Bloomberg Línea — El mercado global del café atraviesa una fase de reajuste marcada por la combinación de variables climáticas, logísticas y comerciales que afectan a los tres principales países productores: Colombia, Brasil y Vietnam. La campaña se perfila como un ciclo clave para la estabilización de los inventarios globales, tras años de presión sobre la oferta y alzas prolongadas en los precios.
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Los primeros indicios muestran un avance sostenido de la cosecha en Brasil, una recuperación moderada en Colombia y condiciones climáticas favorables en Vietnam.
No obstante, las tensiones logísticas, la volatilidad de los futuros y los posibles efectos climáticos adversos mantienen al mercado en alerta.
“Hay algunos factores potencialmente alcistas a tener en cuenta que podrían provocar un fuerte repunte de los precios antes del cuarto trimestre de este año”, dijo Tomás Araujo, analista de StoneX.
El desafío colombiano
En Colombia, el año cafetero arrancó con un optimismo prudente, pese a las lluvias persistentes que han generado un desfase significativo en el calendario de recolección.
Según Federación de Cafeteros, la producción del país alcanzó en los últimos 12 meses 14,62 millones de sacos de 60 kilos, lo que representa un incremento del 23% frente al año anterior.

No obstante, el clima ha afectado. “La cosecha del primer semestre en la zona sur de Colombia presenta un evidente retraso debido a las persistentes lluvias que han afectado el territorio nacional", explicó el presidente de Federación, Germán Bahamón. “Esta condición climática ha ralentizado la maduración del fruto, generando un desfase estimado de seis semanas”.
Este impacto climático se reflejó en la caída del 27% en la producción de mayo, cuando sólo se recolectaron 819.000 sacos. Aun así, el acumulado de 2025 muestra un crecimiento del 14%, respaldado por un buen comportamiento exportador.
“Colombia ha enviado al mundo 12,91 millones de sacos de 60 kg en los últimos 12 meses, lo que representa un aumento del 17% frente al mismo periodo anterior”, agregó Bahamón.
La preocupación del gremio se centra ahora en el segundo semestre del año, donde la afectación podría ser más estructural.
“El comportamiento climático de 2025 plantea dos desafíos relevantes: en primer lugar, el retraso y desfase de la cosecha del sur; y en segundo lugar y de mayor preocupación, el impacto que tendrá en la cosecha principal del segundo semestre debido a la escasa floración observada en el mes de febrero”, advirtió el dirigente gremial.
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Desde Citi, el estratega de commodities Arkady Gevorkyan, le dijo a Bloomberg Línea que “Colombia estará produciendo alrededor de 13,7 millones de sacos, lo cual está en el extremo superior del rango histórico. Aún espero confirmación sobre los rendimientos y podría ser prematuro sacar conclusiones. Pero una revisión a la baja en la oferta del país es posible si continúan las lluvias excesivas”.
Brasil y Vietnam: dos realidades
Mientras Colombia lidia con el exceso de agua, Brasil y Vietnam avanzan en caminos distintos, pero igualmente determinantes para el equilibrio global del mercado cafetero.
En Brasil, el mayor productor mundial, la cosecha avanza de forma positiva. Según Safras & Mercado, ya se ha recolectado el 29% del total estimado, con un ritmo mayor en el robusta (40%) frente al arábica (21%).

