Reportage Especial

El sueño del nearshoring en América Latina: ¿se acabó con el yugo arancelario de Trump?

La política comercial de EE.UU. traerá un reacomodo en la región de las cadenas productivas y una desaceleración inicial en los flujos de inversión por la incertidumbre arancelaria

Trump nearshoring Latam
25 de marzo, 2025 | 05:22 AM

Ciudad de México — El sueño del nearshoring ha dado algunas señales en las principales economías de América Latina, pero el efecto Donald Trump, que llegó a la Casa Blanca cargando bajo el brazo un catálogo de aranceles, reavivó las dudas sobre la relocalización en la región ante una perturbadora y nueva incertidumbre.

Desde el primer día de su segundo mandato, el presidente 47 de EE.UU. lanzó los dardos arancelarios de su política comercial y, basado en su eslogan de campaña “America First”, ha escalado el proteccionismo al mismo tiempo que amaga a los países con tarifas como mecanismo de presión por diversos motivos que van desde los flujos migratorios al comercio ilegal de fentanilo, o los precios de los bienes importados.

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En tan solo dos meses, Trump consiguió poner sobre la mesa el onshoring y cuestionar el friendshoring y nearshoring. Es decir, ahora prefiere la relocalización de empresas hacia EE.UU. por encima de la reubicación de las cadenas productivas de Asia a países latinos cercanos a EE.UU., como la frontera mexicana, o a países aliados con acuerdo comercial como México y Canadá.

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¿Es entonces el fin del nearshoring en América Latina? Jefes estrategas en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) y Deloitte dijeron a Bloomberg Línea que no se ha acabado el sueño del nearshoring, pero para que retome impulso tendrá que superar viejos y nuevos obstáculos.

Martín Castellano, jefe de investigación para América Latina del Instituto de Finanzas, dijo que no hay duda de que los cambios en la política comercial de EE.UU. implicarán mayor selectividad en las oportunidades para la región, sin embargo, cree que el nearshoring llegó para quedarse.

“Seguramente veremos un reacomodo en las cadenas productivas y una desaceleración inicial en los flujos de inversión por la incertidumbre. Sin embargo, creo que los incentivos hacia una mayor integración terminarán dándole continuidad, más allá de cierta reformulación de las relaciones comerciales y de inversión”

Martín Castellano, jefe de investigación para América Latina del IIF

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Daniel Zaga, economista en jefe de Deloitte Spanish Latin America, dijo que antes de la llegada de Trump todavía no se podía concluir que el nearshoring había ocurrido como tal, entendido este fenómeno como un cambio estructural en las inversiones que recibe la región para abastecer a EE.UU.

“Para el caso de México no se acabó el pequeño efecto de nearshoring que ya hemos vivido. Pero para retomar ese fenómeno e impulsarlo, se debería esperar a la renegociación del T-MEC y solventar los limitantes como infraestructura, marco institucional y seguridad”

Daniel Zaga, economista en jefe de Deloitte Spanish Latin America

El nearshoring, entendido como la relocalización de empresas y producción hacia regiones más cercanas a los mercados finales, emergió después de 2020 con la disrupción de las cadenas de suministro afectadas por el cierre de la economía global a causa del Covid-19 y cobró fuerza en 2022 con el aumento de las hostilidades por la guerra de Rusia y Ucrania.

A partir de ese año, EE.UU. se enfocó en relocalizar desde Asia a su territorio -o en países vecinos siendo México el más beneficiado- la producción para abastecer a su industria, con un especial énfasis en los semiconductores. El factor China también cobra relevancia dentro del fenómeno del nearshoring.

China fue dejando atrás las manufacturas simples para pasar a producir unas más complejas consideradas como estratégicas y fundamentales para EE.UU. El crecimiento de la competitividad china más el creciente déficit comercial con el país asiático, tensionó las relaciones comerciales entre ambos países, de acuerdo con una nota de análisis de Santander Private Banking.

Durante su primera administración, Trump inició una guerra comercial con China que continuó y escaló ahora en su segunda estadía en la Casa Blanca.

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Inversiones por nearshoring en Latam, bajo el yugo arancelario de Trump

A vehicle traveling into the United States at the Canada-US border in St-Bernard-de-Lacolle, Quebec, Canada, on Thursday, March 6, 2025. President Donald Trump exempted Canadian goods covered by the North American trade agreement known as USMCA from his 25% tariffs, offering major reprieves to the US’s two largest trading partners. Photographer: Graham Hughes/Bloomberg

El yugo arancelario de Trump cayó en un momento en el que empresas trasnacionales comenzaban a mostrar interés y apertura para invertir en países latinoamericanos al ser los más cercanos a EE.UU. y con oferta de menos costos y riesgos geopolíticos.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calculó en 2022 que la ganancia potencial para América Latina y el Caribe de las oportunidades de nearshoring en el corto y mediano plazo podrían representar un aumento de hasta US$78.000 millones en nuevas exportaciones de bienes y servicios; México y Brasil tendrían las mayores oportunidades.

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El dato del BID da una idea de que la relocalización es una oportunidad millonaria de inversiones, sin embargo, no hay hasta ahora un indicador o estudio que mida cuánta de la inversión que llega a la región corresponde exclusivamente a nearshoring, hasta ahora

Las inversiones voltearon al sur del continente americano aun cuando la región en su conjunto sigue sumida en lo que la Cepal llama “la trampa de baja capacidad para crecer” y con una dinámica de crecimiento que depende del consumo privado y menos de la inversión.

