Bloomberg — Apple Inc. (AAPL) se ha convertido en blanco frecuente de los ataques del presidente Donald Trump, un factor que ha frenado la cotización de sus acciones, mientras que otras grandes empresas tecnológicas se han recuperado durante el último mes.
El fabricante del iPhone era la mayor empresa del mundo a principios de mayo, pero desde entonces ha caído al tercer puesto, por detrás de Microsoft Corp. (MSFT) y Nvidia Corp. (NVDA).
El miércoles volvió a registrar un rendimiento inferior al esperado, cayendo en una sesión ampliamente negativa después de que OpenAI anunciara la adquisición de una startup cofundada por el exdiseñador de Apple Jony Ive, centrada en hardware impulsado por inteligencia artificial.
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La perspectiva de nuevas y promisorias alternativas a los dispositivos de Apple se sumó a las preocupaciones sobre la lucha de la empresa por competir en la carrera de la IA.
Pero una amenaza más inusual proviene de la atención que Trump presta a la empresa por su proceso de fabricación global. Este mes, Trump dijo que “tenía un pequeño problema con Tim Cook” y afirmó que había pedido al CEO de Apple que dejara de construir fábricas en India.
“Para mí es una señal de alarma que Trump siga apuntando a Apple y parezca tener algo en contra de ellos”, afirmó Randy Hare, director de investigación de renta variable del Huntington National Bank. “No significa que Trump vaya a hacer nada más, pero no se puede predecir lo que va a pasar, y eso me hace ser cauteloso”.
Las acciones caían un 0,7% el jueves, encaminándose hacia su séptima sesión negativa consecutiva.

El riesgo político ha sido un factor determinante en los mercados en general este año, como se vio en la venta masiva de acciones del miércoles por la preocupación sobre el déficit galopante, una cuestión que llevó a Moody’s a rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. Los inversores también están siguiendo de cerca las últimas novedades sobre el proyecto de ley fiscal del gobierno de Trump.
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El destino de Apple ha estado más ligado a la guerra comercial y ha evitado el peor escenario que parecía plausible el mes pasado. Aunque las acciones han experimentado una increíble volatilidad relacionada con los aranceles y recientemente se han estabilizado, siguen registrando un alza del 16% desde el mínimo alcanzado tras el anuncio de los aranceles a principios de abril.
Poco después, la administración Trump eximió a categorías clave de productos electrónicos, incluidos los teléfonos inteligentes y los ordenadores, de sus denominados aranceles recíprocos, y Estados Unidos y China acordaron reducir temporalmente los aranceles sobre los productos del otro.
El índice CBOE Apple VIX, que sigue la estimación del mercado sobre la volatilidad futura de las acciones, ha caído bruscamente desde que alcanzara su máximo en cinco años hace un mes.
Trump también elogió al director ejecutivo de Nvidia por asistir a un foro de inversión en Arabia Saudita, mientras que señaló que Cook no lo había hecho.
“Que Trump señale que Cook no está en una cumbre me pone los pelos de punta”, afirmó Hare, del Huntington National Bank. “No me parece normal. Cualquiera que diga que puede cuantificar este riesgo se equivoca”.
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Resolver las preocupaciones de Trump sobre la fabricación extranjera de Apple puede ser complicado, dada la casi imposibilidad de fabricar iPhones y otro hardware en Estados Unidos, especialmente a corto plazo.
Pero la ira dirigida contra Apple es solo uno de los riesgos geopolíticos a los que se enfrenta la empresa debido a las políticas de Trump. Los resultados financieros publicados este mes reforzaron las preocupaciones sobre una desaceleración del mercado chino, así como el impacto de los aranceles.
La incertidumbre política se suma a otros factores adversos que han mantenido a raya a algunos inversores, como las preocupaciones sobre el crecimiento y un múltiplo elevado. Apple cotiza a 26,6 veces sus ganancias estimadas, muy por encima de su media de 10 años, que es de 21. También cotiza con una prima respecto a otras empresas de gran capitalización que se espera que crezcan más rápidamente este año, a pesar de sus continuas dificultades en el ámbito crucial de la inteligencia artificial.
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