Venezuela compra a Rusia la nafta que antes obtenía de EE.UU.

Los envíos de nafta desde EE.UU. cayeron a cero entre marzo y octubre, mientras que los flujos desde Rusia superaron los siete millones de barriles en el mismo período.

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Por Mia Gindis - Veena Ali-Kha - Fabiola Zerpa
13 de octubre, 2025 | 12:16 PM

Bloomberg — Rusia desplazó a Estados Unidos como el principal proveedor de nafta de Venezuela, un producto derivado del petróleo necesario para diluir su crudo extrapesado, mientras las políticas comerciales de Washington empujan a ambos países sancionados hacia una cooperación económica más profunda.

Los envíos de nafta desde EE.UU. cayeron a cero entre marzo y octubre, mientras que los flujos desde Rusia superaron los siete millones de barriles en el mismo período, según Kpler. Ese volumen —equivalente a unos 49.000 barriles diarios en agosto y 69.000 en septiembre— representa además la primera ola registrada de entregas desde Moscú a Caracas en casi seis años.

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Venezuela necesita la nafta, que puede usarse como diluyente, para disolver su crudo espeso y mantener el flujo por los oleoductos para ser exportado a países como China, uno de sus principales compradores. Más de la mitad de su producción actual, de 1,1 millón de barriles diarios, proviene de la Faja del Orinoco que contiene reservas de crudo extrapesado.

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El país sudamericano comenzó a buscar un nuevo proveedor de nafta después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, endureciera las sanciones al sector petrolero venezolano a comienzos de este año, al revocar una licencia otorgada durante el gobierno de Joe Biden que permitía a algunas empresas, entre ellas Chevron Corp., operar en el país.

La revocación de la licencia de Chevron puso fin a los cerca de 18 meses en los que EE.UU. fue prácticamente el único proveedor de nafta de Venezuela, un acuerdo que ofrecía a las refinerías estadounidenses un mercado conveniente para su excedente de productos livianos. La nafta llegaba a Venezuela a través de unos pocos intermediarios, algunos socios en proyectos con la estatal Petróleos de Venezuela SA.

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Venezuela pidió luego ayuda a China para cubrir el faltante, sin éxito. En años anteriores había recurrido a Irán —también bajo severas sanciones—, pero la nafta rusa se impuso rápidamente como una alternativa de mejor calidad y probablemente más barata que el condensado iraní.

“Las políticas de Washington son el pegamento aquí”, afirmó Rory Johnston, investigador del mercado petrolero y fundador de Commodity Context. “Las sanciones obligan a estos productores a unirse”.

Aunque Venezuela lleva dos décadas bajo distintas sanciones de EE.UU., Trump apuntó directamente contra el presidente Nicolás Maduro, a quien acusa de ser un “narcoterrorista”. El gobierno estadounidense ofrece una recompensa de US$50 millones por información que conduzca a su captura y ha lanzado una serie de ataques contra embarcaciones frente a las costas venezolanas que, según Washington, transportaban drogas.

Bajo creciente presión, el gobierno de Maduro anunció este mes la firma de un acuerdo de asociación con Rusia para impulsar la cooperación conjunta en energía y defensa, según un comunicado visto por Bloomberg. Su par ruso, Vladímir Putin, había calificado previamente la relación con Caracas como “estratégica”, aunque Moscú no emitió un comunicado propio sobre el pacto.

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Para Maduro, el acuerdo con Rusia “aporta tanto ventaja económica como influencia política”, señaló Fernando Ferreira, director de riesgo geopolítico de Rapidan Energy Group. Para Rusia, agregó, representa “una presencia simbólica en el patio trasero de EE.UU., que refuerza la confianza de Maduro y molesta a Washington”.

Si bien Moscú y Caracas ya habían firmado varios convenios de petróleo y gas, la nueva línea de suministro permite a Rusia colocar su excedente de nafta tras perder acceso a los mercados europeos por las sanciones internacionales derivadas de la invasión a Ucrania.

Los ministerios de petróleo y de información de Venezuela no respondieron a solicitudes de comentarios, al igual que la Casa Blanca.

El flujo de nafta desde Moscú hacia Caracas continúa incluso mientras se asume que Chevron volvió a tener permiso para enviar el diluyente como parte de un intercambio de carga, mediante el cual productos petroleros sustituyen el pago en efectivo por el crudo venezolano. La licencia no es pública, por lo que no está claro si ese es el caso.

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La guerra en Ucrania podría complicar la situación. La red de refinación rusa ha sufrido daños por ataques con drones ucranianos, lo que pone en duda la disponibilidad del producto. Ust-Luga, un puerto de exportación en el mar Báltico responsable de casi 7% de las exportaciones rusas de nafta hacia Venezuela, sufrió graves daños en agosto, según datos de Vortexa.

Incluso en su punto máximo, los envíos rusos apenas alcanzan la mitad del volumen de diluyente que Venezuela solía importar mensualmente desde la costa del Golfo estadounidense, según Jorge Molinero, analista de flujos de nafta en Sparta Commodities.

Para EE.UU., los vendedores encontraron mercados alternativos en Asia y Europa que ya compensan con creces la pérdida de ingresos por las ventas a Venezuela, según los analistas.

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