Bloomberg Línea — El mercado de valores en Ecuador avanza hacia un récord histórico en 2025. Hasta septiembre de este año se negociaron US$13.455 millones a nivel nacional, lo que representa un crecimiento interanual del 16,55% y la aspiración del sector es llegar a los US$18.000 millones hasta diciembre.
En 2024, el valor negociado fue de US$15.752 millones, lo que equivale al 13% del Producto Interno Bruto (PIB) del país andino. Aunque el mercado local ha crecido, sigue siendo pequeño frente a otros países de la región. En Chile y Colombia, por ejemplo, el volumen del mercado de valores frente a su PIB de 2024 fue del 299% y 216%, respectivamente. En Costa Rica, el sector representó el 34% del PIB y en El Salvador, el 15%, según datos de la Bolsa de Valores Quito (BVQ)
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¿Qué factores impulsan al mercado bursátil a nivel interno y qué desafíos enfrenta? Representantes de las bolsas de valores de Quito y Guayaquil dialogaron con Bloomberg Línea para analizar las fortalezas y los desafíos del sector.
El primer repunte importante que tuvo el mercado de valores en Ecuador fue cuando pasó de US$11.887 millones negociados en 2020 a US$15.701 millones en 2021. Ese año aún se vivían los efectos del Covid-19 y, según un análisis de la BVQ, los ecuatorianos – empresas y personas naturales – empezaron a interesarse más por el mercado de valores y sus instrumentos de financiamiento en ese contexto.
Además, César Robalino, gerente general de la BVQ, atribuye el crecimiento del sector en los últimos años a la participación intensa de todos los actores del mercado –bolsas, casas de valores, administradoras de fondos, calificadoras de riesgo– para proveer de mayor disponibilidad de títulos, atraer nuevos clientes, inversionistas y emisores que impulsen alternativas no tradicionales de financiamiento en el mercado.
“Un punto importante también ha sido tratar de llegar al segmento retail o al segmento de personas naturales”, agrega el ejecutivo.
Por su parte, Carolina Merchán, jefa de Comunicaciones y Estadísticas de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG), añade que “el mercado de valores ecuatoriano es bastante estable, por lo que el riesgo es parcialmente menor frente a lo que uno puede esperar en un mercado de cualquier otro país”.
La confianza y la tecnificación del sector le ha permitido, en cierta medida, blindarse ante en épocas de transición política como las elecciones presidenciales de abril de 2025 o el paro nacional que el gobierno de Daniel Noboa enfrentó en las últimas semanas.
Sin embargo, estos factores sí pueden haber influido en el número de emisores participando en el mercado, en los montos o plazos invertidos, acota Robalino.
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Y otro factor clave al que ambas bolsas han apuntado es la educación financiera de la población, pues detectaron que un obstáculo para el despegue del sector es la falta de conocimiento del mercado de valores.
Por ello, ambas bolsas han incursionado en programas de capacitación para todos los actores del mercado, desde estudiantes, pasando por empresas de todos los tamaños, hasta llegar a autoridades y tomadores de decisiones. Robalino y Merchán coinciden en que esa formación ha mejorado notablemente las cifras del sector bursátil.
Un resultado de la formación financiera impartida es que la proporción de inversiones en el largo plazo pasó del 8% al 16% en renta fija entre enero y septiembre de 2024 y el mismo periodo de 2025, cuenta Merchán. Eso significa “un cambio de chip” ya que los ecuatorianos suelen optar por rendimientos en el corto plazo, sin saber que en el largo plazo se puede obtener mejores beneficios y lograr un desarrollo más robusto del sector.
“Ahora ya no hablamos de educación financiera, ya hablamos de cultura bursátil”, acota Merchán.

Las bolsas apuntan a las empresas
El 60% de las negociaciones del mercado de valores del Ecuador es realizado por el sector público, un 30% corresponde al sector financiero y apenas un 10% al sector real, explica la representante de la BVG. Es por ello que un primer desafío del sector es diversificar sus emisores, apuntando a empresas grandes, medianas y pequeñas, las mayores generadoras de empleo en el país, para incentivar su financiamiento a través del mercado de valores.
