Bloomberg — Estados Unidos y México alcanzaron el lunes dos acuerdos clave para el sector agrícola, suavizando los conflictos que amenazaban con intensificar las tensiones entre los vecinos en medio de las negociaciones comerciales provocadas por los aranceles de Donald Trump.
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México se comprometió a suministrar agua a los agricultores de Texas después de que Estados Unidos se quejara de no haber cumplido con un acuerdo de décadas.
Los países también llegaron a un acuerdo sobre cómo combatir la plaga del gusano barrenador del Nuevo Mundo al sur de la frontera, evitando posibles restricciones a las importaciones de ganado estadounidense desde México.
Las resoluciones de los acuerdos muestran que México está encontrando maneras de trabajar con Estados Unidos a pesar del enfoque más confrontativo de la administración Trump.
Esto es un buen augurio para México, ya que busca un alivio de los aranceles que Trump está imponiendo a las autopartes, el acero y otros productos.
El Gobierno mexicano se comprometió a transferir agua de los embalses internacionales y a aumentar la participación estadounidense en el flujo en seis de los afluentes del Río Bravo de México hasta el final del actual ciclo hídrico de cinco años, según informó el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en un comunicado.
El ciclo quinquenal del agua finaliza el 24 de octubre de este año, según informó México en un comunicado aparte.
El acuerdo se basa en el Tratado de Límites y Aguas de 1944, que establece que México debe entregar 1.75 millones de acres-pies de agua durante cinco años a Estados Unidos desde el Río Bravo, mientras que Estados Unidos entrega 1.5 millones de acres-pies de agua a México desde el Río Colorado, según el USDA.
No está claro cuánta agua transferirá México a corto plazo.
“México acordó con Estados Unidos implementar una serie de medidas para mitigar posibles déficits en el suministro de agua desde México hacia el final del ciclo, previendo transferencias de agua inmediatas, así como durante la próxima temporada de lluvias”, declaró la Secretaría de Agricultura de México en el comunicado.
El Tratado de 1944 ofrece beneficios para ambos países, por lo que “no se considera necesaria una renegociación”, añadió la secretaría.
Crisis evitada
Los detalles de un pacto independiente para abordar la plaga del gusano barrenador del Nuevo Mundo no se revelaron de inmediato, pero ambas partes afirmaron el lunes haber llegado a un acuerdo. La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, había advertido previamente que Estados Unidos podría restringir de nuevo las importaciones de ganado de México si el país no hacía más para combatir la plaga, que puede causar enfermedades en los animales e incluso la muerte.
Rollins declaró durante una gira por Ohio que había hablado con el secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, y que llegaron a un acuerdo sobre el problema del gusano barrenador, según informó Reuters el lunes.
Berdegué, por su parte, afirmó en una publicación en X que él y Rollins abordaron satisfactoriamente “las medidas que benefician a ambos países para seguir trabajando juntos para contener y erradicar el gusano barrenador del ganado”.
En noviembre, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos fue aún más lejos, deteniendo las importaciones de ganado de México tras detectar un caso de gusano barrenador en el estado de Chiapas. Se reanudaron en enero.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha evitado la confrontación con Trump y, en cambio, ha pedido un enfoque sereno para abordar las quejas de su homólogo estadounidense, incluso mediante llamadas telefónicas directas entre ambos líderes. Sheinbaum ha conseguido algunos retrasos y una reducción de aranceles por parte de Trump, quien ha afirmado que las concesiones que ha acordado se deben al respeto que le tiene.
Aunque Trump eximió a México de los aranceles de represalia, el país aún enfrenta gravámenes sobre productos que no están cubiertos por el tratado de libre comercio de América del Norte, junto con el acero, el aluminio y la parte de los automóviles terminados que no se fabrican en Estados Unidos.
El gobierno de Sheinbaum ha dicho que confía en reducir esos aranceles y también en lograr una revisión exitosa del acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá. Está previsto que el pacto se revise el próximo año, pero el proceso podría adelantarse.
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