A este panorama, se suma la crisis migratoria que transita la región y que es considerada la “peor” de su historia, de acuerdo con un análisis del Banco Mundial, ya que, a los flujos tradicionales desde Centroamérica y México hacia EE.UU., se han agregado flujos importantes de personas de Venezuela y Haití.

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La OCDE espera que el crecimiento del PIB mundial se modere del 3,2% en 2024 al 3,1% en 2025 ante mayores barreras comerciales en varias economías del G-20 y una mayor incertidumbre política que pesará sobre la inversión y el gasto de los hogares.

México es el único país del bloque del G-20 en el que la OCDE ve una contracción de -1,3% si EE.UU. aplica aranceles de 25% a las mercancías mexicanas.

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El jefe de investigación para América Latina del IIF sostuvo que el entorno externo en 2025 será más hostil que lo que se vio el año pasado para los flujos de capitales y también para el desempeño macroeconómico de la región.

“La mayor volatilidad del sentimiento de los inversores va a afectar a la mayoría de las economías de América Latina”

Martín Castellano, jefe de investigación para América Latina del IIF

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Aunque desde el Instituto de Finanzas se proyecta una desaceleración en la mayoría de los países, hay optimismo de que hacia delante la geopolítica pueda jugar a favor de la región en cuanto a inversión verde, la reformulación de las cadenas de suministro y el rebalanceo de cartera de los inversores globales.

El economista en jefe de Deloitte Spanish Latin America dijo que el panorama para la inversión en la región es diverso y su futuro depende de cada país. Por ejemplo, por primera vez en mucho tiempo la inversión privada en Argentina pinta uno de los panoramas más alentadores ante el acomodamiento macroeconómico.

Los últimos datos disponibles de la Cepal indican que en 2023 ingresaron a América Latina y el Caribe US$184.304 millones de Inversión Extranjera Directa (IED), cifra 9,9% inferior a la registrada en 2022, pero que aún se mantiene por encima del promedio de la última década.

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Desde el punto de vista de los países receptores, las principales causas que contribuyeron al descenso general de la inversión extranjera directa en la región fueron las caídas de entradas en los dos países con mayor participación, en Brasil cayó -14% y México -23%, de acuerdo con el organismo.

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EE.UU. y la Unión Europea se mantienen como los principales inversionistas en la región, aunque se recibieron menores inversiones desde tierras estadounidenses.

En México la inversión privada comenzó a mostrar un mejor desempeño después del Covid-19, particularmente en maquinarias y equipos y construcción no residencial, mientras que por el lado de inversión extranjera directa la magnitud de los flujos ha sido acotada, si bien se ha registrado reinversión de utilidades de compañías ya instaladas.

En otros países, principalmente en Centroamérica, pero también en Brasil, Chile y Perú, se habían comenzado a ver algunas señales de inversión postpandemia, aunque el impacto se mantuvo acotado por diversos motivos, de acuerdo con el Instituto de Finanzas.

La diversificación del comercio y el factor China

The Kandla Express container ship at the Port of Tacoma in Tacoma, Washington, US, on Tuesday, March 4, 2025. US President Donald Trump delivered on his threat to hit Canada and Mexico with sweeping import levies and doubled an existing charge on China, spurring swift reprisals that plunged the world economy into a deepening trade war. Photographer: David Ryder/Bloomberg

Los países están haciendo llamados a diversificar su comercio frente a los aranceles de Trump y reforzar las cadenas productivas en Latinoamérica, pero al mismo tiempo México está a la defensa del T-MEC y ha priorizado su relación con EE.UU., mientras que China está ganando mucho terreno en el comercio de la región.

Zaga dijo que es importante avanzar en la diversificación en las exportaciones de los países de América Latina, tanto en mercados como en la matriz productiva, sin embargo, esta es una tarea de largo plazo. “América Latina no puede centrarse solo en la misma región para ampliar su mercado, ya que es relativamente pequeño”.

Indicó que China es el primer socio comercial de Brasil, Chile y Perú, y el segundo para varios otros países como Argentina. La participación de China en las importaciones de México subió de menos del 2% en 2000, al 21% en 2024.

“Este acercamiento de China a América Latina sí podría generar una relación más ríspida de la región con Estados Unidos y ya lo estamos viendo hoy en día con México”

Daniel Zaga, economista en jefe de Deloitte Spanish Latin America

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Castellano mencionó que la diversificación comercial es diferente para cada país. Por ejemplo, en el caso de México, dada la alta interrelación e integración con EE.UU., las posibilidades de diversificación son muy limitadas, por lo que tiene sentido que el país esté haciendo todo lo posible para salvaguardar la relación bilateral.

En el caso de economías de la región más bien cerradas, con exportaciones diversificadas y con mercados internos profundos como Brasil, Argentina e incluso Colombia, las posibilidades de diversificar y ampliar el comercio intrarregional son más amplias.

Economías abiertas al comercio, pero altamente dependientes de las exportaciones de materias primas, como Chile y Perú, que tienen tratados de libre comercio con EE.UU., puede haber posibilidades de diversificar pero ya existe una fuerte apertura comercial y una alta dependencia del mercado de China.

“China se convirtió en el mayor socio comercial de varios países y desplazó a Estados Unidos. Esto ha requerido un manejo cuidadoso de las relaciones comerciales y de inversión por parte de los gobiernos de la región. Los cambios en la política comercial de Estados Unidos profundizarán estos desafíos y la geopolítica jugará un rol central”

Martín Castellano, jefe de investigación para América Latina del IIF
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