Bloomberg — Cada sacudida del mercado este año -desde el susto de los aranceles de abril hasta el retroceso tecnológico de septiembre- ha encontrado el mismo reflejo en Wall Street: más compras de ETF. Ese impulso colectivo ha hecho que las entradas de fondos cotizados estadounidenses superen ya el billón de dólares, el mayor aluvión de activos que ha registrado nunca el sector.
La envoltura que una vez se construyó para una diversificación silenciosa se ha convertido en la declaración de confianza más ruidosa del mercado, y en el pulso de la carrera alcista de 2025. El dinero está entrando más rápido que en ningún otro momento de los 30 años de historia del sector, señal de que el optimismo en la envoltura fiscalmente eficiente se ha endurecido hasta convertirse en instinto entre los operadores de todo tipo. Solo el seguimiento del S&P 500 de Vanguard ha captado unos US$93.000 millones, mientras que los fondos vinculados al Bitcoin, el oro y las apuestas apalancadas también han atraído miles de millones.
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Una estructura diseñada para una asignación constante se ha convertido en una máquina de sentimientos en tiempo real: tanto el motor como el eco de un rally que sigue alimentándose a sí mismo.
Los flujos de este año han sido tan furiosos que todos los meses han corrido a un ritmo aproximadamente 3,5 veces superior a la media estacional habitual, según mostraron los datos de Bloomberg Intelligence hasta septiembre. Los analistas de BI proyectan que en 2025 podrían producirse flujos por valor de US$1,25 billones.
“Donde van las tendencias, siguen los flujos de ETF, ya sea Bitcoin, activos alternativos o el espacio más amplio de la renta variable”, dijo Roxanna Islam, jefa de investigación sectorial e industrial de la tienda de ETF TMX VettaFi. “Los ETF también se han convertido en el vehículo preferido de los inversores, creando la tormenta perfecta para que la industria de ETF aumente sus activos”.
Mientras tanto, los inversores siguen retirando efectivo de los fondos de inversión, generalmente en favor de la facilidad de negociación y la eficiencia fiscal que ofrece el envoltorio de los ETF.
Aluvión de fondos
Los flujos no son la única métrica digna de mención dentro del sector: 2025 también se perfila como el año de un nivel sin precedentes de lanzamientos anuales de nuevos ETF. Los emisores han estrenado ya más de 800 nuevos fondos, una cifra que supera el récord de estrenos del año pasado, según muestran los datos recopilados por Bloomberg.
Solo en septiembre se produjeron más de 115 nuevos lanzamientos, un récord mensual, según BI. Y si el rápido ritmo de 77 lanzamientos al mes continúa en el cuarto trimestre, el sector podría ver 1.000 nuevos ETF en un año por primera vez, según BI.
Los emisores han estado aprovechando una serie de tendencias populares, lanzando ofertas apalancadas así como fondos centrados en el rendimiento a un ritmo vertiginoso. De hecho, casi un tercio de todos los ETF lanzados este año han tenido un componente de apalancamiento, muestran los datos de BI.
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Los analistas esperan una avalancha de fondos aún mayor tras dos recientes hitos normativos: la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. anunció su intención de conceder a Dimensional Fund Advisors -y posiblemente a otros emisores- la capacidad de ofrecer ETF como clases de acciones de fondos de inversión; el regulador también aprobó un cambio normativo que permite a las bolsas acelerar la cotización de ETF basados en materias primas, incluidos los vinculados a ciertas criptodivisas.
La aprobación de las clases de acciones múltiples podría añadir potencialmente miles de ETF más al mercado y erosionar la barrera que hasta ahora ha bloqueado en gran medida los ETF fuera del sistema de jubilación estadounidense.
“El ritmo récord de expansión subraya la vitalidad del sector, pero también refleja la intensa competencia”, señaló en una nota Eric Balchunas, analista sénior de ETF en BI. “A medida que se intensifique la saturación de productos, los emisores necesitarán diferenciarse cada vez más mediante estrategias innovadoras de menor coste”.
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