Del S&P 500 a Nasdaq: ¿por qué se habla de una caída bursátil en septiembre?

Menor liquidez estacional y ausencia de nuevos catalizadores alimentan la expectativa de que septiembre vuelva a ser un mes difícil para el S&P 500 y el Nasdaq.

Traders at the New York Stock Exchange (NYSE) in New York, US, on Wednesday, Aug. 13, 2025.
21 de agosto, 2025 | 02:07 PM

Bloomberg Línea — Wall Street se prepara para septiembre, históricamente el mes más débil del año, en medio de la toma de utilidades en acciones tecnológicas tras el reciente rally.

Históricamente, septiembre es considerado el mes más débil del año para Wall Street: desde 1928, el S&P 500 suele marcar un máximo alrededor del 3 de septiembre y luego retrocede.

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Dicho patrón coincidiría en la actualidad con un contexto de toma de utilidades tras el rally tecnológico.

“En septiembre, tradicionalmente ocurre que los inversionistas institucionales suelen rebalancear posiciones por cierre del tercer trimestre y eso lleva ventas”, dice el analista financiero Gregorio Gandini.

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Precisamente por esta aproximación del cierre fiscal del tercer trimestre, los inversionistas y fondos buscarían recalibrar sus pérdidas, rebalancenado sus portafolios, apuntó Gandini. “En 2025 hay más factores en juego que aumentan estas fuerzas y en particular la incertidumbre generada por el tema arancelario de Donald Trump aumenta esta tendencia”.

Wall Street cerró la jornada del jueves con pérdidas generalizadas, reflejando la cautela de los inversionistas ante el esperado discurso de Jerome Powell en el simposio anual de Jackson Hole.

“Este evento se ha vuelto aún más relevante tras la intervención de Janet Yellen (expresidenta del Sistema de la Reserva Federal) en 2014, instancia en la que brindó señales de cambios en el ritmo de las tasas luego de un extenso periodo de tasas bajas producto de la crisis ‘subprime’”, comentó Renato Campos, analista de mercados de GH trading. “Por este motivo, los datos que se proporcionan durante el mes de septiembre son digeridos de una manera distinta y con mayor sensibilidad”.

El retroceso del S&P 500 por quinta sesión consecutiva, su racha negativa más prolongada desde enero, coincidió con un repunte en los rendimientos del Tesoro, impulsados por datos económicos que refuerzan la persistencia de presiones inflacionarias.

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La mala fama de septiembre en los mercados

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Esta predisposición de Wall Street con el mes que se avecina se sustenta en hechos puntuales ocurridos en septiembre a lo largo de la historia.

Uno de los primeros fue el pánico de 1873, originado por la burbuja ferroviaria y la quiebra de Jay Cooke & Co., que fue el punto de partida de a la Gran Depresión.

Décadas después, el preludio del crac de 1929 también se vivió ese mes, cuando el mercado alcanzó su máximo histórico el 3 de septiembre, antes de la caída en octubre.

Además, la crisis del fondo de cobertura estadounidense LTCM en 1998 tuvo su momento clave el 23 de septiembre, cuando se coordinó el rescate del fondo para evitar un colapso financiero global.

En 2001, el impacto de los atentados del 11-S golpeó a Wall Street en su reapertura.

Finalmente, el 15 de septiembre de 2008, la quiebra de Lehman Brothers marcó el inicio de la peor fase de la crisis financiera global.

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Cada uno de estos episodios reforzó la percepción de septiembre como un mes negativo para los mercados.

“Septiembre carga con una mala fama que no es casualidad: desde 1928, el S&P 500 promedia un rendimiento de –1 %, convirtiéndose en el único mes con saldo negativo en la historia de Wall Street", dijo a Bloomberg Línea Paula Chaves, analista de mercados de HFM. “Aunque la estadística es pareja —51 % de septiembres en positivo frente a un 49 % en rojo—, cuando la caída llega suele ser más profunda, y no son pocos los ejemplos".

Según Paula Chaves, esa memoria colectiva se potencia por un factor humano: “El sesgo de aversión a la pérdida, que explica que los inversionistas sienten entre 2 y 2,5 veces más dolor al perder un dólar que placer al ganarlo”.

“Psicológicamente, este sesgo genera una mayor recordación de las caídas y hace que septiembre se perciba con especial cautela, aunque no siempre termine en pérdidas”, apuntó.

¿Septiembre traerá sorpresas para Wall Street?

Traders trabajan en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York.

Los analistas se inclinan por una caída en septiembre de este año, en tanto que los inversionistas se adelantan en sectores considerados volátiles como el de tecnología, que sufren particularmente en estos escenarios.

Paula Chaves, de la firma HFM, dice que en 2025 la tendencia podría repetirse con un mercado expuesto ante la combinación de diversos factores.

Entre estos se cuenta la toma de utilidades en las grandes tecnológicas y los rebalanceos de portafolio al cierre del trimestre, pero también una menor liquidez tras el regreso lento de los institucionales y la ausencia de catalizadores positivos hasta la próxima temporada de resultados.

“Todo ello, enmarcado por una Fed bajo presión política, un Jerome Powell en la recta final de su mandato y una economía que combina dudas sobre la inteligencia artificial con señales de fatiga en el consumo, configura un terreno fértil para que septiembre vuelva a desafiar a Wall Street”, comentó la analista.

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Explicó que septiembre suele estar marcado por un factor de liquidez: tras el verano (julio-agosto), los inversionistas institucionales regresan gradualmente al mercado y, si ese retorno es débil, los volúmenes negociados no alcanzan los niveles habituales. Esa menor liquidez, dijo, amplifica la volatilidad y hace que cualquier venta tenga un impacto mayor en los índices.

Añadió que, al encajar esta dinámica con la lectura actual de los ciclos económicos, cobra sentido el patrón de corrección estacional.

Después de dos años alcistas, y en especial de un último año de fuertes subidas, suele darse una fase de retroceso o de lateralidad.

Desde el análisis técnico, precisó, se observan señales de retroceso en el corto plazo, aunque todavía sin confirmación.

Si dichas señales se consolidan, podrían coincidir con la estacionalidad y dar lugar a una corrección más fuerte.

No obstante, Chaves advirtió que confiar únicamente en la “maldición de septiembre” puede llevar a pérdidas, ya que la mitad de las veces el mes cierra en positivo.

Por eso, más que dejarse llevar por una predisposición, “es necesario hacer una lectura más profunda del contexto económico, técnico y psicológico, para separar el mito del mercado de las señales reales que puedan anticipar una corrección”.

(Nota actualiza con el cierre de Wall Street)

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