Bloomberg Línea — La disyuntiva entre invertir en renta fija o renta variable ha cobrado especial relevancia en Colombia en un contexto marcado por tasas de interés altas y un ciclo económico que empieza a mostrar señales de ajuste.
Mientras algunos inversionistas encuentran atractiva la posibilidad de obtener rentabilidades cercanas al 10% en títulos de corto plazo, otros expertos advierten que la verdadera apuesta debería estar en inversiones que protejan del efecto de la inflación y favorezcan el crecimiento del capital en el largo plazo.
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“Hoy la renta fija luce atractiva, pero es una oportunidad coyuntural”, dice Germán Cristancho, gerente de Estrategia e Inversión en Davivienda Corredores. “En general, un inversionista debería pensar en cómo su portafolio se beneficia de la inflación y del paso del tiempo, más que en perseguir retornos inmediatos”.
Definir primero el objetivo de inversión
La decisión entre renta fija y renta variable no parte de las tasas de interés ni de las coyunturas del mercado, sino de los objetivos que tiene cada persona y de la disposición a asumir riesgo.
“Lo más importante es definir el objetivo de inversión, el horizonte y la tolerancia al riesgo. Una vez establecidos, se deben seleccionar los activos financieros que mejor se ajusten a cada necesidad”, explica Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Aval Casa de Bolsa.
En Colombia, la renta fija ha sido el refugio natural de los inversionistas conservadores, especialmente en escenarios de incertidumbre.
Sin embargo, Ballén advierte que limitarse a ese segmento puede implicar perder oportunidades en acciones locales, cuyo valor intrínseco sigue siendo alto frente a precios deprimidos en el mercado bursátil.
Refugio temporal con retornos altos
Los Certificados de Depósito a Término (CDT) han recuperado protagonismo como vehículo de inversión en 2025. La estabilidad en la política monetaria del Banco de la República y la percepción de riesgo país han impulsado tasas cercanas al 10%, lo que los hace atractivos para inversionistas que buscan rentas predecibles.
“En cuanto a la renta fija, estimamos que la estabilidad en las tasas del Banco de la República, junto con el aumento de la prima de riesgo país, permitirá que los CDT sigan ofreciendo rentabilidades cercanas al 10%”, dice Ballén. “Adicionalmente, los riesgos inflacionarios asociados al incremento del salario mínimo en 2026 favorecerían los títulos indexados al IPC”.
Cristancho coincide en que hoy la renta fija ofrece retornos llamativos, pero insiste en que estos obedecen más a un contexto excepcional que a una tendencia sostenible.
“Cuando las economías están en un punto de crecimiento fuerte y las tasas suben, ahí se presenta una buena oportunidad para invertir en renta fija. Pero cuando se alcanza el ciclo contrario, con tasas bajas para estimular el gasto, la rentabilidad de estos activos cae”, señala.
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La inflación en las inversiones
Más allá de las tasas, la inflación es un factor clave para definir el éxito de cualquier portafolio. A largo plazo, las inversiones que crecen al ritmo de la inflación preservan el poder adquisitivo del capital e incluso lo multiplican.
“Uno debería pensar siempre que sus inversiones lo protejan de la inflación y que, de hecho, crezcan con ella”, explica Cristancho. “Las compañías ajustan precios año tras año, y por eso las acciones terminan siendo más rentables que la renta fija tradicional”.
Este argumento cobra relevancia en un país donde la inflación ha mostrado persistencia y donde las políticas salariales presionan al alza los costos.
En ese sentido, los títulos de deuda pública indexados a la inflación (UVR) y las inversiones inmobiliarias aparecen como alternativas que protegen al inversionista en horizontes largos.
Valor oculto entre la volatilidad
Aunque la bolsa local atraviesa un periodo de bajos precios y menor apetito de inversionistas extranjeros, los analistas ven un potencial atractivo en la renta variable.