Actualmente, existen 287 emisores distribuidos en 10 sectores económicos, según el Banco Central del Ecuador. El sector comercial concentra el 29% de los emisores, seguido por el sector industrial (21%), financiero (17%) y servicios (12%).
| Sector económico | Valor efectivo negociado de enero a septiembre de 2025 (millones de US$) |
|---|---|
| Actividades de servicios financieros | 6.334 |
| Administración pública, defensa; planes de seguridad social obligatoria | 5.764 |
| Comercio al por mayor y al por menor; incluido comercio de vehículos automotores y motocicletas | 351 |
| Acuicultura y pesca de camarón | 133 |
| Fabricación de papel y productos de papel | 113 |
| Comunicaciones e información | 88 |
| Procesamiento y conservación de carne | 75 |
| Actividades inmobiliarias | 68 |
| Fabricación de productos derivados del metal, excepto maquinaria y equipo | 67 |
| Elaboración de aceites y grasas de origen vegetal y animal | 60 |
“Evidenciamos que hay un número cada vez mayor de empresas que optan por financiarse a través del mercado de valores de una forma sostenida y en especial son emisores de calificación AAA que tienen experiencia previa en el manejo y emisiones en el mercado de valores”, dice Robalino.
Entre las empresas que se destacan en la bolsa se encuentran Corporación Favorita, Banco Pichincha, Cervecería Nacional, Holcim Ecuador, Banco Guayaquil, Inversancarlos, entre otras.
Por el lado de las operaciones del Estado, Robalino explica que en los últimos años se ha visto un incremento de las notas de crédito emitidas por el Servicio de Rentas Internas (SRI) destinadas a generar liquidez, así como las negociaciones de bonos del Estado y certificados de depósito del Estado en el corto, mediano y largo plazo. En esta línea, proveedores del Estado y funcionarios públicos que reciben su jubilación mediante bonos, son participantes recurrentes en las bolsas.
Otro producto que está teniendo éxito, según Robalino, son los ETF o fondos cotizados. Estos instrumentos están contemplados en la legislación ecuatoriana desde 2014, pero en la práctica, se han transado desde este año. Hasta la fecha se han negociado US$55 millones en este producto.
Homologar las normativas es urgente
Una economía dolarizada, un riesgo país a la baja (733 puntos al 29 de octubre), emisores con calificación de riesgo AAA y niveles de rentabilidad competitivos abren el apetito por el mercado de valores ecuatoriano. El país también es atractivo para aquellos inversionistas que buscan colocar parte de sus recursos en mercados emergentes, explica Robalino.
En ese sentido, Merchán asegura que inversionistas extranjeros también valoran la resiliencia de las empresas ecuatorianas frente a contexto políticos y económicos complejos.
A pesar de todas las ventajas que el mercado ecuatoriano puede ofrecer, hay un factor que frena su despegue: la legislación.
Los voceros de la BVQ y BVG coinciden en que urgen reformas la Ley del Mercado de Valores, parte del Código Orgánico Monetario y Financiero, que viabilicen la integración regional mediante la homologación de la normativa nacional con la internacional y la aceptación de jurisdicciones extranjeras para la emisión de títulos del sector real.
Robalino añade que se deben eliminar algunas trabas para la inversión extranjera, como el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y las sobrecargas tributarias. “Eso genera una falta de competitividad frente a los otros mercados regionales”.
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El directivo también insiste en que se debe incentivar el mercado secundario de la mano de los market makers (hacedores de mercado). Esto permitiría obtener financiamientos a más largo plazo para actividades productivas. Según cifras de la BVQ, en 2024, el 17,95% de la operaciones se realizaron en el mercado secundario. En Colombia, compara Robalino, el mercado secundario representa el 60% de todas las negociaciones.
“Es importante que el gobierno contemple que el mercado de valores puede aportar al desarrollo del país y sea parte de la política pública”, resume Robalino.
Lograr estos cambios no es fácil. Merchán dice que se requiere voluntad técnica y política. La especialista confiesa que, para muchos actores políticos, hablar del mercado de valores “es un tema tabú”. Sin embargo, reconoce que han tenido buena llegada con la administración de Daniel Noboa y poco a poco hay más confianza para abordar los temas bursátiles.
¿Y la integración regional?
Una normativa que no se adapta a los mercados internaciones ha frenado la inserción del Ecuador en procesos regionales como el que se concretó este año entre las bolsas de Colombia, Perú y Chile. Los tres países formaron un holding llamado Nuam que permite la interacción entre los tres mercados.
Ser parte de ese holding es aún lejano para el Ecuador, pero la homologación de las normativas y sistemas tecnológicos y la apertura internacional son cruciales para ser parte de un mercado transfronterizo.
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Robalino indica que sí se debe ajustar la normativa ecuatoriana para que se facilite el traslado y movilidad de capitales para poder financiar actividades productivas en el mediano y largo plazo.
Con ello, asegura que se podría empezar a trabajar con países de la región que ya han mostrado interés en Ecuador como Colombia, Perú, Chile y en especial Panamá, que acaba de salir del listado de paraíso fiscal.









