Ciudad de México — Alpek (ALPEKA), una petroquímica mexicana con presencia internacional, considera como favorable la intención del Gobierno de México de imponer aranceles a China y a otras naciones asiáticas con las que México no tiene tratado comercial, dijo su director de finanzas, Carlos Pons de la Garza, en entrevista exclusiva con Bloomberg Línea.
El directivo comentó que la medida puede ayudar a la compañía en términos de volumen y continuidad en sus operaciones, pues este tipo de protecciones comerciales, además de subir otras fracciones arancelarias, ayuda a los productores locales que se han visto “mermados” en sus volúmenes ante importaciones no competitivas o fuera de precios de mercado.
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“Me gusta mucho lo que se está haciendo (...) no es una protección a lo largo de toda la cadena, sino tiros de francotirador”, dijo Pons de la Garza, maestro en administración, durante una conversación en el marco del foro de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), la semana pasada.
Las autoridades mexicanas planean imponer aranceles de hasta 50% a productos automotrices, textiles y de acero fabricados en China y otros países asiáticos con los que México no tiene tratados comerciales, bajo el argumento de que sus productos llegan al país por debajo de los precios de referencia.
Aranceles de EE.UU.
La compañía también observa una oportunidad en los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de PET, un plástico ampliamente utilizado para el envasado de productos alimenticios y bebidas.
La decisión del Gobierno de Trump de eliminar al PET y al PET reciclado de la lista de exenciones de aranceles crea un mercado local más competitivo para los productores domésticos, señaló la compañía en su reporte de resultados trimestrales.
“Para Alpek, este cambio representa una oportunidad relevante a futuro, sujeta a la evolución del entorno”, agregó la empresa, con sede en el estado de Nuevo León, en un comunicado.
La eliminación del PET de la lista de exenciones, una decisión tomada en septiembre, implica el cobro de un arancel a las importaciones de PET principalmente de países del Sureste Asiático, las tarifas comerciales dependen del país de procedencia y pueden llegar hasta el 50% para mercancías provenientes de India.
Alpek no ofreció detalles en su reporte trimestral sobre las oportunidades que observa en ese mercado.
La mejora del mercado estadounidense es una de las variables a considerar por Alpek y sus socias para la reactivación del proyecto Corpus Christi Polymers (CCP), que busca ser uno de los mayores centros integrados de producción de PET y PTA, comentó Pons de la Garza.
“La película hacia adelante es que pudiera ser una de las variables interesantes para pensar en Corpus Christi”, dijo el CFO de Alpek. “Pero creo que todavía no estamos allí. No lo veo en el corto plazo”.
Alpek, Indorama y Far Eastern adquirieron a finales de 2018, el proyecto CCP ubicado en el estado de Texas por US$1.125 millones.
Tras la compra, las empresas trabajaron durante 2019 en armar un plan de reactivación, cuyo desarrollo se ha interrumpido en diversas ocasiones.
El proyecto fue puesto en pausa en marzo de 2020, en la antesala del Covid-19, debido al incremento del monto de inversión y los altos costos laborales en la región. Tras una reactivación en julio de 2022, fue nuevamente suspendido en septiembre de 2023.
PPC considera una capacidad de 1,1 millones de toneladas de PET y 1,3 millones de toneladas de PTA, que es la principal materia prima del PET, conocido por su uso para el almacenamiento de bebidas, y de las fibras de poliéster.
Alpek, que sumaría una capacidad de procesar 367.000 toneladas de PET y 433.000 de PTA con CCP, como uno de los catalizadores de su crecimiento.
En cambio, en los últimos dos años, la compañía mexicana ha cerrado plantas en Estados Unidos y México, por los altos costos y el exceso de oferta de Asia.









