El dólar vuelve a dejar al descubierto los desafíos de las monedas de América Latina

El desempeño del billete verde en julio, impulsado por el crecimiento en EE.UU. y la cautela de la Fed, expone divergencias entre las monedas latinoamericanas, marcadas por riesgos fiscales, ciclos políticos y menor atractivo de carry trade.

U.S. Currency Production At The Bureau of Engraving and Printing
04 de agosto, 2025 | 07:00 AM

Bloomberg Línea — El dólar cerró julio con su mejor desempeño en lo que va del año, impulsado por datos económicos sólidos en Estados Unidos, una postura cautelosa de la Reserva Federal y señales más claras en la política comercial del presidente Donald Trump.

Esta renovada fortaleza del billete verde, que si bien cedió el viernes pasado ante el enfriamiento del mercado laboral en EE.UU., desafía la estabilidad de las monedas latinoamericanas, muchas de las cuales evidencian vulnerabilidades fiscales, incertidumbre política y dependencia de factores externos.

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De acuerdo con Bloomberg, el índice del dólar se apreció un 2,7% durante el mes, en lo que constituye su primer avance mensual desde el inicio del segundo mandato de Trump.

El repunte estuvo sustentado en un crecimiento del 3% anualizado del PIB estadounidense en el segundo trimestre y una Reserva Federal que dejó sin cambios su tasa de interés.

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Daniel Velandia, economista en jefe de Credicorp Capital, advierte que este giro ocurre tras un periodo histórico de debilidad del billete verde. “Durante el primer semestre de este año tuvimos la mayor depreciación del dólar desde 1973”, recuerda.

Velandia asegura que factores como las tensiones fiscales en Estados Unidos, la pérdida del último triple A crediticio y los esfuerzos de Trump por debilitar la divisa para impulsar exportaciones industriales habían pesado sobre el dólar en la primera parte del año. Pero, ahora, tras la fortaleza de julio, la historia en agosto empieza con ciertos matices.

Fortalezas y debilidades en la región

En América Latina, el efecto del dólar fuerte fue inmediato y ha dejado ver las fortalezas y debilidades en la región. La mayoría de las monedas se depreciaron en julio, con las mayores caídas en el peso argentino, el chileno y el real brasileño.

Desde Visión Davivienda explican que el movimiento, además de la mencionada fortaleza de la economía estadounidense y el tono de la Fed, también está relacionado por el carry trade, que presenta diferente dinámicas en la región.

“Mientras en Colombia y Brasil ha aumentado en la medida en que la expectativa por recortes en la tasa de interés disminuyó para fin de año; en el caso de Chile este incentivo es casi nulo debido a que su tasa de interés es cercana a la estadounidense”

Analistas de Visión Davivienda

Pero, también, el desempeño no es ajeno a otras debilidades. Velandia explica que hay unos riesgos idiosincráticos “muy evidentes” con el tema fiscal.

Los analistas de Visión Davivienda estiman que, en el caso de Colombia, el frente fiscal ha sido especialmente problemático, debido al incumplimiento de las metas, la falta de compromiso con la reducción del gasto y las dudas por las operaciones proyectadas por la Dirección General de Crédito Público para gestionar la deuda.

David Cubides, economista en jefe del Banco de Occidente, entidad perteneciente al Grupo Aval, añade que no se puede dejar de lado una razón adicional.

“Las monedas latinoamericanas están atadas, en buena medida, a lo que sucede con los commodities que tenemos detrás y han sido algunas semanas de descanso de algunas de ellas", considera.

“Lo que termina sucediendo con las monedas de la región es que reaccionan en buena medida a la fortaleza o debilidad del dólar y allí nos movemos en manada tanto el peso mexicano, el real brasileño, el peso colombiano, el peso chileno, incluso el sol peruano”

David Cubides, economista en jefe del Banco de Occidente

Desde Vanguard, Ignacio Saralegui y Rafael Rodríguez advierten que “el reciente fortalecimiento del dólar refleja tanto la solidez relativa de la economía estadounidense como un aumento en la percepción de riesgo global“. Para ellos, mayores riesgos arancelarios podrían apreciar al dólar y afectar a las monedas de América Latina.

El peso del ciclo político

Las monedas latinoamericanas también enfrentan dinámicas políticas locales que amplifican la volatilidad. Chile, por ejemplo, se encamina a elecciones presidenciales en noviembre, lo que introduce incertidumbre en un contexto de precios bajos del cobre y debilidad externa.

Valeria Álvarez, head de equity research de Itaú, señala que “Chile está a puertas de un evento electoral. Las elecciones son en noviembre y en ese contexto lo que se va a tener es un poco más de volatilidad”.

Foto: Cristóbal Olivares/Bloomberg

La analista destaca que las primarias en Chile, ganadas por la candidata comunista Jeannette Jara, dejaron una sensación mixta: por un lado, impulsaron el apoyo a José Antonio Kast, candidato de derecha; pero por otro, generaron inquietudes respecto a la futura composición del Congreso.

Felipe Campos, de Alianza Valores, señala que el comportamiento reciente de las monedas ha sido muy dispar, influido por factores locales específicos. En el caso del peso chileno, Campos coincide en que su debilidad está asociada al ingreso en la fase final del ciclo electoral.

