EE.UU. reduce formalmente al 10% los aranceles sobre el fentanilo importado a China

La medida, que rebaja el gravamen desde la tasa actual del 20%, entrará en vigor el 10 de noviembre, según una orden ejecutiva emitida el martes.

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Donald Trump y Xi Jinping antes de una reunión bilateral en Corea del Sur el 30 de octubre. Fotógrafo: Andrew Harnik/Getty Images.
Por Josh Wingrove
04 de noviembre, 2025 | 06:25 PM

Bloomberg — El presidente estadounidense Donald Trump redujo formalmente al 10% el arancel relacionado con el fentanilo a las importaciones procedentes de China, cumpliendo así un elemento clave del amplio acuerdo comercial alcanzado con el líder chino Xi Jinping.

La medida, que rebaja el gravamen desde la tasa actual del 20%, entrará en vigor el 10 de noviembre, según una orden ejecutiva emitida el martes.

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“La RPC se ha comprometido a tomar medidas significativas para poner fin al flujo de fentanilo a Estados Unidos, incluyendo detener el envío de ciertos productos químicos designados a América del Norte y controlar estrictamente las exportaciones de algunos otros productos químicos a todos los destinos del mundo”, dijo Trump en la orden.

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Trump impuso el arancel sobre el fentanilo para presionar a Beijing a hacer más para acabar con el tráfico de la droga mortal y los precursores químicos utilizados para fabricarla, pero acordó reducir la tasa tras una cumbre en octubre con Xi en Corea del Sur, citando el progreso de los esfuerzos de China.

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Trump dijo que el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional seguirían vigilando la aplicación del acuerdo por parte de China.

“En caso de que la RPC no aplique sus compromisos descritos en la sección 1 de esta orden, podré modificar esta orden según sea necesario”, dijo Trump.

La tasa reducida supone una importante concesión a China y forma parte de un pacto más amplio entre Trump y Xi que aliviará las restricciones comerciales tras meses de anuncios de una espiral de aranceles y restricciones a las exportaciones entre las dos mayores economías del mundo.

Ese acuerdo -con una duración prevista de un año- estabilizó lo que era una turbulenta relación entre Washington y Beijing, que les había hecho escalar amenazas en un intento por ganar influencia antes de la cumbre. El acuerdo Trump-Xi, sin embargo, no llega a ser un pacto duradero, lo que prepara el terreno para nuevas turbulencias de cara a las renegociaciones dentro de un año y a posibles desacuerdos sobre su aplicación antes.

Además de reducir la tasa del fentanilo al 10%, también se espera que la tregua prorrogue la suspensión, durante un año, de un gravamen separado del 24%. Pero el panorama arancelario completo sigue siendo turbio; varios bienes están excluidos del gravamen de base y otros productos se enfrentan a aranceles preexistentes.

El acuerdo alivia lo que había sido una desventaja comparativa para China con respecto a algunos pares. La tasa arancelaria impuesta por Trump a China -considerada durante mucho tiempo el mayor enemigo comercial de Estados Unidos y un importante rival geopolítico- es ahora casi la misma que los gravámenes aplicados a varios países del sudeste asiático.

Trump, en declaraciones a los periodistas poco después de la reunión con Xi, dijo que el líder chino prometió que “iba a trabajar muy duro para detener el flujo” de fentanilo. Trump ha dicho que reduciría todos los aranceles relacionados con el fentanilo si Beijing toma medidas enérgicas, señalando una posible concesión en futuras conversaciones.

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Aún así, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha advertido de que la reducción arancelaria relacionada con el fentanilo podría revisarse antes del plazo de un año del acuerdo general.

“Vamos a establecer un criterio cuantitativo muy estricto y lo revisaremos en seis o doce meses para ver si lo han cumplido. Y mi sensación es que los aranceles podrían subir o bajar”, dijo Bessent el 2 de noviembre.

Trump dijo que espera visitar China en la primera mitad del próximo año, y recibir a Xi en EE.UU. después de ese viaje. Esas reuniones servirán como marcadores cruciales del estado de la tregua. El acuerdo también descansa bajo una nube de incertidumbre legal, con el Tribunal Supremo de EE.UU. sopesando la constitucionalidad del uso por parte de Trump de poderes de emergencia para promulgar gravámenes país por país.

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