Bloomberg Línea — México y Colombia podrían sufrir presiones inflacionarias al alza en los próximos dos años, según advierte un informe sobre Latinoamérica publicado por el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley (MS).
“El proceso de desinflación avanza en América Latina, aunque con mayores dificultades en México y posiblemente en Colombia“, dice Morgan Stanley en el reporte.
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En el caso de México, la segunda mayor economía regional, se prevé una inflación persistente durante todo 2027, ya que los nuevos aranceles y los “impuestos a la salud” agregan presiones de costos.
“Se mantiene algo de margen para recortes de tasas, pero no demasiado más allá del primer trimestre de 2026″, indica.
Además, una "elevada incertidumbre en materia de política comercial y una demanda débil seguirán afectando el crecimiento hasta que finalice la revisión del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA) a mediados de 2026″, sostiene Morgan Stanley.
Por otra parte, el documento señala que la consolidación fiscal avanza “lentamente”, en un contexto de mayores necesidades de gasto.
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La lupa en Colombia

Morgan Stanley sostiene que en Colombia la tendencia desinflacionaria se ha estancado.
Destaca que, aunque se espera una inflación más baja hacia 2027, persisten "riesgos al alza" vinculados a nuevos aumentos del salario mínimo, la debilidad cambiaria y otros factores.
En Colombia se proyectan recortes de tasas recién para el segundo semestre de 2026.
Según Morgan Stanley, la economía colombiana se ha mantenido resiliente gracias a vientos favorables tanto externos como internos.
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El banco señala que persisten los desequilibrios fiscales.
Entre tanto, la estabilidad macroeconómica depende de financiamiento transitorio, un diferencial de tasas elevado y la credibilidad del Banco de la República, más que de fundamentos fiscales y externos sólidos.
Además, advierte que, si alguno de estos pilares se debilita, el “estado estable” de la economía podría cambiar de forma abrupta, obligando al Ministerio de Hacienda y al Banco de la República a recalibrar sus políticas en un entorno mucho menos favorable.
De cara a 2026-2027, Morgan Stanley sostiene que el nuevo gobierno enfrentará el desafío de reconstruir la estabilidad macroeconómica.
El banco anticipa que será un proceso gradual, de varios años, que requerirá administraciones sucesivas con una orientación más cercana al mercado, lo que lleva a una visión más cauta sobre las perspectivas de mediano plazo.









