Bloomberg Línea — El bolsillo de los hogares colombianos vuelve a sentir la presión del mercado de alimentos. Aunque la inflación general del país se ubica en 5,18%, el costo de la comida supera el 6%, lo que significa que los productos básicos de la canasta familiar se encarecen más rápido que el resto de bienes y servicios.
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“El repunte en la inflación de alimentos muestra señales de algunas presiones de oferta por factores climáticos, aunque no se descarta algún efecto de demanda en rubros específicos”, destacó Mariana Quinche, economista de BBVA Research.
Este comportamiento resulta especialmente llamativo en un contexto de peso fuerte, que en teoría debería ayudar a reducir los costos de importación y, con ello, contener los precios.
Los precios de los alimentos contribuyeron modestamente al aumento de la inflación general. El IPC de los alimentos subió un 0,32 % intermensual, frente al 0,24 % intermensual de hace un año.
La paradoja es clara: el país importa buena parte de los insumos agrícolas y materias primas para alimentos procesados, y aun así el fortalecimiento del peso no se ha traducido en una caída significativa de los precios en los supermercados y centrales de abastos.
Factores como el clima, la oferta interna, los costos de transporte y la intermediación siguen pesando más en la formación de precios que la tasa de cambio.
“Factores como la expansión fiscal, el ritmo de la demanda interna y el riesgo de otro aumento de dos dígitos del salario mínimo el próximo año podrían mantener la inflación en niveles incómodamente altos en el futuro”, aseguró Credicorp Capital tras conocer el dato de septiembre.
Además, destacó que los mecanismos de indexación se convertirán en un factor de riesgo clave. “Ahora vemos una inflación del 5,1% a finales de año y no esperamos cambios en la tasa repo este año”.
Los mayores aumentos, en productos básicos
Varios alimentos esenciales de la canasta familiar —aquellos que componen la dieta promedio del hogar colombiano y son monitoreados por el Departamento Nacional de Estadística (DANE) para medir la inflación— presentan incrementos de dos dígitos. Entre ellos están la yuca, que se disparó un 46,2%, la zanahoria con un alza del 50,91%, y el tomate, que aumentó 41,2% en el último año.
Estos tres productos son pilares del consumo diario, presentes tanto en comidas caseras como en los menús populares, y su encarecimiento tiene un impacto directo sobre los estratos medios y bajos.
La cebolla también muestra un aumento considerable de 25,4%, mientras que los plátanos, otro alimento infaltable en la mesa colombiana, suben 14,33%. A la par, las frutas frescas en general se encarecieron un 13%, impulsadas por el incremento en productos como la naranja (7,9%) y las moras (7,67%).
El comportamiento de estos precios revela la alta vulnerabilidad del país ante los choques climáticos. Las variaciones de temperatura, las lluvias y los efectos del fenómeno de El Niño o La Niña alteran la producción y disponibilidad de frutas y verduras, que dependen de cosechas locales y no se benefician de la fortaleza cambiaria.
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Procesados también presionan el gasto
No sólo los productos frescos están subiendo. Los alimentos procesados y de consumo habitual también registran aumentos significativos. El pan, con un alza de 3,77%, y los productos de panadería, que suben 10,83%, forman parte de la canasta básica, al igual que las harinas, cereales y almidones, con un incremento de 6,62%. Estos artículos son esenciales en los hogares por su frecuencia de consumo y porque son ingredientes de desayunos, almuerzos y cenas en distintos estratos.
Los aceites comestibles suben 7,38%, mientras que la mantequilla de vaca lo hace en 8,3% y los quesos en 5,73%. En las proteínas, la carne de res avanza 6,87%, la charcutería 11,12%, y el pescado 4,99%. En conjunto, estos aumentos muestran que el costo de las proteínas animales —que representan una porción importante del gasto alimentario mensual— no se ha moderado y, de hecho, suben por encima de la inflación total.
Otros productos que se incluyen en la canasta de gasto de los hogares, como la panela (27,04%), las salsas y pastas (5,89%) y la sal (9,81%), también suben con fuerza. Estos incrementos son relevantes porque afectan tanto la cocina doméstica como el costo de los alimentos preparados, reflejándose en el precio del corrientazo (almuerzo popular), que ya registra un aumento del 7,63%.
