OMI registró 1.233 muertes en rutas migratorias de América y casi 9.000 en el mundo en 2024

Aunque el número en el continente se redujo, corredores como la selva del Darién continuaron siendo mortales.

Haiti
21 de marzo, 2025 | 11:19 AM

Bloomberg Línea — Al menos 8.938 personas fallecieron en rutas migratorias de todo el mundo en 2024, con un incremento del 2,1% en comparación con 2023, la cifra más alta registrada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En cuatro de cinco regiones aumentaron los fallecimientos: Asia (2.778), África (2.242), Europa (233) y el Mediterráneeo (2.452). En contraste, América evidenció una reducción, pasando de 1.405 a 1.233 muertes, aunque el panorama para la región no deja de ser preocupante.

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Pese a que no existen detalles sobre la totalidad de muertos registrados en América, el informe de la OIM recopila la pérdida sin precedentes de 341 vidas en el Caribe y una cifra récord de 174 muertes de migrantes al momento de intentar cruzar el Darién el año pasado.

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El Darién, una selva en la frontera entre Colombia y Panamá que hasta hace unos años parecía intransitable, se convirtió en el principal corredor migratorio de quienes buscaban movilizarse hacia Estados Unidos a partir de 2020, en plena pandemia.

Aunque la mayoría de ciudadanos que atravesó el denominado tapón del Darién en los últimos años fueron venezolanos, como han explicado algunos expertos a Bloomberg Línea, lo cierto es que también se movilizaban pobladores de otras partes del sur del continente, como Colombia y Ecuador, pero también asiáticos y africanos que arribaban a este punto para empezar su recorrido a Norteamérica.

En el trayecto, las personas en situación de movilidad no solo se han enfrentado a la inclemencia propia de una selva tropical, sino del Clan del Golfo, una estructura armada que aprovechó el flujo migratorio para traficar con personas, si bien su principal negocio es el narcotráfico y, en algunas regiones de Colombia, la minería ilegal.

Migrantes llegan en barco a Puerto Quimba, Panamá.

La OIM explica que la cifra real de muertes y desapariciones de migrantes tanto en América como el resto del mundo incluso puede ser “mayor”, puesto que muchas de ellas no se han documentado por la escasez de fuentes oficiales.

A ello se suma que se desconocen las identidades y las características demográficas de la mayor parte de las personas que han fallecido o desaparecido.

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“El aumento en la cifra de muertes de por sí es terrible, pero el hecho de que miles sigan sin ser identificados cada año es aún peor”, dijo Julia Black, coordinadora del proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM. “Más allá de la desesperación y de las preguntas no resueltas de las familias que han perdido a un ser querido, la falta de datos más completos sobre los peligros que enfrentan los migrantes obstaculizan las vitales respuestas”.

Migración al sur, un reto en Latinoamérica

Desde 2014, cuando comenzó a documentar los fallecimientos en rutas migratorias, la OIM ha registrado 11.038 muertes en América, número superado solamente por las cifras de dos regiones: el Mediterráneo (31.722) y África (16.895).

Ahora mismo, América se enfrenta al flujo migratorio hacia el sur, es decir, el de personas que permanecían en la frontera mexicana o se movilizaban por Centroamérica para luego ingresar a Estados Unidos, pero no pudieron y desistieron de hacerlo por las políticas de Donald Trump.

Los presidentes de Panamá, José Raúl Mulino, y Colombia, Gustavo Petro, acordaron reunirse el viernes 28 de marzo para abordar la migración, por ejemplo.

Uno de los temas seguramente será como ayudar a retornar a los ciudadanos venezolanos que permanecen en Centroamérica, pues la falta de consulados en la región y la ruptura de relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela hacen que sea difícil.