Bloomberg — El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, dijo que renunciará a su cargo, tras semanas de llamamientos a su salida a raíz de un segundo revés en las elecciones nacionales, una decisión que pondrá en marcha una carrera por el liderazgo que puede generar inquietud entre los inversores.
“Tras haber visto cómo se desarrollaban las negociaciones comerciales con Estados Unidos, he considerado que es el momento adecuado para dimitir y dejar paso a mi sucesor”, declaró Ishiba en una conferencia de prensa celebrada el domingo en Tokio. Permanecerá como primer ministro hasta que su sucesor tome el relevo.
La dimisión de Ishiba pone fin a un mandato marcado por unos resultados electorales humillantes que despojaron a la coalición gobernante del Partido Liberal Democrático (PLD) de sus mayorías en ambas cámaras del parlamento y dejaron a los participantes del mercado inseguros sobre los planes fiscales de Japón. Es probable que su marcha alimente la incertidumbre entre los inversores durante las próximas semanas, hasta que se elija un nuevo líder.
El riesgo de una mayor inestabilidad podría pesar sobre el yen y los bonos a más largo plazo en la apertura de las operaciones del lunes en Asia. La divisa japonesa fue una de las más débiles entre sus homólogas del Grupo de los 10 la semana pasada, mientras que los rendimientos de la deuda pública japonesa a más largo plazo alcanzaron nuevos máximos de varias décadas.

“El primer ministro Ishiba era conocido por su estricta postura sobre la disciplina fiscal”, afirmó Katsutoshi Inadome, estratega senior de Sumitomo Mitsui Trust Asset Management, señalando la probabilidad de una presión al alza sobre los rendimientos a superlargo plazo. “Aunque sigue sin estar claro quién será el próximo primer ministro, es difícil imaginar a alguien con una postura de disciplina fiscal mejor o incluso equivalente a la suya”.
El PLD tenía previsto celebrar el lunes una votación para decidir si adelantaba dos años las elecciones a la jefatura del gobierno, pero cada vez parecía más probable que se convirtiera en una moción de censura contra el primer ministro. Esa votación se cancelará ahora y, en su lugar, el PLD celebrará una carrera por el liderazgo, dijo Ishiba.
“Aunque creo que todavía hay cosas que deseo hacer como primer ministro, he tomado la difícil decisión de dimitir”, dijo. “Pero sentí que si continuaba en medio de una votación sobre una pronta carrera por el liderazgo, podría haber creado una división irreversible dentro del partido, lo que ciertamente no es mi intención”.
Los legisladores que compiten por posicionarse como el próximo primer ministro necesitarán que al menos otros 20 miembros del parlamento apoyen su candidatura para poder entrar en la carrera. Quien quede en cabeza en la contienda de partidos tendrá entonces que ganar una votación en el parlamento para convertirse en primer ministro en una Dieta fracturada.
Entre los posibles candidatos dentro del partido gobernante se encuentra Sanae Takaichi, ex ministra de Asuntos Internos que quedó segunda tras Ishiba en una carrera por el liderazgo del PLD el año pasado. Ella es partidaria de las medidas de estímulo y probablemente preferiría que el Banco de Japón adoptara una postura más prudente en cuanto a las subidas de los tipos de interés.
El ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi, hijo de un ex primer ministro, también entrará probablemente en liza y podría dar al PLD un aspecto más fresco que atraiga a una generación más joven. Koizumi se reunió con Ishiba el sábado y le había instado a dimitir, según un informe de Nikkei.
Entre otros posibles candidatos, Takayuki Kobayashi, ex ministro de Seguridad Económica, se encuentra en el ala derecha del partido y sería un posible rival de Takaichi a la hora de recabar el apoyo de ese sector de legisladores. Yoshimasa Hayashi, actual secretario jefe del gabinete, así como el ministro de Finanzas, Katsunobu Kato, también podrían mostrar interés en suceder a Ishiba.
“Si se nombra a la señora Takaichi, la venta de bonos podría intensificarse debido al riesgo de una rebaja de la calificación crediticia”, afirmó Inadome, de Sumitomo Mitsui Trust. En ese escenario, “podríamos ver una triple caída: precios de los bonos a la baja, un yen más débil y precios de las acciones a la baja”.
Una victoria de Koizumi o Hayashi es más probable que devuelva la curva de rendimiento a su forma anterior, añadió.
Tradicionalmente, el dominio del PLD en el parlamento casi asegura que su líder se convierta en primer ministro. Sin mayoría en ninguna de las dos cámaras, sólo hay una pequeña posibilidad de que el líder del PLD no consiga hacerse con el cargo de primer ministro, aunque para esa decisión aún faltan algunas semanas.
El próximo primer ministro tendrá que enfrentarse a retos que van desde los vientos en contra del comercio mundial hasta el resentimiento latente en casa por el aumento del coste de la vida. Ishiba había pedido nuevas ayudas en efectivo para apoyar a los consumidores, mientras que los partidos de la oposición buscaban recortes fiscales o un mayor gasto, propuestas que han dado motivos de preocupación a los inversores.
En la conferencia de prensa celebrada el domingo, Ishiba dijo que los consumidores y las empresas necesitarán más apoyo e insistió en la necesidad de mantener el impulso para las subidas salariales.
Indicó que, en esencia, había decidido dimitir tras el revés electoral de julio, pero consideró que primero era necesario avanzar más en el acuerdo comercial con EE UU.
El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó su acuerdo comercial con Japón y lo puso en vigor con una orden ejecutiva el jueves. Aunque las tasas arancelarias actuales se reducirán con la nueva orden, Japón aún tendrá que pagar un arancel máximo del 15% sobre sus productos, incluidas las exportaciones de automóviles y piezas de automóviles.
Aún así, la firma del acuerdo deja a Ishiba con algún tipo de legado con el que marcharse tras un año problemático al frente del país.
--Con la colaboración de Aya Wagatsuma, Brett Miller e Issei Hazama.
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