“Los alimentos procesados impulsaron el aumento mensual, añadiendo 0,03 puntos porcentuales a la inflación anual en relación con agosto, mientras que los alimentos perecederos restaron 0,02 puntos, ya que las presiones sobre los precios se moderaron tras la huelga de agricultores de agosto y las consiguientes interrupciones en la cadena de suministro”, destacó Andrés Pardo Amézquita, economista de estrategia macroeconómica para Latinoamérica en XP Investments.
El efecto en bebidas y alimentos de consumo diario
Las bebidas calientes y frías tampoco escapan al alza. El café y sus derivados encabezan el listado con un incremento de 52,46%, lo que impacta directamente el desayuno promedio de los colombianos. El chocolate, con un alza de 18,24%, y el té, con 9,6%, siguen la misma tendencia.
Entre las bebidas frías, los jugos de caja suben 7,15%, las gaseosas 6,91% y los concentrados en polvo para refrescos 28,99%. Incluso los helados aumentan 9%, y las gelatinas y flanes 16,03%, lo que demuestra que los alimentos considerados “no esenciales” también contribuyen a la inflación del rubro de comidas.
Impacto en la canasta familiar
De los alimentos mencionados, la mayoría hace parte directa de la canasta familiar medida por el DANE, ya que reflejan el consumo real de los hogares colombianos. Entre ellos se encuentran el pan, harinas y cereales, productos de panadería, carne de res, pescado, charcutería, quesos, aceites comestibles, panela, frutas frescas, plátano, yuca, tomate, cebolla, zanahoria, hortalizas, salsas, sal, café, chocolate, té, gaseosas y corrientazo.
Otros como dulces, confites, jaleas, jugos de caja, helados y frutos secos también son considerados dentro del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, aunque con menor peso relativo en el cálculo de la inflación.
Su comportamiento, sin embargo, incide en el gasto total mensual de los hogares, sobre todo en contextos de alto consumo o temporadas festivas.
Un desafío para el poder adquisitivo
El aumento sostenido de los precios de la comida plantea un nuevo desafío para la política económica. Si bien la inflación total se ha moderado, el alza de los alimentos amenaza con erosionar el poder adquisitivo, especialmente de los hogares de menores ingresos, que destinan más de un tercio de su presupuesto a la alimentación.
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“La inflación anual de alimentos se aceleró por tercer mes consecutivo, impulsada por el comportamiento de los alimentos procesados, lo que estaría relacionado con el encarecimiento de insumos”, destacó Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas del Grupo Cibest.
Mientras la estabilidad cambiaria da cierto respiro a los costos importados, los factores estructurales internos —desde los cuellos de botella logísticos hasta la volatilidad climática— mantienen a la comida como uno de los componentes más sensibles del costo de vida en Colombia.
Así se comportaron los precios de los alimentos en los últimos 12 meses:
- Café y productos a base de café – 52,46%
- Zanahoria – 50,91%
- Yuca – 46,20%
- Tomate – 41,20%
- Dulces y confites – 32,35%
- Concentrados para preparar refrescos (polvo) – 28,99%
- Panela – 27,04%
- Cebolla – 25,40%
- Condimentos y hierbas culinarias – 18,76%
- Chocolate – 18,24%
- Tomate de árbol – 17,03%
- Gelatinas y flanes – 16,03%
- Plátanos – 14,33%
- Frutas frescas – 13,00%
- Hortalizas – 11,99%
- Charcutería – 11,12%
- Productos de panadería – 10,83%
- Frutos secos como nueces – 9,99%
- Sal – 9,81%
- Té – 9,60%
- Helados – 9,00%
- Mantequilla de vaca – 8,30%
- Naranja – 7,90%
- Moras – 7,67%
- Corrientazo – 7,63%
- Aceites comestibles – 7,38%
- Jugos de caja – 7,15%
- Gaseosas – 6,91%
- Carne de res – 6,87%
- Jaleas y mermeladas – 6,84%
- Harinas, cereales y almidones – 6,62%
- Alimentos precocidos – 6,33%
- Salsas y pastas – 5,89%
- Queso – 5,73%
- Banano – 5,19%
- Pescado – 4,99%
- Pan – 3,77%