Las condiciones climáticas han sido, en general, favorables, aunque analistas como Araujo de StoneX le dijeron a Bloomberg Línea que “el clima más seco de lo normal en marzo redujo el rendimiento; revisamos nuestra estimación de producción de arábica para 25/26 a 38,7 millones de sacos en abril”. Aun así, destacó que “la proporción de granos grandes se espera que sea mayor”.
Márcio Ferreira, presidente del Consejo de Exportadores de Café de Brasil, le mostró a Bloomberg Línea un diagnóstico más optimista.
“Tuvimos un mejor desarrollo de los granos en ambas variedades. En consecuencia, la cosecha de arábica, aunque será menor que la del año pasado, no sufrirá una caída tan sustancial”, señaló Ferreira.
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También destacó que “en cuanto a la calidad, tanto el arábica como el conilon serán mejores que el año pasado, con porcentajes de granos grandes muy superiores a los de la cosecha anterior, lo que también favorece el rendimiento y agrega valor para el productor”.
No obstante, el país enfrenta cuellos de botella logísticos importantes. Entre junio de 2024 y abril de 2025, Cecafé calcula que se dejaron de embarcar más de 2,5 millones de sacos por retrasos en puertos, con un impacto económico acumulado de BRL$73,2 millones (US$13,5 millones) para los exportadores.
“Lamentablemente, la situación no ha cambiado y los exportadores continúan enfrentando cuellos de botella logísticos y acumulando pérdidas debido a costos adicionales”, dijo Ferreira.

Vietnam, por su parte, entra con fuerza en la campaña. El Departamento de Agricultura estadounidense, USDA, estima que su producción alcanzará los 31 millones de sacos, con un rendimiento récord en el robusta (30 millones).
El país ha experimentado lluvias favorables, especialmente en Dak Lak, su principal región cafetera, donde en mayo se duplicó el promedio histórico de precipitaciones. Trinh Duc Minh, presidente de la Asociación de Café de Buon Ma Thuot, explicó a Bloomberg que “el clima ha sido bastante favorable para los cafetos, con muchas lluvias en las últimas semanas. La precipitación llegó en el momento adecuado, cuando los árboles necesitaban agua para fructificar”.
El buen clima se suma a una mayor inversión por parte de los productores, animados por los altos precios observados desde finales de 2023.
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Precios en alza, inventarios en baja
Tras un primer semestre marcado por la volatilidad, los precios del café muestran señales de repunte. El viernes pasado, los futuros de arábica subieron 3,2% en Nueva York, alcanzando los US$3,687 por libra, su nivel más alto en dos semanas. Robusta también registró una ganancia del 2,9%.
Este nuevo impulso se explica por una reducción sostenida de inventarios en los almacenes monitoreados por bolsa: más de 65.000 sacos han sido retirados en cinco jornadas consecutivas.
“En este momento, el mercado necesita que el café disponible en el mercado spot fluya del origen al destino; cualquier disrupción que provoque demoras en los embarques desde el origen al destino retrasará la recuperación de los inventarios en destino”, advirtió Araujo, de StoneX.

Pese al avance de las cosechas en Brasil y Vietnam, la oferta física no ingresará con fuerza al mercado hasta el tercer trimestre. Esto mantiene cierta tensión en los precios, aunque algunos analistas ya anticipan una posible corrección.
“Todavía hay un escenario alcista en los precios, pero la demanda se ha desacelerado significativamente desde que se anunciaron los aranceles del ‘Día de la Liberación’”, señaló Araujo. En su visión, factores como el clima adverso en Brasil o nuevas disrupciones logísticas podrían detonar un nuevo rally antes del cuarto trimestre.
En cambio, desde Citi, Gevorkyan anticipa un ajuste en los precios. “Creo que los precios altos ya cumplieron su función, y veremos una disminución de la demanda junto con un aumento en la producción global en respuesta. Espero que los precios bajen a US$3,50 por libra de arábica para fin de año”.
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Vietnam también enfrenta un dilema. A pesar del aumento previsto en la producción, las exportaciones en la primera mitad del ciclo actual cayeron 23%, debido a la retención de inventarios por parte de los productores y la dificultad de cerrar contratos a precios estables. “Muchos agricultores siguen reteniendo café en espera de mayores precios”, indicó el USDA.
Con Colombia lidiando con lluvias, Brasil con logística y Vietnam con expectativas, el mercado mundial del café navega entre la resiliencia de la oferta y la sensibilidad extrema de los precios.