Bloomberg Línea — José Raúl Mulino asumió la Presidencia de Panamá apenas cinco días atrás y ya dejó ver que la contención de la migración irregular será una de las principales apuestas de su Gobierno. El primer día de mandato, firmó un memorando de acuerdo con los Estados Unidos para la repatriación de migrantes; el pasado miércoles, ordenó el cierre con alambres de púas en tres cruces del Darién, y hoy, viernes 5 de julio, dijo que la migración no es problema de su país.
En un acto público en Colón, en el que presidió el cambio de mando de la Policía Nacional, el Servicio Aeronaval de Panamá y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), Mulino aseguró que la frontera con Colombia está a salvo tras los cierres ordenados.
“Quiero anunciarle al país que la frontera del Darién está nuevamente a salvo de ese problema, que no es un problema de Panamá, es un problema que pasa por Panamá”, dijo el mandatario acerca de la migración.
Mulino además afirmó que el manejo de la migración es una “barbaridad” que cuesta millones de dólares del erario público a Panamá e impide el destino de uniformados del Senafront a otras actividades fronterizas para los que se requieren.
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“Avanzaremos en insertar programas de cooperación internacional”, sentenció Mulino, vaticinando más medidas para contener el flujo migratorio en el denominado tapón del Darién, la selva que separa a Panamá de Colombia y que una década atrás parecía intransitable.
Cierres en el Darién generan represamiento en Colombia
El miércoles, 3 de julio, el Senafront anunció que los cierres en tres puntos del Darién tenían como objetivo luchar “contra las organizaciones delictivas transnacionales que se benefician del tráfico de personas, de cobros ilícitos y otros delitos conexos a esta población vulnerable”. Sin embargo, la medida está generando represamientos de migrantes en el Urabá antioqueño y chocoano, según la Defensoría del Pueblo de Colombia.
“Les recomendamos a las autoridades del orden nacional impulsar medidas efectivas de respuesta en el corto plazo para hacerle frente a un escenario de represamiento de personas en los municipios receptores de migrantes”, afirmó el defensor del Pueblo colombiano, Julio Luis Balanta.
Balanta además pidió el Gobierno colombiano hacerle saber a las autoridades panameñas la importancia de que su medida cumpla los principios de una migración segura, ordenada, regular y en condiciones de dignidad humana, así como los derechos al refugio, accesibilidad, satisfacción de necesidades básicas y garantía de no devolución de los migrantes.
Mulino: “No permitiré que Panamá sea un camino abierto”
Durante su posesión presidencial, José Raúl Mulino aseguró que no permitirá que Panamá sea un camino abierto a “miles de personas que ingresan ilegalmente” y, tras su discurso, fue dada a conocer la primera medida para contener la migración irregular: la firma de un memorando de acuerdo con los Estados Unidos para ayudar a repatriar a quienes ingresen al país sin documentos.
Con el acuerdo, Estados Unidos asumirá los gastos de los vuelos que implique la repatriación de quienes ingresen a Panamá ilegalmente a través del Darién, un corredor de tránsito para quienes buscan avanzar hacia Centroamérica y llegar al norte del continente, en su mayoría ciudadanos venezolanos que huyen de la crisis económica y migratoria.
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Del 1 enero al pasado 20 de junio, Migración Panamá registró el paso irregular de 186.969 migrantes a través del Darién. “En su mayoría han ingresado al país a través de la selva de Darién, 122.616 venezolanos, 12.839 ecuatorianos y de Colombia 12.059″, informó.