Bloomberg — A medida que la creciente presión de Estados Unidos sobre Venezuela provoca un repunte en los bonos impagos del país latinoamericano, algunos tenedores de deuda apuestan por más ganancias en el futuro.
Los bonos en dólares del país se han disparado desde finales de agosto, cuando Estados Unidos intensificó la presión sobre el presidente Nicolás Maduro enviando una flota militar a la costa venezolana como parte de una operación antinarcóticos en el Caribe.
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Los bonos con vencimiento en 2022 se cotizan a 23 centavos de dólar, rondando su precio más alto desde que se impusieron las sanciones estadounidenses en 2019.
“Con el aumento de la presencia militar estadounidense cerca de las aguas venezolanas, creo que los inversionistas están empezando a apostar por la pequeña posibilidad de que se produzca un cambio de régimen”, afirmó Anthony Simond, director de inversiones en deuda de mercados emergentes de Aberdeen Group Plc, que posee bonos del país para sus clientes.

La situación se ha agravado en los últimos días, ya que Maduro ha reforzado la seguridad en cinco estados después de que Estados Unidos atacara un barco que, según afirmaba, transportaba drogas desde Venezuela, causando la muerte de 11 personas.
Estados Unidos ha desplegado aviones de combate furtivos en Puerto Rico, mientras que el Pentágono ha advertido a Maduro que no interfiera en sus operaciones.
Estos acontecimientos han llamado la atención de los inversionistas que buscan sacar provecho de la deuda de Venezuela.
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Maciej Woznica, gestor de carteras de renta fija de Coeli Frontier Markets, una unidad de Coeli Asset Management que supervisa unos US$4.800 millones, dijo que compró deuda venezolana en mayo y que recientemente ha añadido más.
“Cualquier acción que aumente la probabilidad de un cambio de gobierno o del levantamiento de las sanciones es muy positiva para los bonos”, afirmó Woznica.
Él espera que los bonos de Venezuela se dupliquen con creces desde los niveles actuales y que, finalmente, se negocien a 50 centavos por dólar.
Para iniciar las negociaciones con el gobierno venezolano sobre la reestructuración de los bonos, Estados Unidos debe eliminar las sanciones que actualmente prohíben a Venezuela emitir nueva deuda en el extranjero, según Simond, de Aberdeen. Esto sucedería muy probablemente en un escenario en el que se produjera un cambio de gobierno y Maduro dejara de estar al mando, afirmó.
Una apuesta arriesgada
Por supuesto, apostar por un cambio político ha sido una empresa arriesgada en Venezuela, donde Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, mantuvieron un férreo control del poder durante los últimos 25 años. Las esperanzas de una transición política se vieron frustradas tras las controvertidas elecciones del año pasado, lo que obligó a dar un giro de 180 grados a algunas empresas, entre ellas Barclays Plc (BCS).
Aun así, los estrategas de Citigroup (C) señalaron la semana pasada signos de optimismo cauteloso entre los inversionistas y recomendaron comprar bonos venezolanos con vencimiento en 2022.
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Al menos una situación similar ha resultado ser un éxito reciente para los operadores: los bonos del Líbano han obtenido un retorno de alrededor de 250% desde sus mínimos de septiembre de 2022 debido a que los inversionistas apostaron por el debilitamiento de la influencia de Hezbolá sobre la política del país tras una serie de ataques de Israel. La recuperación se prolongó en las últimas semanas, ante los indicios de que las reformas políticas y económicas del país estaban cobrando impulso.
Y aunque el cambio de régimen es un escenario posible, puede que no sea un resultado necesario para que los bonos sigan subiendo, dijo Kaan Nazli, gestor de carteras de Neuberger Berman, que también tiene deuda del país en las carteras de sus clientes.
Con la reanudación parcial del comercio de petróleo entre Estados Unidos y Venezuela, “hay esperanza de que esto pueda acercar una eventual reestructuración de la deuda”, afirmó.
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