Bloomberg — Europa está perdiendo rápidamente su ventaja frente a China en innovación farmacéutica, advirtió el Consejero Delegado de AstraZeneca Plc, Pascal Soriot.
“Los dos grandes innovadores de nuestra industria son hoy EE.UU. y China”, declaró el ejecutivo al margen del Foro de Boao para Asia, en la provincia de Hainan. “China va a emerger, creo que en los próximos cinco a diez años, como verdadera fuerza motriz de la innovación en nuestro sector”.
Pocos días después de que la farmacéutica británica anunciara la apertura de un nuevo centro de investigación en Pekín por valor de US$2.500 millones, el ejecutivo enumeró una lista de áreas de desarrollo farmacéutico en las que China tiene ventaja, como los conjugados anticuerpo-fármaco y la terapia celular.
Soriot lleva mucho tiempo defendiendo el potencial de innovación de China. Sin embargo, el momento de las declaraciones es notable, ya que se producen cuando la relación de EE. UU. con China se vuelve cada vez más díscola y las empresas intentan ponerse del lado de la administración del presidente Donald Trump.
Los comentarios también se producen después de que Astra abandonara sus planes de instalar un centro de vacunas en Liverpool, tras una larga disputa sobre el nivel de financiación estatal. Al final, Soriot dijo que la empresa no podía hacer que el caso de negocio funcionara.
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El año pasado, AstraZeneca reforzó su negocio en EE.UU., pero en 2025, China ha sido uno de los principales focos de atención, ya que la empresa trata de superar una perjudicial investigación de las autoridades chinas sobre supuestas infracciones de las leyes locales por parte de empleados actuales y anteriores en materia de importación de medicamentos, privacidad de datos y reembolso de seguros.
Soriot se refirió al apoyo que la empresa recibió del gobierno chino para invertir en su nuevo centro de investigación, elogiando al municipio de Pekín, al alcalde y a su oficina, así como al secretario del partido.
“China está absolutamente abierta a nosotros”, afirmó.
El siguiente paso para China sería que el organismo de control de medicamentos del país se convirtiera en un regulador de referencia para otros países del mundo, afirmó Soriot. Esto permitiría a los mercados emergentes utilizar las aprobaciones en China como referencia para sus propias autorizaciones. En la actualidad, sólo hay unos pocos reguladores que se utilicen de este modo, entre ellos EE.UU. y la UE.
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