Bloomberg — La Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) instó a las autoridades a tomar “medidas urgentes” después del aumento de los ataques de sabotaje contra infraestructura energética crítica.
Un grupo irrumpió y prendió fuego el lunes a las instalaciones del yacimiento Quifa, en el departamento del Meta, en el centro de Colombia, informó la asociación en un comunicado, el último de una serie de atentados en la región que comenzaron el 6 de mayo.
Frontera Energy Corp., que opera el yacimiento, señaló en otro comunicado que los ataques, que también incluyeron actos de vandalismo en las carreteras, se deben a disturbios que no están relacionados con su actividad.
En Colombia, manifestantes a veces atacan operaciones petroleras y mineras para presionar a las autoridades a abordar problemas como el suministro insuficiente de agua o electricidad. Estas empresas también son blanco de grupos armados que buscan extorsionarlas.
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Hechos similares han ocurrido en la provincia de Sucre, en la costa caribeña, y en la provincia de Arauca, que limita con Venezuela, según la ACP, lo que indica “un preocupante deterioro de las condiciones de seguridad y orden público en varias regiones del país”.
Desde que asumió el cargo en 2022, el presidente Gustavo Petro ha buscado la “paz total” mediante negociaciones con guerrillas y ejércitos privados de los narcotrafocamtes. Hasta ahora, esto no ha logrado una desmovilización significativa de estos grupos, que han aprovechado la relativa falta de presión militar para expandirse.
Frank Pearl, director de la ACP, dijo el mes pasado que el gobierno debería reconsiderar esta estrategia para permitir que las fuerzas armadas combatan a estos grupos de manera más efectiva.
Estos hechos ya están afectando la producción de petróleo. La asociación de servicios petroleros Campetrol estima que la producción probablemente caerá a un promedio de 750.000 barriles de crudo al día este año, frente a los 772.700 del año pasado. Además de los bajos precios del petróleo, conflictos, como los bloqueos, están frenando la producción en un momento en que el país debería estar produciendo 800.000 barriles diarios, según señaló en abril Nelson Castañeda, director de Campetrol.
El productor de gas natural Canacol Energy reportó el mes pasado varios atentados en su proyecto Sucre Norte, en la provincia de Sucre, incluyendo incendios provocados contra maquinaria, equipos y oleoductos. La petrolera estatal Ecopetrol S.A. (ECOPETL) también informó que las operaciones en los yacimientos de Rubiales y Caño Sur en el Meta se vieron afectadas durante varios días tras los bloqueos que comenzaron el 31 de marzo, lo que tuvo un impacto en la producción, el mantenimiento, el transporte, el desarrollo de proyectos y la perforación.