Bloomberg Línea — En Áspero, antigua ciudad pesquera ubicada en Perú y perteneciente a la civilización Caral —la más antigua de América, con más de 5.000 años de historia—, un equipo de arqueólogos ha desenterrado una tumba que impacta tanto por su antigüedad como por la fineza de sus elementos.
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La sepultura pertenece a una mujer de élite, un personaje de alto rango que revela el esplendor de una sociedad compleja y profundamente conectada con su entorno y con otros pueblos distantes.
En conferencia de prensa realizada el jueves en el Ministerio de Cultura, el jefe de la sede Áspero de Zona Arqueológica Caral, David Palomino, señaló que “este descubrimiento no solo es importante para la historia de Perú, sino para el mundo, y para entender cómo la civilización Caral ha llegado a alcanzar un nivel tecnológico importante”.
El hallazgo de la tumba y ajuar funerario tuvo lugar en la Huaca de los Ídolos, dentro del sitio arqueológico de Áspero, antigua ciudad pesquera de la civilización Caral (3000-1800 a. C.), ubicada en el distrito de Supe Puerto, provincia de Barranca, región Lima.
Antes del inicio de las excavaciones arqueológicas, este espacio había sido utilizado como botadero municipal de residuos sólidos, pero desde 2005, bajo la dirección de la doctora Ruth Shady y su equipo de la Zona Arqueológica Caral, el sitio ha sido recuperado como símbolo de identidad cultural y motor de desarrollo turístico.
En sus 18,8 hectáreas, junto al océano Pacífico, se han identificado 22 conjuntos arquitectónicos que narran la vida, la organización social y el pensamiento de una civilización.
La rareza de su conservación
De acuerdo con los análisis bioantropológicos preliminares, los restos humanos recuperados habrían sido de una mujer de entre 20 y 35 años, que medía 1,50 metros. Las características de las ofrendas y el tratamiento funerario sugieren que se trataría de una persona de alto estatus.
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El hallazgo resulta especialmente notable por la inusual preservación de piel, cabello y uñas, una condición poco común en la zona. Según los arqueólogos, lo habitual en este sitio es encontrar únicamente restos óseos.

El cuerpo fue delicadamente envuelto en diversos materiales, entre tejidos de algodón, esterillas de junco y un tejido recamado de plumas de guacamayo dispuestas en una red sobre esterillas.
Sobre la cabeza se colocó un tocado de fibras, decorado con haces de hilos entorchados.
Como parte del ajuar, funerario en el espacio inferior, colocaron cuatro cestas de junco, una aguja con diseños incisos, una concha de caracol amazónico, el pico de un tucán con incrustaciones de cuentas verdes y pardas, un tejido de lana, una red de pescar, una treintena de camotes, herramientas para tejer y otros objetos.
En el espacio superior depositaron tres mates en forma de botella y otra cesta sobre una esterilla de totora.
Además, en Áspero se han identificado 22 conjuntos arquitectónicos. Estos dan cuenta de la organización social de sus habitantes durante el período de formación y desarrollo de la Civilización Caral.
Los investigadores esperan determinar la antigüedad de los restos en un análisis más detallado, los cuales también permitirán conocer aspectos vinculados a su salud, muerte y dieta.
En criterio de la consultora SV Arqueólogos, este descubrimiento, junto con el de la “Dama de los Cuatro Tupus” (2016) y el “Varón de Élite” (2019), refuerza el rol de liderazgo, decisión y ritualidad que las mujeres ocupaban en Caral, inscrito en la arquitectura, las ofrendas y en las tumbas.