Ciudad de México — México resintió el efecto Donald Trump en el día cero; el día en que la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) dejó de funcionar.
En el primer minuto del 4 de marzo entró en vigor un arancel de 25% para todas las importaciones mexicanas, lo que resultó en una jornada de volatilidad que le pegó al peso mexicano. Pero horas después, las autoridades de EE.UU. suavizaron su tono y dijeron que tan pronto como este miércoles 5 de marzo podría haber “un alivio”.
Ante un panorama tan cambiante, el exnegociador del T-MEC, Juan Carlos Baker, considera adecuada la decisión de la presidenta Sheinbaum de postergar para el domingo 9 de marzo la respuesta a la política arancelaria de Trump.
“Después de lo que vimos, no es mala idea que esperemos un tiempo”, dijo a Bloomberg Línea el exsubsecretario de Comercio Exterior de México de 2016 a 2018 y a quien le tocó presenciar la firma del T-MEC el 30 de noviembre de 2018.
El T-MEC fue firmado por Trump; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el expresidente mexicano Enrique Peña Nieto. Los jefes negociadores fueron Robert Lighthizer, exrepresentante comercial de EE.UU.; Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, e Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía.
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Cabeza fría, clave en la negociación Sheinbaum-Trump

Sheinbaum no quiere atizar la guerra comercial que Trump inició desde hace siete años con aranceles en contra de China y que ahora, en su segundo mandato, busca escalar con una nueva dosis de tarifas no solo para los productos chinos, sino también para las importaciones mexicanas y canadienses.
Por eso la mandataria optó por responder al presidente de EE.UU. con medidas arancelarias y no arancelarias; lo hará cinco días después, desde el corazón político de México, usado por su antecesor Andrés Manuel López Obrador cuando se trataba de mostrar el músculo del movimiento.
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El exsubsecretario de Comercio Exterior, quien presenció la firma del acuerdo comercial entre los “tres amigos”, dijo que se debe tener mucha calma ante un entorno que se mueve muy rápido y lamentó el tono de Trump respecto de los avances de México en materia de seguridad.
Es decir, Trump dijo que los aranceles sobre México se justificaban porque el país no había hecho lo suficiente en los temas de fentanilo y seguridad, sin embargo, Baker consideró que el Gobierno de Sheinbaum ha entregado buenos resultados.
“Me deja un mal sabor de boca, pero lamentablemente esa es la realidad que enfrentamos, por eso yo creo en la idea de dejar pasar unos días, es una situación compleja, pero hay que ver cómo se configuran las respuestas de los actores en Estados Unidos, tenemos que dar los espacios para tener mejor información y tomar decisiones”
Juan Carlos Baker, exnegociador del T-MEC
Baker dijo que el no reaccionar de inmediato abre un espacio para que EE.UU. sienta los efectos reales de la imposición de aranceles, como fue el hecho de que las bolsas de valores en Wall Street cayeron.
Mientras que México debe dejar que maduren ciertas conversaciones y que algunos hechos sucedan, de otra manera se estarían tomando decisiones apresuradas que pueden traer un costo más grande.
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Sheinbaum está a favor de buscar una solución negociada a la imposición de aranceles y afirmó que no tiene el propósito de iniciar una confrontación económica o comercial.
“Vamos a seguir buscando el diálogo (para encontrar una alternativa con argumentos y racionalidad. Debemos estar atentos y tener tranquilidad, cabeza fría”
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, durante su conferencia matutina del 4 de marzo.
El antecedente de los aranceles en 2018: lo aprendido

Baker palomeó que Sheinbaum esté actuando con cabeza fría en medio de la creciente tensión en el bloque de Norteamérica, al considerar que está actuando con base en la experiencia de México durante otros episodios de imposición de aranceles a mercancías mexicanas.
“Yo me acuerdo que cuando pusimos las represalias en el 2018 y yo todavía estaba en el Gobierno como subsecretario, Estados Unidos nos impuso los aranceles en acero y en aluminio y si no recuerdo mal, México respondió como cuatro o cinco días después”
Juan Carlos Baker, exnegociador del T-MEC
El 31 de mayo de 2018, el presidente Trump, en su primer mandato en la Casa Blanca, anunció la imposición de aranceles de 25% y 10%, respectivamente, a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México, Canadá y la Unión Europea.
A manera de represalia, y en reciprocidad, México anunció el 31 de mayo de 2018 la imposición de aranceles equivalentes sobre las importaciones de productos estadounidenses de diversos sectores, tales como el agroalimentario y textil.
Fueron cinco días después, el 5 de junio, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto con la lista de fracciones arancelarias cuyos productos estarían sujetos a un impuesto adicional hasta que EE.UU. mantuviera los aranceles impuestos al acero y aluminio mexicanos.
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El queso fresco y requesón; el Whisky “Tennessee” o whisky bourbon; las piernas, paletas y sus trozos sin deshuesar (porcino); las manzanas; el jamón y trozos de jamón (porcino); las papas y los arándanos rojos, fueron algunos de los productos de EE.UU. a los que México aplicó aranceles.
El 17 de mayo de 2019 el Gobierno de EE.UU. accedió a levantar los aranceles punitivos a las importaciones de acero y aluminio originarias de México.
Baker, quien también es director de Consultores Internacionales Ansley, dijo que a las empresas que asesora les ha dicho que se necesita estar preparados para moverse rápido en medio de un panorama en el que todo puede cambiar el día de mañana.
“Eso nos debe de llevar a una planeación empresarial muy estratégica. Para eso hay instrumentos de cobertura, hay cuestiones contractuales también que se pueden trabajar siempre, pero sobre todo, lo que le digo a las empresas es que necesitamos estar tranquilos”
Juan Carlos Baker, exnegociador del T-MEC