Bloomberg — China impuso aranceles de hasta el 15% a los productos estadounidenses y prohibió las exportaciones a algunas empresas de defensa en represalia por el nuevo gravamen de la administración Trump, lo que intensificó una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Pekín dijo que cobraría nuevos aranceles a los productos alimentarios y agrícolas estadounidenses, incluidos el pollo y el algodón, después de que Estados Unidos duplicara el arancel a todas las exportaciones chinas el martes. La soja, la carne de vacuno y las frutas se encuentran entre los productos que se enfrentan a un arancel del 10%, según un anuncio del Ministerio de Finanzas.
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“Las medidas siguen siendo relativamente moderadas por ahor”», dijo Lynn Song, economista jefe para la Gran China en ING Bank. “Creo que esta represalia muestra que China sigue siendo paciente y se ha abstenido de ‘dar la vuelta a la mesa’, por así decirlo, a pesar de la reciente escalada”.
Los mercados financieros se tomaron con calma el momento en que entraron en vigor los aranceles sobre China, Canadá y México, e incluso las acciones chinas subieron intradía. Sin embargo, en el período previo a la fecha límite, las acciones estadounidenses cayeron más que nunca este año, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro cayeron al nivel más bajo en cuatro meses y el petróleo cayó a un mínimo de tres meses.
El yuan chino cotizó estable. La moneda subió un 0,3% hasta 7,2828 por dólar en el mercado extraterritorial, ganando un 0,1% en el mercado nacional.
El gobierno chino contraatacó horas después de que el presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva para subir el impuesto al 20%, alegando que China había hecho muy poco para detener el flujo de fentanilo ilícito hacia Estados Unidos.
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“El aumento unilateral de los aranceles de EE.UU. perjudica al sistema comercial multilateral, aumenta la carga sobre las empresas y los consumidores estadounidenses y socava los cimientos de la cooperación económica y comercial entre China y EE.UU.”, declaró el Ministerio de Finanzas en un comunicado.
Los aranceles chinos, que entran en vigor el 10 de marzo, afectan a algunas de las exportaciones agrícolas estadounidenses más importantes a China, y llegan cuando los agricultores estadounidenses están a semanas de plantar los cultivos para la próxima temporada.
Durante la primera guerra comercial, Pekín impuso fuertes aranceles a productos agrícolas estadounidenses clave, lo que provocó que las ventas de soja estadounidense a China se desplomaran casi un 80% en un periodo de dos años. Desde entonces, la nación asiática ha optado por comprar más a Brasil.
El Ministerio de Comercio chino dijo que incluiría a 10 empresas estadounidenses en una lista de entidades poco fiables, principalmente involucradas en trabajos de defensa. También añadió 15 empresas, entre ellas los contratistas de defensa General Dynamics Land Systems y Skydio Inc. (GD), a una lista de control de exportaciones.
La medida para evitar envíos a esas empresas es un paso relativamente nuevo por parte de China y se produce después de que prohibieran la venta de productos de doble uso al ejército estadounidense en diciembre. En ese momento también prohibieron la exportación de algunos metales de doble uso, como el galio y el germanio, a todas las entidades estadounidenses.
China también anunció que presentaría una queja contra Estados Unidos por sus últimas medidas arancelarias en el marco de la Organización Mundial del Comercio, según un comunicado separado.
Las últimas salvas comerciales se produjeron un día antes de que el presidente Xi Jinping se dirigiera a la mayor reunión política del partido de este año, la Asamblea Popular Nacional, donde sus lugartenientes darán a conocer su plan económico para 2025.
Se espera que los responsables políticos chinos impulsen el consumo interno para compensar las pérdidas previstas en sus exportaciones, que contribuyeron a casi un tercio del crecimiento de la economía el año pasado.
“China seguirá impulsando la demanda interna e intentará diversificar los destinos de exportación”, dijo Zhaopeng Xing, estratega senior de Australia & New Zealand Banking Group Ltd, quien calificó la represalia de “leve”.
Trump ha manifestado su deseo de hablar con Xi, pero aún no lo han hecho un mes después de que el presidente de EE.UU. planteara la posibilidad de una llamada para negociar un acuerdo.
China respondió al anterior arancel del 10% con impuestos de importación sobre algunos productos estadounidenses y con medidas contra empresas estadounidenses, incluida la empresa de secuenciación genética Illumina Inc. (ILMN). Estas medidas parecían calibradas para evitar un gran retroceso en la economía china, al tiempo que mostraban a Trump la capacidad de interrumpir el suministro de minerales clave y perjudicar a las empresas estadounidenses.
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