Los negociadores estadounidenses y ucranianos afirmaron haber mantenido conversaciones productivas sobre un marco para un acuerdo de paz, pero no se logró un avance definitivo, ya que el presidente Donald Trump sigue presionando para alcanzar una tregua con Rusia.
“Queda mucho trabajo por hacer”, declaró el secretario de Estado Marco Rubio a los periodistas en Florida tras reunirse durante al menos cuatro horas con funcionarios ucranianos. “Es un tema delicado. Es complicado”.
Rubio afirmó que el objetivo de las negociaciones no era solo poner fin a los combates, sino también ayudar a Ucrania a “entrar en una era de verdadera prosperidad”.
Rubio se reunió con funcionarios ucranianos en Hallandale Beach, al norte de Miami, junto con el enviado especial estadounidense Steve Witkoff y el yerno de Trump, Jared Kushner. El equipo negociador de Ucrania estaba liderado por el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Rustem Umerov.
Probablemente, la reunión fue la última oportunidad que tuvieron los negociadores ucranianos para influir en Witkoff antes de que este encabezara la delegación estadounidense en las conversaciones que se celebrarán esta semana en Rusia. Trump está presionando a Kiev para que haga concesiones territoriales y de otro tipo a Moscú con el fin de poner fin a los combates de la guerra desencadenada por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
“Discutimos todos los asuntos importantes para Ucrania y el pueblo ucraniano, y Estados Unidos se mostró muy favorable”, afirmó Umerov.
Trump está presionando a Kiev para que haga concesiones territoriales y de otro tipo a Moscú con el fin de poner fin a los combates en la guerra desencadenada por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
“También hemos estado en contacto en mayor o menor medida con la parte rusa, pero también conocemos bastante bien sus puntos de vista”, dijo Rubio.
Las conversaciones se producen después de que Rusia lanzara el viernes por la noche un bombardeo aéreo sobre la capital de Ucrania, que causó la muerte de al menos tres personas y provocó cortes de electricidad generalizados.
Las delegaciones de Estados Unidos y Rusia se reunieron en Abu Dabi la semana pasada tras las conversaciones mantenidas en Ginebra, en las que se lograron avances para calmar la vehemente oposición de Kiev y sus aliados europeos a la propuesta de paz de 28 puntos que el equipo de la Casa Blanca presentó en las últimas semanas.
El equipo de Ucrania en Ginebra hace una semana estaba liderado por Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente Volodymyr Zelenskiy desde hace mucho tiempo, quien renunció el viernes bajo una nube de corrupción tras una redada en su apartamento por parte de investigadores anticorrupción.
Ese borrador inicial tomó por sorpresa a Kiev y a los aliados de Ucrania con sus exigencias de que la nación devastada por la guerra abandonara su ambición de unirse a la OTAN y cediera territorio en la región oriental de Donbás, incluidas zonas que Rusia aún no controla.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el 27 de noviembre que las propuestas de Trump para poner fin a su guerra en Ucrania podrían sentar las bases para un futuro acuerdo, pero advirtió que aún no había una versión definitiva.
Putin añadió que Moscú dejará de luchar cuando Ucrania retire sus tropas de las zonas de la región de Donetsk que el ejército ruso no ha podido tomar por la fuerza.
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