Ciudad de México — El empresario mexicano Carlos Slim Helú y sus compañías viven un meteórico ascenso como contratistas de la empresa más importante del país, Petróleos Mexicanos, el gigante estatal conocido como Pemex, que atraviesa un profundo rescate financiero y operativo por parte del Gobierno.
Desde 2013 hasta septiembre de 2025, Pemex ha firmado 17 contratos con subsidiarias de Grupo Carso por un monto de MXN$118.859 millones, unos US$6.477 millones, de acuerdo con información de la petrolera mexicana recopilada por Bloomberg Línea.
Los contratos de servicios más grandes para los campos Lakach e Ixachi, están activos y representan dos tercios de la cifra total. Ambos se concretaron entre julio de 2024 y septiembre de 2025. El resto reporta un periodo de vigencia concluido.
Una amplia gama de servicios y productos abarca estos contratos, desde la construcción y arrendamiento de plataformas marinas, compra de equipos para refinerías, suministro de materiales, químicos y refacciones, hasta servicios de perforación, exploración y extracción, incluso de financiamiento.
Del total de contratos obtenidos por Grupo Carso, 12 fueron bajo la modalidad de concurso abierto, dos por adjudicación directa y dos más por invitación restringida.
Tres contratos concentran 88% del monto total. El primero es el contrato de servicios de exploración y extracción del campo marino de gas Lakach con la subsidiaria GSM Bronco mediante adjudicación directa; el segundo y más reciente es de servicios de perforación de pozos financiados para el campo terrestre Ixachi con GSM Bronco y la también subsidiaria de Carso MX DLTA NRG 1 sin detalle del procedimiento. El tercero es de trabajos de perforación y terminación en pozos terrestres por parte también de GSM Bronco por invitación restringida.
Bloomberg Línea consultó a Pemex y Grupo Carso sobre los contratos, pero no obtuvo respuesta inmediata.
Ixachi es el campo de Pemex con más reservas probadas de petróleo crudo equivalente en el orden de 1.338 millones de barriles, mientras que Lakach ocupa el duodécimo puesto con 101 millones, según datos de la petrolera al cierre de 2024.
Ambos yacimientos enfrentan importantes retos geológicos y de infraestructura en un entorno volátil de precios que han impedido que la compañía los explote según sus propias estimaciones en el caso de Ixachi y que comience producción en el de Lakach, el cual tuvo otro socio incial, la estadounidense New Fortress Energy cuyo acuerdo no prosperó.
Ver más: Exclusiva: Pemex pagará US$2.650 millones a empresa de Carlos Slim por servicios en campo Lakach
Slim y el Gobierno mexicano
Los primeros cuatro contratos de Grupo Carso con Pemex se firmaron durante el sexenio del exmandatario Enrique Peña Nieto, quien abrió el sector petrolero de México a la inversión privada tras 75 años de monopolio de la petrolera mexicana; 13 contratos se concretaron bajo la gestión del expresidente Andrés Manuel López Obrador, y uno recientemente bajo el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Desde 2023, Slim y su familia han mostrado un fuerte apetito por el negocio petrolero con la compra del 50% de los campos marinos a la familia Baillères por US$530 millones, participación accionaria en Talos Energy y el megacampo Zama, operado por Pemex, por casi US$125 millones, además de dos bloques terrestres que ganaron durante las subastas petroleras en la era Peña Nieto.
Slim Helú actualmente posee una fortuna de US$112.000 millones, según el Bloomberg Billionaires Index, que construyó gracias a su imperio de telecomunicaciones derivado de la privatización en 1990 de la empresa estatal Teléfonos de México (Telmex), durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, pero que diversificó en el negocio de la construcción e infraestructura con Carso, pasando por la banca con Grupo Inbursa y negocios minoristas como Grupo Sanborns.
Desde entonces, Slim ha mantenido cercanía con los presidentes de México, y López Obrador no fue la excepción, aunque empezaron el sexenio con desencuentros tras la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, donde Slim era contratista, y contratos de transporte gas para CFE que AMLO calificó como “leoninos”, y que finalmente fueron renegociados.
Carso incluso ganó un contrato multimillonario de ingeniería en una de las grandes obras gubernamentales del sexenio pasado: el Tren Maya.
