Bloomberg Línea — El próximo 2 de abril, el presidente Donald Trump anunciará una nueva batería de aranceles “recíprocos” que, según UBS, podría elevar el nivel de proteccionismo comercial de Estados Unidos a máximos no vistos desde la década de 1940. Esta medida marca un giro decisivo en la política comercial estadounidense bajo su segundo mandato, intensificando tensiones con socios clave como la Unión Europea, China y México.
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El informe detalla que esta nueva ronda de medidas podría aumentar la tasa arancelaria efectiva desde el nivel actual del 9% hasta cerca del 13%.
Para dimensionarlo, UBS recuerda que durante el primer mandato de Trump, la tasa solo se elevó del 1,5% al 3%, y estuvo acompañada de estímulos fiscales que mitigaron su impacto económico.
Ahora, la estrategia apunta más alto y más amplio: incluiría a cerca de una docena de países con superávits comerciales persistentes con Estados Unidos, entre ellos China, la Unión Europea, México, Japón, Vietnam y Canadá, así como a sectores clave como semiconductores, productos farmacéuticos, madera y cobre.

La administración Trump busca justificar estos aranceles como medidas correctivas frente a “desequilibrios comerciales” y barreras no arancelarias como impuestos a servicios digitales, ajustes fronterizos por emisiones de carbono y regímenes fiscales percibidos como injustos.
UBS prevé que Trump utilice herramientas ejecutivas como la International Economic Emergency Powers Act o la Sección 338 de la Ley Arancelaria de 1930 para implementar los aranceles sin necesidad de un proceso legislativo prolongado.
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No obstante, advierte que algunos de estos aranceles podrían requerir procesos de implementación de varios meses, en los cuales cabría espacio para negociaciones bilaterales.
¿Cómo reaccionarán los mercados?
En este contexto, los mercados se preparan para una mayor volatilidad. UBS ha recortado su proyección de crecimiento de utilidades del S&P 500 para 2025 desde 8% a 6%, estimando que el impacto directo de los aranceles restará aproximadamente dos puntos porcentuales. También ha reducido su objetivo del índice a 6.400 puntos desde los 6.600 anteriores.

A pesar del deterioro en la confianza empresarial, el banco considera que los fundamentos estructurales de la economía estadounidense, como la demanda por tecnologías de inteligencia artificial, se mantienen sólidos.
El efecto en el comercio internacional podría ser más severo si otros países responden con represalias equivalentes o medidas no arancelarias. Ya se han observado boicots a productos estadounidenses en algunos mercados y caídas abruptas en sectores como el turismo emisor desde Canadá.
Sin embargo, regiones como Norteamérica podrían hallar vías de distensión: el encuentro entre Trump y el primer ministro canadiense Mark Carney el pasado 28 de marzo dejó señales de posible alivio comercial, en el marco de la revisión del T-MEC y avances conjuntos en seguridad fronteriza.
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En cambio, con la Unión Europea, UBS considera que las tensiones serán más prolongadas, dado el historial de enfrentamientos previos y la complejidad de las barreras regulatorias europeas.
China representa un capítulo aparte: a pesar de haber sido uno de los principales blancos de la nueva política arancelaria en 2025, con un arancel universal del 20% y recargos del 25% a productos de acero y aluminio, existe la expectativa de una cumbre bilateral en junio.
Concesiones chinas en temas geopolíticos y sanitarios (como la cooperación en la lucha contra el tráfico de fentanilo) podrían abrir espacio para una rebaja gradual de aranceles.
El impacto fiscal
En el plano fiscal, UBS calcula que los aranceles impuestos hasta la fecha (sin contar los del 2 de abril) ya agregarían hasta US$156.000 millones anuales a los ingresos del Tesoro, lo cual podría facilitar el financiamiento de promesas de campaña como la extensión de los recortes impositivos personales de 2017 o las exenciones tributarias sobre ingresos por propinas, horas extras y beneficios del Seguro Social.

No obstante, el riesgo de ir demasiado lejos está presente. Tal como señala el informe, los aranceles altos perturbarían el comercio global y la actividad económica, corriendo el riesgo de anular el potencial incremento de ingresos fiscales.
UBS concluye que, tras el anuncio del 2 de abril, podría iniciarse una fase de mayor previsibilidad si se logran acuerdos parciales que permitan excepciones, eliminaciones selectivas y alivio en sectores estratégicos.
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Mientras tanto, recomienda mantener una postura defensiva, considerar coberturas como el oro y preparar carteras para un entorno más volátil, donde la política comercial vuelva a ocupar un lugar central en la agenda económica global.