Ciudad de México — Los “tres amigos” de Norteamérica iniciaron en el verano de 2020 una nueva era comercial del tamaño del 30% del PIB a nivel global. “El T-MEC será fantástico para todos”, decía Donald Trump, cuando dio luz verde al tratado durante su primer mandato en la Presidencia de EE.UU.
Pero ahora, en su segunda estadía en la Casa Blanca tras una aplastante victoria electoral, Trump ha ordenado aranceles de 25% a todas las exportaciones de México y Canadá ignorando el acuerdo comercial, tan sólo trece días después de haberse juramentado como el presidente 47 de EE.UU.
La imposición de aranceles, pese a la existencia de una serie de reglas propias de un acuerdo comercial vigente, generó reacciones entre analistas y la opinión pública que dijeron que el Gobierno debería asimilar que el T-MEC y su espíritu de libre comercio están muertos. Otras voces expertas no comparten esta postura que, señalan, es un tanto catastrofista.
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Trump hizo campaña electoral enarbolando el eslogan “America First” que, según su visión de país, implica escalar el proteccionismo y condicionar a sus socios comerciales con aranceles para presionarlos para que hagan más para reducir la inmigración indocumentada a su país así como el tráfico de fentanilo, un opiáceo sintético.
El mandatario también justificó su decisión en el déficit comercial de EE.UU. respecto de sus dos amigos de Norteamérica. Mientras que el comercio representa el 67% del PIB de Canadá, el 73 % del PIB de México y el 37% del PIB de China, sólo representa el 24% del PIB de EE.UU., de acuerdo con cifras de la Casa Blanca.
El sábado 1 de febrero de 2025, la Casa Blanca oficializó los aranceles. Un día después, desde uno de los municipios más poblados de México, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó la imposición arancelaria como una “decisión unilateral”.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, aseguró en su cuenta de X que la orden ejecutiva que establece 25% de arancel a las exportaciones mexicanas con destino EE.UU., son una “flagrante violación al T-MEC”.
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¿El T-MEC está muerto?
La imposición de aranceles bajo las reglas de un acuerdo comercial vigente abrió la discusión sobre que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) está muerto.
“No, no está muerto”, dijo a Bloomberg Línea Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, y exnegociador del T-MEC. “De hecho, la respuesta arancelaria de México y Canadá se van a hacer en función del propio tratado”.
Guajardo dijo que el tratado incluye una cláusula donde si hay un arancel arbitrario por parte de uno de los miembros, los otros dos tienen derecho a compensar el daño estableciendo aranceles contra la parte que transgrede el acuerdo.
“El presidente Trump no dijo que se sale de acuerdo, lo que dijo es que va a imponer aranceles de acuerdo a una Ley interna, y México y Canadá tienen derecho de contestar usando el Tratado, tienen derecho de defenderse de ese incremento arancelario”, subrayó.
Trump usó como fundamento jurídico para imponer los aranceles la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés), sobre la cual califica de “amenaza” a los migrantes y las drogas, incluido el mortífero fentanilo.
El exsecretario de Estado reiteró que el T-MEC no está muerto, pero lo que sí hay es una violación al acuerdo comercial.
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Diego Marroquín, primer catedrático Bersin-Foster para Norteamérica en el Woodrow Wilson Center, afirmó que la imposición de aranceles es que es una flagrante violación del T-MEC, un tratado del cual dependen más de cinco millones de trabajos en Estados Unidos, nueve millones en México y tres millones en Canadá.
Señaló que un arancel del 25% sacaría del juego del libre comercio a muchas empresas binacionales o trinacionales, ya que cada vez que se exporte se tendrá que pagar un arancel y los márgenes de estas empresas desaparecerían, sin embargo, consideró que no es el fin del T-MEC.
“Creo que el daño no es el equivalente a salirse como tal del tratado. El T-MEC permite a cualquiera de los tres países dar seis meses de notificación y salirse del tratado. Eso sí sería un daño irreparable. Los aranceles nos duelen en el corto plazo, pero se pueden quitar”, expuso.
Marroquín apuntó en entrevista para La Estrategia del Día de Bloomberg Línea que salirse del tratado implicaría renegociar todo prácticamente desde cero y ese sería un escenario muchísimo más complicado y costoso.
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El equipo económico de BBVA México dijo en una nota de análisis que un arancel permanente del 25% haría imposible sostener el T-MEC, por lo que no se puede hablar de libre comercio cuando se imponen aranceles de esa magnitud a los países miembros.
“No es que el T-MEC se acaba. Lo que sí es clarísimo es que el proceso de revisión del tratado se adelanta bastante y se adelanta por lo menos un año, y ahora hay la posibilidad más grande de que esta revisión sea un proceso mucho más complejo y que sí implique una renegociación de elementos clave del tratado”, apuntó Marroquín.
El T-MEC entró en vigor el 1 de julio de 2020 y en su capítulo 34 establece que el tratado terminará 16 años después. Señala que en el sexto aniversario del tratado, en 2026, las partes se reunirán para realizar una “revisión conjunta” y eventualmente prorrogar su vigencia por otro periodo de 16 años.
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Juan Carlos Becker, exsubsecretario de Comercio de la Secretaría de Economía y exmiembro del equipo negociador del T-MEC, consideró sorprendente que la forma de comunicar los aranceles ha sido hostil por parte de Trump, al grado de parecer que no tiene la intención de mantener el tratado.
“Esto del arancel del 25% claramente nos está tratando peor que al peor de los socios comerciales, cuando la verdad debería de ser el mejor porque somos el que más le exporta”, aseguró.
En entrevista con La Estrategia del Día de Bloomberg Línea dijo que la represalia que tome México debe ser más inteligente, de tal forma que se maximice el dolor para EE.UU. Se pronunció a favor de seguir manteniendo el tratado comercial ya que, en su ausencia, se podría hablar de un retroceso de décadas.
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En 2024, la participación de EE.UU. en las exportaciones de México ascendió a US$469.603 millones, lo que equivale a 83%, mientras que la participación de EE.UU. en las importaciones de México fue de US$231.680 millones, lo que representa 40%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
El balance comercial neto entre México y EE.UU. fue de US$237.922 millones en 2024. La principal venta de México a la economía estadounidense recae en las partes y accesorios de vehículos automotores, en tanto, los principales orígenes de las ventas hacia EE.UU. fueron Ciudad de México, Chihuahua y Nuevo León.