“Las acciones en Colombia continúan mostrando valor: los precios se mantienen bajos y los resultados financieros son sobresalientes”, asegura Ballén. Según él, la desconexión entre las utilidades corporativas y la cotización en el mercado abre un espacio para que los inversionistas con visión de mediano y largo plazo encuentren retornos significativos.
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Gregorio Gandini, director de Gandini Análisis, comparte esa visión, pero advierte sobre la volatilidad asociada al entorno político. “En términos de mi perspectiva, hay un impulso importante en renta variable ahora por dos razones: las acciones están históricamente baratas y también por el llamado ‘trade electoral’. Sin embargo, si la tendencia electoral cambia, podríamos tener una mayor volatilidad”, señala.
Activos que crecen con el tiempo
El mercado inmobiliario ha demostrado ser una de las inversiones más resilientes frente a la inflación. Con precios que suelen ajustarse al alza de manera sostenida, este tipo de activos no sólo preserva valor, sino que lo multiplica en horizontes largos.
“Las inversiones inmobiliarias son interesantes porque en el largo plazo hacen que el capital crezca al ritmo de la inflación. Dependiendo del vehículo, puede ser un inmueble específico o fondos inmobiliarios, pero el beneficio se materializa en el tiempo”, sostiene Cristancho.
Este segmento, además, ofrece la posibilidad de diversificación en portafolios demasiado concentrados en renta fija o renta variable, con la ventaja de generar ingresos pasivos en algunos casos.
Riesgos fiscales y salida de capital extranjero
Si bien la renta fija pública ha sido un destino importante para inversionistas institucionales, algunos riesgos empiezan a emerger en el radar.
Gandini advierte que el incremento en el endeudamiento del Gobierno y las dudas sobre sostenibilidad fiscal podrían pasar factura a este mercado.
“En la renta fija, particularmente la pública, el nivel de sostenibilidad fiscal del Gobierno y los mayores niveles de endeudamiento creo que le pasarán factura. Hemos visto salir cada vez más inversionistas extranjeros, lo que lleva a pensar en qué medida se podrían absorber a nivel local nuevas emisiones de TES”, advierte Gandini.
Esto sugiere que, aunque la renta fija pueda parecer segura en términos nominales, los riesgos asociados a la confianza en la deuda soberana pueden restar atractivo en el mediano plazo.
Psicología del inversionista
Más allá de las cifras, las decisiones de inversión suelen estar condicionadas por factores psicológicos. La preferencia por la seguridad inmediata lleva a muchos a optar por inversiones de corto plazo, aun cuando no planean usar los recursos pronto.
“Un inversionista normalmente prefiere inversiones seguras, a corto plazo, con tasa fija. Eso tiene que ver con la psicología humana: preferimos certeza sobre incertidumbre", enfatiza Cristancho. “Pero en las inversiones muchas veces paga mejor asumir un poco de incertidumbre”, añade.
En este sentido, la construcción de un portafolio diversificado que combine seguridad con potencial de crecimiento resulta clave para mitigar riesgos sin sacrificar rentabilidad.
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¿Qué camino seguir en 2025?
Para los tres analistas, la respuesta no es elegir un solo activo, sino entender el momento del ciclo económico y el perfil del inversionista.
En Colombia, las tasas altas hacen que la renta fija sea atractiva en el corto plazo, pero el verdadero crecimiento patrimonial vendrá de activos que se beneficien de la inflación y del tiempo, como acciones e inmuebles.
“Lo primero, como siempre, es entender que tanto los activos de renta fija como los de renta variable tienen riesgo, eso sí, unos más que otros”, dice Gandini. “El apetito de riesgo de cada inversionista y su horizonte de inversión marcan el camino de lo que conviene hacer”.
En un país donde la incertidumbre económica y política es constante, la clave para los inversionistas será encontrar un balance entre seguridad y crecimiento, sin perder de vista que lo coyuntural no reemplaza una estrategia de largo plazo.