Bloomberg Línea — Las family offices a nivel global están reorganizando sus carteras para afrontar un entorno marcado por elevada volatilidad, tensiones geopolíticas y la reaparición de riesgos sistémicos.
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El informe Global Family Office Report 2025 de UBS muestra que estas entidades, responsables de la gestión de grandes patrimonios familiares, están priorizando liquidez, diversificación y protección ante escenarios extremos.
La encuesta fue realizada entre el 22 de enero y el 4 de abril de 2025, es decir, antes del episodio conocido como el “Día de la Liberación” del 2 de abril, cuando la implementación de aranceles por parte del presidente Donald Trump provocó una fuerte corrección en los mercados globales.
Pese a ello, los resultados ya mostraban una marcada percepción de riesgo comercial y geopolítico. Según reportó Bloomberg, algunas grandes fortunas aumentaron su exposición bursátil en medio del desplome de 2 de abril.

Entre los hallazgos más relevantes del informe se destaca que una guerra comercial global es considerada el mayor riesgo de inversión en 2025, por encima de conflictos geopolíticos o de la inflación.
En respuesta, se está produciendo una rotación hacia renta variable de mercados desarrollados, deuda privada y estrategias de gestión activa, mientras disminuye el apetito por capital privado directo y activos en mercados emergentes.
Guerra comercial: el principal riesgo
Una guerra comercial global ocupa el primer lugar entre las amenazas financieras identificadas por las family offices para el año en curso. Un 70% de los encuestados señaló este riesgo por encima de cualquier otro, lo que refleja la sensibilidad del capital privado a las tensiones entre grandes bloques económicos. En segundo lugar, se ubican los conflictos geopolíticos mayores (52%) y, en tercer lugar, la inflación elevada (44%).
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Mirando a mediano plazo, las preocupaciones se amplían hacia riesgos sistémicos. El 61% de las family offices prevé que un gran conflicto geopolítico podría ser determinante en los próximos cinco años, mientras que un 53% teme una recesión global.
Además, el 50% está alerta ante una posible crisis de deuda, acentuada por el crecimiento sostenido del endeudamiento público en las economías desarrolladas.
A pesar de este entorno complejo, la mayoría de las oficinas (59%) no planea modificar su exposición al riesgo durante 2025. Sin embargo, casi cuatro de cada diez (38%) reconoce la dificultad de encontrar estrategias eficaces para cubrir esos riesgos, dada la inestabilidad de las correlaciones tradicionales entre activos.
En este contexto, crece el uso de gestores activos, fondos de cobertura y metales preciosos. “Los hedge funds han ganado tracción en las últimas semanas, especialmente entre gestores long-short con experiencia, capaces de navegar entornos volátiles”, dijo Benjamin Cavalli, director de clientes estratégicos de UBS.

Cambio en la asignación
Las family offices están incrementando su exposición a activos líquidos, con énfasis en renta variable de mercados desarrollados. Esta categoría pasó del 24% en 2023 al 26% en 2024, y se proyecta que aumente al 29% en 2025 entre quienes planean hacer cambios.
La motivación principal es acceder a tendencias de crecimiento estructural como la inteligencia artificial generativa, el envejecimiento poblacional y la transición energética.
En contraste, las asignaciones a capital privado, que alcanzaron un máximo del 22% en 2023, están siendo recortadas.
Para 2024, se redujeron al 21% y los planes para 2025 anticipan una baja a 18%. Este ajuste está concentrado en las inversiones directas, afectadas por la menor rotación de portafolio ante la escasa actividad de salidas y un entorno financiero más restrictivo por las tasas elevadas.
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Aun así, los activos ilíquidos no desaparecen del radar. Un 27% de las family offices está aumentando su exposición a este tipo de instrumentos, incluyendo deuda privada, infraestructura, bienes raíces y fondos cerrados.
La deuda privada, en particular, duplicó su peso promedio en 2024 y se proyecta que llegue al 5% del portafolio, consolidándose como una fuente relevante de retorno y diversificación.
La calidad también es prioritaria: “hay un foco significativo en activos públicos de alta calidad”, dijo Maximilian Kunkel, CIO de UBS para clientes de family offices e institucionales.
El banco suizo encuestó a 317 family offices en más de 30 mercados alrededor del mundo. En promedio, cada oficina gestiona US$1.100 millones en activos y representa familias con un patrimonio neto medio de US$2.700 millones.