Bloomberg — La ira aumentó en Perú después de que la policía admitiera haber matado a tiros a un manifestante, apenas horas después de que el presidente José Jerí sobreviviera a una votación para derrocarlo menos de una semana desde que asumió el poder.
Miles de manifestantes con pancartas han marchado en Lima desde el miércoles, con algunos enfrentamientos con la policía y heridos en ambos bandos. Los manifestantes dicen estar hartos de asesinatos y otros delitos, y muchos exigen una limpieza total de la élite política del país, ampliamente desacreditada.
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La admisión policial podría echar más leña al fuego, incluso después de que el gobierno de Jerí, tras seis días en el cargo, se enfrentara el jueves a lo que podría ser la primera moción para destituirlo. Solo 20 de los 130 legisladores la apoyaron.
El hecho de que la moción se haya presentado tan rápidamente después de que Jerí asumiera el cargo pone de relieve la volatilidad que enfrenta su gobierno en una nación conocida por cambiar de líder de forma rotativa.
En una conferencia de prensa, el jefe de policía, Oscar Arriola, informó a la prensa que un agente no uniformado mató a un hombre de 32 años durante las protestas del miércoles por la noche. Funcionarios del gobierno habían negado previamente la participación de agentes, y el propio Jerí recurrió a las redes sociales para culpar a una minoría de manifestantes de la violencia.
Jerí asumió el cargo a finales de la semana pasada tras la destitución de la impopular expresidenta Dina Boluarte. Su índice de aprobación se situó en un solo dígito bajo tras ser duramente criticada por no estar haciendo lo suficiente para reducir la creciente delincuencia.
Pero Jerí es igualmente impopular: una encuesta de Ipsos de septiembre muestra que solo el 5% de los peruanos respaldaba su gestión como jefe del Congreso, el cargo que desempeñaba antes de asumir la presidencia.
Jerí, abogado conservador, ocupará la presidencia hasta julio próximo, con las elecciones generales de Perú programadas para abril. El país andino ha tenido ocho jefes de Estado en la última década.
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Jerí prometió no renunciar antes de la votación del jueves y dijo a los periodistas que Perú debe promover la estabilidad con “el diálogo y la búsqueda de la unidad”.
Las protestas masivas del miércoles sirvieron como una prueba clave para el nuevo líder y para determinar si su naciente presidencia podría conseguir apoyo.
*Esta historia fue actualizada a las 20:50 ET con más información a lo largo del texto.
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