Bloomberg — Una regla infalible en materia de inversiones siempre ha sido “no luchar contra la Reserva Federal”. Lo mismo parece aplicarse al poderoso comercio de acciones basado en la inteligencia artificial, según Bobby Molavi, operador macroeconómico de Goldman Sachs Group Inc. (GS).
El Nasdaq 100 ha cerrado en máximos históricos en 30 ocasiones este año, gracias al auge de las grandes tecnológicas impulsado por el resurgimiento del interés por la inversión en inteligencia artificial. No hay mucho que ganar apostando por la idea de que el repunte es exagerado, escribió Molavi en una nota a sus clientes.
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“Por ahora, es difícil luchar contra la inversión en capital y sobrevivir si se es precoz o se equivoca”, afirmó Molavi, director de servicios de ejecución para EMEA en Goldman. “Sea lo que sea lo que acabe siendo la IA y cuando acabe siendo, el impulso y la trayectoria por ahora están claros”.
Casi todas las principales cestas temáticas de renta variable están directa o indirectamente vinculadas a la tecnología y la IA. Han generado importantes rendimientos para los inversores, al tiempo que han creado una de las áreas más sobrecompradas y perseguidas del mercado.

El rally tecnológico, que bate récords, ha recibido su última inyección de impulso de los exitosos acuerdos de asociación que OpenAI ha alcanzado con Nvidia Corp. (NVDA) y Advanced Micro Devices Inc. (AMD) para construir infraestructuras de IA y nuevos centros de datos.
La tecnología está a la vanguardia de lo que Molavi denominó un “rally generacional” que ha alterado el aspecto del mercado bursátil. El sector representa ahora el 56% de la capitalización global, mientras que los valores que representan a industrias defensivas solo suponen el 16%, la lectura más baja de la que se tiene constancia.
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Varios ratios de rendimiento muestran métricas que se inclinan hacia el exceso en comparación con la historia, como las grandes capitalizaciones frente a las pequeñas o el crecimiento frente al valor. Aun así, la confianza de los inversionistas no parece estar a punto de cambiar, según Molavi.
“Es como una noche de fiesta a las 3 de la madrugada: nunca se piensa que es un buen momento para irse a casa. Se cree que la diversión va a durar para siempre. Pero casi siempre hay resaca. La cuestión no es si la habrá, sino cuándo”, escribió. “Queda por ver qué nos dejará la IA, tanto bueno como malo, pero sin duda dejará huella”.
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