Ciudad de México — Moody’s Local México, una agencia de calificación de riesgo que ofrece opiniones domésticas, subió la calificación crediticia de los certificados bursátiles de Pemex, un signo adicional tras anticipar una potencial mejora a la calificación global de la petrolera estatal.
La deuda senior quirografaria de largo plazo, denominada en pesos mexicanos, pasó de AA+.mx a AAA.mx, con una perspectiva estable, señaló Moody’s Local, en un comunicado.
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El incremento de Moody’s de hoy se vincula en específico a los bonos PEMEX 12U, PEMEX 14U, PEMEX 14-2 y PEMEX 15U.
El incremento “está sustentado en las recientes transacciones financiera para fortalecer la liquidez y facilitar el refinanciamiento de la deuda de corto plazo de la empresa”, señaló Moody’s Local México en el comunicado.
Hace un mes, el Gobierno mexicano emitió bonos por US$12.000 millones, a través de un complejo mecanismo de notas precapitalizadas (P-Caps), para que Pemex cubra sus amortizaciones de deuda y pagos de créditos bancarios de este año.
Tras esta emisión, la agencia Fitch Ratings mejoró en dos escalones la nota crediticia de Pemex.
El movimiento de hoy de Moody’s Local se da nueve días después de que Moody’s Ratings puso la calificación global de Pemex (B3) en revisión para una posible mejora, tras la presentación del plan financiero y operativo para la petrolera diseñado por el gobierno de México.
Las calificaciones bajo la revisión por Moody’s Ratings, anunciadas la semana pasada, incluyen la calificación de familia corporativa (CFR) B3, la evaluación crediticia base (BCA) CA y las calificaciones sénior sin garantía respaldadas por B3 en las notas existentes de la compañía.
Moody’s dijo que la revisión de las calificaciones de Pemex se centrará en la ejecución exitosa de las transacciones propuestas en el plan estratégico, incluyendo en qué medida tanto el Gobierno como Pemex logran mejoras en la estructura de capital y la posición de liquidez de la empresa.
Como parte del plan, el Gobierno de Sheinbaum propuso un fondo de inversión, a través de la banca de desarrollo, que ayude a financiar parte de las necesidades de capital de la petrolera mexicana con el objetivo de revertir la caída de la producción en los próximos dos años.
Aunque la estrategia es el primer paso para mejorar las condiciones de liquidez de la compañía, Pemex aún enfrenta retos operativos, pago a proveedores y vencimientos de deuda que ascienden a una necesidad de efectivo por al menos US$7.000 millones en 2026.
Pemex tiene la deuda financiera más grande del mundo entre las petroleras por US$98.800 millones, mientras su producción de crudo está en el nivel más bajo en cuatro décadas y su negocio de refinación enfrenta retrasos en obras clave desde 2022.