Bloomberg Línea — América Latina está en el radar de Intel (INTC) como una región estratégica para la expansión de su división de fundición (chip foundry), una parte central del plan de transformación de la compañía para actuar como un proveedor global de semiconductores.
Según Kevin O’Buckley, vicepresidente senior y gerente general de Intel Foundry Services (IFS), la compañía ha estado hablando y trabajando con los gobiernos locales para evaluar y avanzar en las oportunidades de asociación de la división.
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“América Latina es una parte importante de la estrategia de Intel. Tenemos instalaciones en la región y una creciente base de clientes. La globalización en general nos está llevando a pensar mucho más cuidadosamente dónde fabricamos nuestros productos”, dijo O’Buckley en una conversación con periodistas el pasado miércoles (30) en la sede de la compañía en Santa Clara, California.
La región ya forma parte de la estructura operativa de la empresa a través de centros de investigación y fabricación en México y Costa Rica.
Intel viene reposicionando su operación para competir con gigantes asiáticos como TSMC y Samsung en el modelo de fabricación de chips para terceros.
La estrategia, que comenzó en 2021, llevó a la creación de la unidad de foundry, que busca atraer clientes externos ofreciendo procesos de producción de chips, embalaje avanzado y diversificación de la cadena de suministro.
Consultado sobre los planes de Intel de expandir la fabricación de chips en la región, el directivo dijo que la decisión de instalar nuevas fábricas depende de rigurosos análisis financieros, debido a la magnitud de las inversiones involucradas.
“Es difícil describir cuánto capital se destina a estas instalaciones. Es una inversión de decenas de miles de millones de dólares. Tenemos que ser muy meticulosos a la hora de tomar estas decisiones”, afirmó.
O’Buckley añadió que la empresa ha sido juiciosa incluso en los proyectos ya anunciados en Estados Unidos y Europa.
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Los proyectos de fábricas en Alemania y Polonia están actualmente en suspenso. E Intel ha pospuesto hasta la década de 2030 el inicio de la producción en su nueva fábrica de el estado de Ohio, en EE.UU., cuya entrada en funcionamiento estaba prevista para 2027.
Además de plantas de fabricación, Intel está evaluando posibilidades en segmentos complementarios en América Latina, como servicios avanzados de embalaje y pruebas.
“Hay varias áreas en las que podríamos hablar con gobiernos o empresas latinoamericanas sobre dónde deberíamos invertir fuera de Estados Unidos”, dijo.

El directivo subrayó que la empresa mantiene su enfoque inmediato en los centros industriales existentes, pero ve margen para futuras colaboraciones.
La decisión de Intel refleja la tendencia a reconfigurar la cadena de suministro de semiconductores, a medida que gobiernos y empresas buscan alternativas a la concentración de la producción en Asia.
Aunque el foco inmediato sigue estando en las fábricas de la empresa en Estados Unidos, Irlanda e Israel, Latinoamérica podría ganar tracción en los próximos años a medida que la empresa busque diversificar geográficamente su cadena de suministro.
“Todo, desde los componentes hasta nuestra línea de suministro, tiene una enorme dependencia de materias primas, equipos, condensadores y todos estos elementos que estamos analizando constantemente”, afirmó.