La tensión entre ambos volvió en mayo de 2021 cuando un fatal desplome de infraestructura en la Línea 12 de Metro de la Ciudad de México mató a 27 personas, envuelto en señalamientos sobre falta de mantenimiento y fallas de origen. Dos meses después, Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno de la capital, reveló que Slim aceptó cubrir los costos de rehabilitación del Metro.
En julio de 2022, durante la inauguración de la Refinería Dos Bocas de Pemex, López Obrador calificó a Slim como el empresario “más austero e institucional” de México, y dijo que también era un “orgullo” para el país.
La cercanía del ingeniero civil con el mandatario nacionalista contrastó con la posición de López Obrador con otros magnates mexicanos como Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego.
Ver más: Ricardo Salinas entra en pugna con AMLO por impuestos y campo de golf
Slim ha rechazado haberse beneficiado durante el Gobierno del expresidente López Obrador. En febrero 2024, comentó durante una conferencia de prensa que tuvo “discusiones cordiales” con el entonces presidente de México.
“No veo qué beneficio me ha dado este Gobierno”, comentó.
Con la llegada de Sheinbaum a la presidencia, Slim Helú ha visitado a la mandataria en múltiples ocasiones en Palacio Nacional.
El magnate incluso ha elogiado a Sheinbaum calificándola como “muy buena” y “muy trabajadora”, con una agenda de colaboración y en busca de una mayor actividad petrolera.
En febrero de este año, el ingeniero civil dijo a Bloomberg durante una entrevista que la mandataria mexicana “ya se dio cuenta de que necesita inversión del sector privado”.
Tras una profunda reforma a la Constitución mexicana para darle prevalencia a Pemex sobre jugadores privados, Sheinbaum está implementando un nuevo esquema de inversiones mixtas, pero en condiciones menos favorables para las empresas privadas, acompañado por un rescate financiero a Pemex de US$50.000 millones.
Ver más: Fitch deja a Pemex frente al grado de inversión con nueva mejora de calificación
Apetito petrolero se mantiene pese a impagos
A pesar de la creciente relación en los últimos años, las empresas de Slim tampoco se han librado de los impagos de Pemex. Arturo Espínola, director de finanzas y administración de Grupo Carso, reveló en junio que la petrolera estatal le debe a la empresa US$700 millones con adeudos de hasta dos años.
Espínola también comentó, en una llamada con analistas, que la empresa quiere participar en los contratos mixtos de Pemex con el sector privado porque hay más posibilidad de pago.
Los grandes jugadores del sector petrolero, como BP, Shell y Chevron, han abandonado el negocio en México ante la falta de descubrimientos comerciales y un entorno adverso propiciado por López Obrador y su promesa de soberanía energética a través de las empresas estatales.
Pemex es la petrolera más endeudada del mundo con una producción en su nivel más bajo en 40 años, presionada por problemas operativos que abarcan importantes accidentes en sus principales activos, así como impagos a proveedores y contratistas que oscilan los US$22.800 millones hasta el segundo trimestre de 2025.
Sheinbaum ha defendido la política de López Obrador sobre Pemex recordando que los Gobiernos previos gozaron de los picos de producción e ingresos récord, pero en lugar de ejecutar inversiones, elevaron la deuda en 129% hasta los niveles actuales que rozan los US$100.000 millones.
El primer informe de Gobierno de Sheinbaum reveló que Pemex concretó la firma de 11 contratos mixtos con empresas privadas, pero Sheinbaum ni Pemex no han precisado las empresas y activos involucrados, a pesar de haber sido cuestionados directamente sobre el tema.
El analista y doctor en economía Jesús Carrillo señaló previamente que, en una industria de alto riesgo como la petrolera, empresas como Grupo Carso buscan rendimientos elevados dentro de un negocio atractivo para quienes tienen capital al amparo de contratos gubernamentales.
Aún está por verse si las empresas de Slim asumirán más riesgo en exploración y producción de la mano de Pemex o mantienen su estrategia por los contratos de servicios.
Ver más: Carlos Slim profundiza interés en el petróleo mientras gigantes abandonan el negocio en México