Monedas de Brasil y Colombia lideraron en enero, pero aún hay riesgos frente al dólar

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la incertidumbre en torno a su política comercial marcaron un enero volátil para las monedas de los mercados emergentes.

U.S. one-hundred and ten-dollar banknotes are arranged for a photograph in Hong Kong, China, on Thursday, April 23, 2020. The Hong Kong Monetary Authority intervened for a third straight day this week to defend its currency peg as the local dollar touched the strong end of its trading band. Photographer: Paul Yeung/Bloomberg
03 de febrero, 2025 | 04:00 AM

Bloomberg Línea — La volatilidad fue la norma en el primer mes del año después del regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, con la incertidumbre que generaron las amenazas arancelarias en contra de sus socios comerciales. Con este contexto, sumado a factores locales, hubo dos monedas de América Latina que lograron ubicarse entre las tres mejores de los mercados emergentes en enero, a pesar de que los analistas creen que la fortaleza puede no durar.

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Según datos recopilados por Bloomberg, el rublo ruso fue la divisa emergente que mayor fortaleza mostró frente al dólar, seguido del real brasileño, que tuvo un avance de 5,7%, y el peso colombiano, que tuvo un incremento de 4,67%. Estas dos monedas fueron las de mejor desempeño en América Latina.

Otras divisas que registraron apreciaciones fueron el peso uruguayo, el peso chileno, el peso mexicano, el sol peruano y el colón costarricense. En contraste, algunas monedas registraron pérdidas frente al dólar, como el quetzal guatemalteco, el lempira hondureño, el guaraní paraguayo, el peso dominicano y el peso argentino.

“La administración Trump ya está en funciones, pero la incertidumbre económica y política sigue siendo tan alta como siempre”, dijo Oliver Harvey, analista de Deutsche Bank. Agregó que si hay choques por los aranceles o la política migratoria “el mundo será mucho más difícil para los mercados emergentes”.

Donald Trump

Sin embargo, mientras eso se materializa, el índice DXY, que compara al dólar contra las principales monedas del mundo, mostró una depreciación durante enero, pese a que analistas como los de JPMorgan consideran que la fortaleza estructural de la moneda persistirá en el largo plazo.

El equipo del banco estadounidense resalta que el retraso en la implementación de aranceles, que se esperaba llegaran desde el primer día de la administración Trump, generó un ajuste en las posiciones largas en dólares, lo que ha reducido el impulso alcista de la moneda.

La fortaleza de Colombia y Brasil

Los factores que afectaron a las divisas han sido variados: desde las expectativas por la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, la ya mencionada política comercial de Trump, perspectivas económicas locales y hasta el desempeño de las materias primas.

En ese contexto, el real brasileño fue la moneda con mejor desempeño en América Latina. Davison Santana, del equipo de FX de Bloomberg Intelligence, ha dicho que probablemente los inversionistas estén viendo el desempeño de la moneda como “una corrección de posiciones bajistas exageradas, dado que los titulares políticos son lentos en enero y es poco probable que cambien la postura de los operadores hacia el país“.

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Para Santana, “los ajustes de las apuestas sobre el grado de riesgo de inflación en EE.UU. bajo Trump son el catalizador global más crítico”, junto con otros factores como “las perspectivas presupuestarias del gobierno y la postura del banco central sobre la política monetaria”.

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En el caso del peso colombiano, según JPMorgan, su comportamiento estuvo influenciado porque “el banco central se mostró más agresivo de lo esperado en la reunión de política monetaria de diciembre”. A esto, se le sumó el aumento de los precios del petróleo.

Los analistas consideran que el tono cauto que ha manejado el Banco Central de Colombia ha ayudado a sostener a la moneda.

Durante enero, el barril Brent, referencia para el mercado colombiano, llegó a tocar máximos de US$82 a pesar de que cerró el mes sobre los US$75, en medio de las preocupaciones arancelarias de Trump.

No obstante, las analistas de JPMorgan, Tania Escobedo Jacob y Gisela Brant, ven riesgos hacia el futuro y cambios en los factores que influyeron el mes pasado en el desempeño del peso colombiano.

Por eso, la entidad tiene una posición bajista sobre la moneda. “Los riesgos fiscales son elevados, es probable que el banco central se vuelva más ‘dovish’ tras la reunión de enero, y los precios del petróleo podrían bajar”, dijeron las analistas.

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Los inversionistas están a la espera de la llegada de dos nuevos miembros a la Junta Directiva, nominados por el presidente Gustavo Petro, quien ha pedido en reiteradas ocasiones que el Banco Central acelere la reducción de las tasas de interés. JPMorgan también menciona que el ajuste fiscal de Colombia para 2025, que requiere una consolidación del 3% del PIB, representa un reto clave que podría influir en el comportamiento del peso a futuro.