“Es más una etapa en el ciclo político, desde mi punto de vista (...) Colombia va a entrar también eventualmente en esa etapa chilena”, menciona. Según Campos, el impacto del calendario electoral en Chile podría tener eco en la percepción de riesgo de Colombia y otros países con dinámicas políticas similares.

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El analista añade que el movimiento en la región ha sido bastante heterogéneo, con temas muy puntuales de cada país. Mientras Chile ofrece poco atractivo por el carry trade, Brasil, pese a sus riesgos fiscales y mayor exposición al entorno externo —incluida la política comercial de Trump—, ha mostrado estabilidad cambiaria.

“Cada país tiene su tema intrínseco”, dice Campos.

Cubides coincide en que la región se apresta a un ciclo político, con elecciones en Chile, Colombia y Brasil, en el que los inversionistas “estarán mirando a ver cuáles economías se terminan alineando un poco más con visiones pro mercado y esas estarían en el radar de eventuales movimientos”.

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Monedas más resistentes

Pese a las turbulencias, algunos analistas identifican monedas con oportunidades. Velandia, de Credicorp Capital, considera que “hoy por hoy el sol peruano es la moneda mejor posicionada”.

Entre los factores que destaca se encuentran los términos de intercambio, con altos precios del cobre y el oro, el bajo precio del petróleo, la fuerte intervención del Banco Central y una demanda interna que crece a más del 6%.

También ve potencial de corto plazo en el peso mexicano, “porque el T-MEC lo protege bastante del tema arancelario. Debería terminar con una de las tasas efectivas de aranceles más bajas del mundo incluso”, dice.

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De cara al cierre de 2025, las proyecciones de Credicorp Capital muestran escenarios mixtos. Para Colombia, se espera un tipo de cambio de COP$4.050 por dólar, con sesgo alcista si persisten las dudas fiscales.

En Perú, estiman S/3,80 por dólar, apoyados en fundamentos sólidos. En el caso de Brasil, la previsión es de BRL$5,40 por dólar, mientras que para Chile se proyectan CLP$910 por dólar, cifra revisada al alza debido a la presión electoral.

Cubides considera que el peso mexicano es uno de los grandes drivers que ha aguantado el envión de una política comercial un poco más restrictiva y que se vería beneficiado del nearshoring.

Imagen del sol peruano

¿Qué esperar?

Felipe Campos cree que el trimestre en curso será decisivo para el comportamiento de las monedas de América Latina. A su juicio, la reciente fortaleza del dólar se inscribe dentro de un ciclo más amplio de ajustes comerciales y políticos que se irá resolviendo en los próximos meses.

Campos anticipa que en este periodo se irán despejando varias incógnitas clave: desde los efectos concretos de los aranceles impulsados por la administración Trump, hasta los resultados electorales en países como Chile y Argentina.

En cuanto al comportamiento de las divisas, sostiene que Brasil y México se perfilan como las monedas más estables en el corto plazo, por estar menos expuestas al riesgo político inmediato y por venir de trayectorias cambiarias más castigadas.

Ver más: El dólar se debilita, pero América Latina no tiene el camino despejado para aprovecharlo

Por el contrario, destaca que el potencial de valorización podría estar hacia fin de año en Colombia y Chile, dos economías donde el componente político será determinante en los próximos trimestres.

Velandia cree que hacia adelante lo que se debería ver es cierta estabilidad, sin una gran corrección de la divisa estadounidense, más alla de lo que se ha visto en la mayor parte del año. “Tiendo a pensar más en cierta estabilización si es que, por supuesto, no tenemos sorpresas muy negativas o choques muy fuertes de un lado o del otro”, dice.

“Sinceramente creo que vamos encontrando una especie de equilibrio. Es cierto, que se ha devuelto fuerte el dólar hacia arriba, se ha apreciado, pero tampoco creo que haya una gran reversión, porque las cosas simplemente están volviendo a cierto cauce normal”.

Daniel Velandia, economista en jefe de Credicorp Capital

Según Visión Davivienda, las monedas latinoamericanas enfrentan riesgos y fortalezas diferenciadas. En Colombia, el principal desafío es la sostenibilidad fiscal, tanto por el incumplimiento de las metas como por la dificultad de corregir el rumbo, aunque el diferencial de tasas y la dinámica económica juegan a favor.

En Chile, si bien el crecimiento es sólido y la inflación ha cedido, la falta de atractivo en tasas y la caída del precio del cobre podrían afectar su desempeño. Para Visión Davivienda, Brasil enfrenta un entorno fiscal complejo y posibles impactos negativos por los aranceles estadounidenses, pero compensa con la tasa más alta de la región.

México ofrece un retorno atractivo, aunque su mayor debilidad es el bajo crecimiento. Por su parte, Perú presenta fundamentos robustos, con crecimiento económico, bajo endeudamiento y cuenta corriente superavitaria, pero su tasa de interés es la más baja.

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Los analistas de Vanguard resumen la situación con claridad y creen que, para América Latina, el contexto implica un entorno cambiario volátil y muy dependiente de las decisiones de EE.UU. Para ellos, esto refuerza la importancia de estrategias diversificadas y de largo plazo.

En este entorno de ajuste, donde el dólar recupera fuerza y las monedas de América Latina se ven puestas a prueba, la política fiscal, la estabilidad institucional y el calendario electoral se consolidan como los principales diferenciadores regionales.

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