Bank of America (BofA) identificó oportunidades en los mercados de deuda local de Brasil, Colombia y México, ante lo que considera un ciclo de relajación monetaria más agresivo que el previsto por el mercado. La entidad financiera recomendó a sus clientes tomar posiciones largas en:
- Bonos indexados a la inflación con vencimiento en 2028 (NTNB 2028) en Brasil
- Tasas a dos años en Colombia
- Tasas a diez años en México (10y F-TIIE).
Bofa sugiere cautela con el tipo de cambio en el caso mexicano, donde una política monetaria más laxa podría presionar al peso.
VER MÁS: Operadores buscan coberturas alternativas tras el rally del S&P 500
Margen para bajar tasas de referencia
El informe sostiene que los mercados están subestimando el margen que tienen los bancos centrales de estos países para bajar sus tasas de referencia.
En un contexto de inflación global acotada, actividad interna débil y monedas relativamente estables, BofA espera que los rendimientos locales bajen con fuerza durante 2026.
Sin presiones inflacionarias globales
La visión optimista de BofA sobre las tasas se apoya en la ausencia de presiones inflacionarias externas. Según el informe, no se espera un repunte relevante de precios a nivel global debido a tres factores: un dólar estadounidense débil, la desaceleración en las economías de EE.UU. y China, y la falta de presiones al alza en los precios del petróleo en el escenario base.
A esto se suma la caída de precios impulsada por la abundancia de productos chinos baratos en mercados emergentes.
Brasil: recorte anticipado y profundo
En el caso de Brasil, el banco anticipa que el Banco Central iniciará el ciclo de recortes en diciembre de 2025, con una primera baja de 50 puntos básicos, frente a un mercado que proyecta el comienzo para 2026. El objetivo de BofA es una tasa de referencia de 11,25% para fines de 2026 y de 10,50% para marzo de 2027, por debajo del 12,75% que descuenta el mercado.
El diagnóstico es que la política monetaria brasileña es hoy la más restrictiva en más de 15 años, a pesar de que la inflación se ubica apenas por encima del rango meta. Esta combinación, sumada al efecto rezagado de la apreciación cambiaria, habilita una postura más flexible.
Los principales riesgos, según el informe, son un mayor estímulo fiscal por parte del gobierno de Lula y una eventual depreciación del real en medio de tensiones comerciales.
Colombia: tasa real demasiado restrictiva
En Colombia, BofA considera que el mercado está sobrerreaccionando al riesgo fiscal al incorporar una tasa terminal más alta, cuando a su juicio debería reflejarse en un mayor premio por plazo en la curva. Estima que el Banco de la República recortará su tasa hasta 7,00% en 2026, y la bajará a 6,50% en 2027, en contraste con el 8,50% que descuentan actualmente los mercados.
El banco argumenta que la tasa real ex-ante sigue siendo extremadamente alta (5,4%), frente a una tasa neutral estimada en 3%. Además, observa una baja sostenida en la inflación subyacente y de servicios, y considera que el repunte reciente en la actividad no es sostenible.
Sobre el frente fiscal, advierte que, si el actual gobierno no logra aprobar una reforma tributaria, las condiciones para un eventual gobierno más ortodoxo en 2026 podrían ser incluso más desafiantes.
México: espacio acotado en el corto plazo, pero ciclo prolongado
Para México, BofA proyecta que la tasa bajará a 6,75% hacia fines de 2026, mientras que el mercado espera que se mantenga en 7,50%. La entidad considera que Banxico aprovechará cualquier margen para flexibilizar su postura monetaria, especialmente una vez que la Reserva Federal de EE.UU. comience su propio ciclo de recortes, algo que anticipa para el segundo semestre del próximo año.
Aunque en el corto plazo Banxico podría tener poco espacio para actuar, debido a la inflación subyacente aún elevada y a la política de tasas altas en EE.UU., el banco considera que la combinación de actividad económica débil, creación formal de empleo limitada y una moneda fuerte generará condiciones para una desinflación gradual.
BofA también advierte sobre posibles presiones cambiarias en México. Tras la apreciación del peso en la primera mitad de 2025, ve difícil que retome los niveles previos a las elecciones. El banco señala que los fundamentos actuales son más frágiles: la política monetaria se está relajando, el crecimiento se desacelera, las remesas pierden dinamismo, y las instituciones domésticas atraviesan un proceso de deterioro.