Bloomberg — El presidente Donald Trump restó importancia el viernes a la amenaza del primer cierre del gobierno estadounidense en casi siete años y culpó a los demócratas de cualquier interrupción.
“Esta gente está loca, los demócratas, así que si tiene que cerrarse, tendrá que cerrarse”, dijo Trump a los periodistas al salir de la Casa Blanca. “Pero son ellos los que están cerrando”.
Los comentarios del presidente se produjeron cuatro días antes de que caduque la financiación del Gobierno y reflejan la confianza de los líderes republicanos en que tienen las de ganar en la lucha por el cierre.
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Los republicanos, que controlan el poder en Washington, se niegan a utilizar un proyecto de ley de financiación de aprobación obligatoria para abordar las prioridades de los demócratas en materia de atención sanitaria. Los líderes del GOP en el Congreso dicen que están buscando una manera de dar a los demócratas una rampa de salida.
El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, dijo en una entrevista con Associated Press que los demócratas tendrían que “retroceder” en sus demandas, que incluyen extender los subsidios de salud que expiran para millones de estadounidenses y deshacer los recortes de Medicaid que los republicanos promulgaron este año para ayudar a pagar los recortes de impuestos de Trump.
Thune dejó entrever la posibilidad de un futuro acuerdo sobre la prórroga de algunos subsidios de la Ley de Asistencia Asequible y negociaciones sobre otras prioridades presupuestarias siempre que los demócratas abandonen su oposición a un proyecto de ley republicano de siete semanas para mantener abierto el gobierno más allá del 30 de septiembre.
“Soy un gran creyente de que siempre hay una salida”, dijo Thune a la AP. “Y creo que aquí hay rampas de salida, pero no creo que la posición negociadora, al menos por el momento, que los demócratas están tratando de ejercer aquí vaya a llevarte allí”.
Thune y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han rechazado hasta ahora las peticiones del líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, y del líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, para celebrar conversaciones bipartidistas.
Trump también desechó los planes de reunirse con Schumer y Jeffries y, en su lugar, aumentó las apuestas para un cierre con su oficina de presupuesto preparando despidos masivos y permanentes si la financiación del gobierno falla.
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Thune planteó la posibilidad de convencer a un número suficiente de senadores demócratas de base en las votaciones previstas para principios de la próxima semana para reconsiderar el proyecto de ley a corto plazo ya aprobado por la Cámara de Representantes. Los republicanos necesitarían al menos siete desertores en el Senado, donde se requieren 60 votos para superar los obstáculos procedimentales en la mayoría de las leyes.
La única salida es que los demócratas acepten el proyecto de ley provisional sin condiciones, dijo un asistente republicano. Entonces se podrían celebrar debates sobre otros asuntos antes del 21 de noviembre.
La sugerencia del líder republicano de conversaciones para un posible acuerdo antes del 21 de noviembre podría ser suficiente para que algunos demócratas voten a favor de mantener abierto el gobierno.
Cuando los periodistas le preguntaron el jueves si había descartado votar a favor de la ley provisional del Partido Republicano, el senador demócrata por Virginia Tim Kaine dijo que quería ver una “negociación”.
Schumer encabezó un bloqueo demócrata al proyecto de ley de gastos del Partido Republicano la semana pasada, y ha sostenido que los votantes culparían a Trump por pretender recortar las prestaciones sanitarias para millones de personas.
“Donald Trump está encareciendo la atención sanitaria en Estados Unidos. Está a punto de cerrar el gobierno por ello. Y está a punto de hacer subir aún más el precio de los medicamentos con receta con sus nuevos aranceles”, publicó Schumer en X a última hora del jueves.
Con la colaboración de Kate Sullivan y Caitlin Reilly.
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