuerdo con W Radio, la solución del pleito estuvo liderada por el saliente canciller Luis Gilberto Murillo: el funcionario colombiano entabló diálogos con Richard Grenell, enviado especial para temas de Venezuela del gobierno Trump.

Así mismo, se supo que el canciller saliente también conversó con congresistas republicanos y más de 10 cancilleres intervinieron para aliviar la tensión que se desató entre Colombia y Estados Unidos.

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Aunque Trump dejó sin efecto las sanciones arancelarias, decisión condicionada a que Colombia acepte la repatriación de migrantes, los servicios consulares continúan en suspenso, afectando entre otras, el otorgamiento de visas para colombianos, una decisión que impactará no solamente el turismo sino la inversión estadounidense en el país sudamericano.

Un mensaje de Trump para Latinoamérica

Lo ocurrido el fin de semana con Colombia no es solo un mensaje a ese país, sino al resto de Latinoamérica de que la política de inmigraciones de Trump no admite negociaciones y que la aproximación en esa materia es del todo o nada”, asegura el director de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, Jorge Sahd.

Para Carlos Arias, gerente de Estrategia & Poder, el impasse de Petro debe ser entendido por otros líderes de la región como un yerro que puede resultarles costos a los pueblos que lideran.

“El mayor mensaje que deben apropiar después de lo sucedido, es que no son líderes personalistas, que no pueden sobreponer su ego, su interés ideológico o su interés de poder por encima del bienestar de los pueblos que los eligieron”, dice Arias.

Prohibida la ‘twittercracia’

Para Arias, una de las mayores lecciones que les deben quedar a los líderes latinoamericanos del evento entre Petro y Trump es el de evitar gobernar a través de sus redes sociales.

“El jefe de estado no puede seguir pensando que su cuenta de red social personal es el espacio para dictar políticas públicas, es decir, la twittercracia queda hoy absolutamente relegada”, sostiene el analista político.

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Además, para Arias los presidentes de la región no pueden volver a caer en la tentación de pelear contra el presidente Trump sin tener definido el propósito de hacerlo o sin tener clara cuál es la finalidad, “no se puede bravear a un gobierno como el de los Estados Unidos sin tener una estrategia económica o política planeada y trazada”.

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Arias, quien ha dedicado su carrera a estudiar la psicología política asegura que “este fue el primero, pero seguramente no el último”, y añade que “una persona con las características patológicas de Gustavo Petro, en términos emocionales, no se va a quedar con eso, no se va a quedar con la humillación de haber tenido que bajar la cabeza y haber entendido que se equivocó”.

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Para Guillermo Valencia, CEO de Macrowise, recular las redes sociales pueden ser un mecanismo muy útil, pero igualmente peligroso. “Son un vehículo tremendo, pero un tuit puede quebrar un país, si no se maneja con cuidado”, dijo Valencia.

Y añade que las redes no reemplazan las instituciones e independiente de la ideología política, “cada mensaje que el presidente de una nación tiene, tiene unas implicaciones muy importantes”.

Colombia, el chivo expiatorio

México y Brasil, dice Valencia, son quienes tienen que leer lo que pasó con Colombia, como un mensaje contundente de lo que puede venir para ellos si no están alineados con los intereses de Estados Unidos.

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“En el ajedrez grande Estados Unidos y China están en una guerra fría (...) Petro cometió un error muy grande porque fue el chivo expiatorio para mostrar cómo van a ser las cosas si usted no se alinea con los intereses de Trump”.

Valencia explica que las sanciones anunciadas, y posteriormente congeladas por Trump, no son fáciles de sobrellevar para economías como las latinoamericanas. “Las barreras comerciales es un apalancamiento que tiene el gobierno Trump para conseguir lo que él quiere en términos de sus intereses nacionales”.

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Para César Caballero, director de Cifras y Conceptos, una firma especializada en medir el pulso político en Colombia, “la estrategia le salió muy bien a Trump porque Colombia respondió sin estrategia”.

En ese sentido, el experto no descarta que en el futuro se presenten nuevos enfrentamientos entre Petro y Trump. “Colombia dejó de ser el aliado histórico de Estados Unidos y aunque se solucionó de momento el tema, dio señales de no estar alineado con sus intereses y ese no es un buen mensaje”, dijo Caballero.

Sahd, de la Universidad Católica de Chile, no ve el encuentro entre Trump y Petro como un golpe a la izquierda, sino más como un campanazo de alerta sobre lo que puede pasar a futuro.

“No lo veo como un golpe a la izquierda latinoamericana, sino como un llamado de atención a los países de la región de que tienen que prepararse para un presidente Trump que será unilateral en su política exterior, transaccional y que no admitirá concesión alguna en su política migratoria”, concluyó.