Bloomberg — La producción petrolera mexicana va camino de desplomarse a niveles vistos por última vez a finales de la década de los setenta, antes de la puesta en marcha del gigantesco yacimiento de Cantarell, lo que supone una amenaza para las refinerías estadounidenses en un momento en el que más necesitan el petróleo del país.
La caída de la producción, combinada con la puesta en marcha de la mayor refinería mexicana de Dos Bocas, redujo el volumen de petróleo disponible para los mercados de ultramar.
Las exportaciones se desplomaron en junio a 529.000 barriles diarios, el nivel más bajo registrado, según los informes de transporte marítimo y los movimientos de buques recopilados por Bloomberg.
“Los problemas de Pemex con los pagos de la deuda a los proveedores agravaron todo el panorama, ya que la empresa ya estaba luchando con el envejecimiento de los yacimientos”, dijo Joao Lopes, analista senior de downstream de S&P Global, sobre la estatal Petróleos Mexicanos.
“La falta de nuevos descubrimientos significativos también arroja una sombra sobre la producción a largo plazo”.
La producción petrolera de México ha promediado 1,6 millones de barriles al día este año y va camino de ser la más baja desde 1979, cuando el megacampo de Cantarell produjo petróleo por primera vez.
México no ha sido capaz de repetir un descubrimiento de la magnitud de los 35.000 millones de barriles de petróleo de Cantarell. Se calcula que uno de sus últimos descubrimientos, el yacimiento de Zama, contiene 800 millones de barriles de petróleo.

La producción de petróleo se ha reducido justo cuando las refinerías estadounidenses están trabajando al máximo para satisfacer la demanda de combustible durante la temporada de conducción veraniega.
La reducción de las exportaciones de México también agrava la escasez de suministros del crudo pesado y sulfuroso del que han llegado a depender los fabricantes de combustible estadounidenses, ya que el endurecimiento de las sanciones estadounidenses contra Venezuela y la actual disputa arancelaria con Canadá también han reducido los flujos procedentes de esas naciones.
Eso está haciendo subir los precios de los petróleos de calidad similar producidos por México y Canadá, los dos mayores proveedores de petróleo extranjero de los fabricantes de combustible estadounidenses. El mes pasado, los precios del petróleo canadiense alcanzaron los niveles más altos en más de dos años.
La producción se está ralentizando mientras Pemex lucha por hacer frente a pagos de unos 20.000 millones de dólares a sus proveedores, incluidas las empresas de servicios de campos petrolíferos.
Los retrasos han provocado suspensiones de contratos y desatado protestas en las ciudades petroleras que dependen económicamente de Pemex. La empresa, que ha incumplido sus promesas de pagar a los proveedores antes de marzo, espera ahora que la deuda se normalice este mes.
Pemex planea dar a conocer un nuevo plan estratégico en las próximas tres semanas, tras reportar pérdidas cercanas a los US$30.000 millones el año pasado.
--Con la colaboración de Carolina Millán.
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