El papel de los Bancos Centrales

Para Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria, un punto común en estas dos economías son las medidas que ha tomado el banco central de cada país. Campos habló sobre la postura moderada que tuvo el Banco Central de Colombia en la última reunión del año pasado, que mandó el mensaje al mercado de que la autoridad monetaria está comprometida con el control de la inflación y, por ende, con la protección de la moneda.

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“A Colombia se le suma también el hecho de que este mismo mes la agencia S&P decidiera no bajar la calificación, lo que nos quitó un peso de encima, pero para mí el banco central es lo más importante”, le dijo a Bloomberg Línea.

Tasas de interés en Brasil, Chile y Colombia

De igual forma, para el experto, la gran diferencia en el comportamiento del real brasileño frente a otras monedas emergentes radica en la postura adoptada por el Banco Central, a pesar de que no ha habido cambios significativos en el panorama fiscal del país.

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El analista destaca que, aunque Brasil enfrenta un problema fiscal considerable, la política monetaria ha jugado un papel clave en la protección de la inflación y la estabilidad cambiaria. En contraste con la tendencia global, el Banco Central ha sido agresivo en su estrategia de tasas de interés, aplicando incrementos de 100 puntos básicos por reunión, lo que ha contribuido a la resiliencia del real.

En el caso de Brasil, para JPMorgan, es necesario que hayan mejoras en la política local, pues el desempeño que ha mostrado la moneda “parece sobre todo técnico y coyuntural”, pues aún no se ha resuelto el problema fiscal. “Creemos que las buenas noticias en el frente local son esenciales para que el real cristalice mejoras. La opinión sobre Brasil no ha cambiado; aún queda mucho por hacer en el frente fiscal″, escribieron en un informe.

El peso mexicano y el chileno avanzaron

El peso mexicano tuvo un desempeño más moderado, con una apreciación del 0,5%. De acuerdo con JPMorgan, el rendimiento del peso ha estado influenciado por la incertidumbre sobre la relación con EE.UU. y la revisión del tratado comercial.

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El informe señala que la administración de Claudia Sheinbaum ha mantenido una postura negociadora cauta, lo que ha contribuido a la estabilidad de la moneda. La presidente dijo la semana pasada que su gobierno cuenta con un plan A, B y C para enfrentar la posible imposición de aranceles por parte de EE.UU.

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Sheinbaum subrayó que existe una mesa de diálogo con Washington en la que se han abordado diversos temas, como el comercio y la migración, y que su administración actuará con prudencia ante la decisión de Trump.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, si se materializan aranceles agresivos por parte del gobierno de EE.UU., la moneda mexicana podría experimentar una depreciación significativa. El equipo de BBVA FX Strategy ha dicho que el peso seguirá mostrando una alta volatilidad en el corto plazo, debido a los múltiples riesgos que aún persisten en el mercado. Desde el segundo trimestre de 2024, el banco ha mantenido una postura negativa sobre la divisa, y reiteró su perspectiva bajista para los próximos meses.

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Por su parte, el peso chileno avanzó 1,5%, pero su fortaleza sigue ligada a la evolución del yuan chino y a los precios del cobre, dado que Chile es uno de los mayores exportadores mundiales de este metal. Según un informe de Deutsche Bank, aunque la fortaleza reciente del peso chileno ha sido notoria, su sostenibilidad a corto plazo sigue siendo incierta debido a la volatilidad en los mercados internacionales.

Según ha dicho en sus análisis el equipo de BBVA FX Strategy, Chile ha pasado a un segundo plano en la discusión económica reciente, debido a la conclusión en gran medida del ciclo de relajación monetaria, las bajas expectativas de reformas y el hecho de que las elecciones aún están lejanas, programadas para el 16 de noviembre.

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El peso chileno enfrenta riesgos a la baja en el corto plazo, a pesar de que en el mediano plazo podría seguir un camino alcista impulsado por un escenario político más estable. Sin embargo, estos factores no serán determinantes para el desempeño de la moneda en el corto plazo, agregaron los analistas de JPMorgan.

Otro aspecto clave es que Chile posee reservas internacionales más bajas en comparación con sus pares regionales, lo que limita su capacidad de intervención cambiaria en caso de volatilidad extrema.

La expectativa por el peso argentino

En el lado opuesto, algunas monedas de la región registraron pérdidas frente al dólar en enero. El peso argentino, que cayó 1,88%, continúa reflejando la incertidumbre económica del país.

Según JPMorgan, Argentina está avanzando hacia una mayor flexibilización del mercado cambiario, con la expectativa de eliminar gradualmente los controles de capital, lo que podría mejorar la estabilidad de la moneda en el mediano plazo.

Por otro lado, el peso dominicano perdió 1,14%, mientras que el guaraní paraguayo y el lempira hondureño también mostraron depreciaciones. Estas monedas suelen tener menor liquidez en los mercados internacionales.